Opinión
El "triple yasu" y la quiebra de los países
La política de Donald Trump, errática y estrambótica, empieza a poner en el aire la que hasta ahora se consideraba solvencia absoluta del dólar como activo a salvo de todo
John Bowden Connally (1917-1993) fue un político americano tránsfuga, que también los hay allí, que en 1971 dijo desafiante que «el dólar es nuestra moneda, pero es vuestro problema». Entonces era Secretario del Tesoro, con el republicano Richard Nixon (1913-1994) en la presidencia, el hombre que por las mismas fechas suspendió la convertibilidad del dólar en oro y, además, impuso controles de precios y subió aranceles. Donald Trump no es una repetición de Nixon, pero también puede hacer cambiar al mundo y meter en un lío a su propio país. Connally, por cierto, en su etapa de demócrata estuvo en el gabinete de John F. Kennedy (1917-1963) y fue herido en el magnicidio de Dallas. De hecho, como gobernador del Estado, iba en el mismo coche que el presidente asesinado, delante de su mujer, Jackie Kennedy (1929-1994). Ha pasado mucho tiempo de todo aquello, pero ahora la advertencia/amenaza de Connally se puede volver contra los Estados Unidos, porque el dólar –esta vez sí– empieza a ser su problema.
El semanario británico The Economist lo explica esta semana: «El dominio de la moneda permite acumular deudas y déficits muy elevados, pero significa que un desplome también podría conducir a un desastre». Recuerda, aunque el paralelismo no es exacto, lo ocurrido en Japón en la década de 1990. «Entonces –escribe la revista– una crisis en los mercado provocaron una pérdida de “triple yasu “, es decir, caída de las bolsas, aumento del rendimiento de los bonos y depreciación de su moneda». El «triple yasu» fue terrible para Japón, que ha tardado muchos años en recuperarse de aquello, pero en Estados Unidos todos puede ser incluso peor. «La huida de todos los activos estadounidenses –apostillas los analistas de The Economist– supone un descalabro mucho mayor, porque el dólar y los bonos del Tesoro son los refugios financieros mundiales y el todo el sistema financiero mundial está edificado sobre la premisa de que son seguros». La errática y estrambótica política de
Trump empieza a poner en duda, por primera vez, la seguridad de dólar, que ahora ya es un problema para los americanos.
Estados Unidos debe refinanciar este año alrededor de unos nueve billones de dólares de la deuda que vence. Es casi un 30% del PIB y hasta ahora
Temor a que Almaraz sea sacrificada
no había problemas porque los mercados de todo el mundo siempre estaban ávidos de dólares y colocar la deuda americana era un juego de niños. Todo basado en que siempre se devolvía. Ahora ya no está tan claro y los inversores de todo el mundo, tanto países como los grandes fondos de todo tipo –incluidos los de pensiones– tienen dudas. No hay ninguna conspiración ni conjura contra la Administración Trump y sus excéntricos colaboradores, entre ellos el ínclito Peter Navarro, del que se cachondea Elon Musk, y que se inventó un sosias para citarse a sí mismo como fuente de autoridad. Todo es más sencillo, los fondos, al margen de que sus gestores tengan salarios millonarios, son el resultado del ahorro de cientos de millones de personas, en Estados Unidos y en el mundo, que por encima de todo lo que quieren es una seguridad para su dinero, aunque algunos aceptar más riesgos que otros. Y en esos cientos de millones están incluidas personas de toda clase, desde profesionales, inversores medianos y pequeños, trabajadores, viudas y jubilados. Y nadie quiere sustos, como los que da un día sí y otro también, el inquilino de la Casa Blanca.Ray Dalio, multimillonario y ahora filántropo, ha sido uno de los gestores de fondo con más éxito desde Brigewater Associates, el fondo de cobertura que fundó poco después de terminar sus estudios en Harvard. A sus 75 años, acaba de explicar que, a pesar de los pánico desatados por Trump hay vida –y problemas subyacentes– más allá de los aranceles y circunstancias que facilitaron su elección y han desencadenado todo. Dalio cree que estamos ante un «colapso clásico de los principales órdenes monetarios, políticos y geopolíticos». «Ocurre solo una vez en la vida –precisa– pero ha ocurrido muchas veces en la historia cuando se dieron condiciones insostenibles similares». Dalio está a punto de publicar un libro titulado «Cómo quiebran los países», de que ha ofrecido avances en la red Linkedin. Describe un gran ciclo general con cinco impulsores del cambio: 1) ciclo deuda/crédito/dinero/economía; 2) ciclo orden interno y desorden; 3) ciclo orden y desorden geopolítico; 4) fenómenos naturales y 5) la inventiva humana como la más importante de las nuevas tecnologías. Para él la crisis de los aranceles solo es la confirmación del fin del ciclo en el que el dólar será el problema también de los americanos, en contra de lo que decía Connally.
Temor a que Almaraz sea sacrificada
El Gobierno de Extremadura, que preside María Guardiola, y también numerosos empresarios y altos ejecutivos de la Comunidad, creen que el Gobierno de Sánchez podría seguir adelante con el cierre de la central de Almaraz, a pesar de todas las voces que se levantan en contra. Apuntan que el apagón de Almaraz calmaría a los aliados más radicales del Gobierno y, al mismo tiempo, le permitiría prorrogar la vida útil de las centrales nucleares catalanas de Ascó y Vandellós.
Las ventas del comercio electrónico crecen
El comercio electrónico en España mantuvo su dinamismo en 2024, tanto en términos de ventas como de transacciones, según apunta el último indicador semanal del Círculo de Empresarios. En el tercer trimestre de 2024 –fecha de los últimos datos disponibles– las ventas del comercio electrónico crecieron un 12,6% hasta los 24.600 millones de euros, mientras que en los tres primeros trimestres del año el aumento fue alcanzó el 13%, con unas ventas totales de 67.500 millones de euros.