Rescate a Grecia
Varufakis se jacta de que el odio de la UE es un éxito para Grecia
El ministro de Finanzas desafía al Eurogrupo n Tsipras pierde el 30% de su popularidad por la crisis del país
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, volvió a emplear ayer su estilo más desafiante al afirmar que «da la bienvenida» al odio de sus socios del Eurogrupo.
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, volvió a emplear ayer su estilo más desafiante al afirmar que «da la bienvenida» al odio de sus socios del Eurogrupo. De ese modo respondió a las duras críticas que recibió tras el encuentro en Riga, en el que varios ministros presentes reconocieron la animadversión y presión hacia Varufakis. Esa estrategia negociadora del Gobierno heleno, sin embargo, está perdiendo apoyos entre los griegos, que desean lograr un acuerdo cuanto antes. «Son unánimes en su odio hacia mí. Y doy la bienvenida a su odio», escribió el ministro griego en su cuenta de Twitter, parafraseando al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt en un discurso de campaña en 1936 previo a las elecciones. La reacción de Varufakis se produjo tras el Eurogrupo de Riga, donde el 18 contra uno al que se le sometió durante las negociaciones alcanzó su máxima tensión, según apuntaron varios ministros al término de la reunión, quienes reprocharon la falta de avances al representante heleno.
Esa lentitud en las negociaciones ha hecho perder la paciencia a gran parte de los griegos, al tiempo que ha mermado la popularidad del Gobierno de Alexis Tsipras. Un sondeo de Kappa Research para el dominical «To Vima» concede a Syriza una intención de voto del 36,9%, un resultado similar al 36,3% obtenido en los comicios, pero muy alejado del 62,5% que sumaba en febrero, poco después de su victoria electoral. Por otra parte, la inmensa mayoría de los ciudadanos, un 71,9%, quiere un acuerdo con las instituciones, mientras que sólo un 23,2% prefiere la ruptura, indica la misma encuesta. Se mantiene, por otro lado, el deseo generalizado de seguir en el euro, con un 72,9% de partidarios.
No obstante, los temores a un «Grexit» –salida de Grecia del euro– han aumentado de forma considerable hasta un 68,8%, frente a un 24,1 % que no lo ve así. También la preocupación sobre un posible impago alcanza sus máximos. Un 36,1% cree que el país está al borde de la quiebra, superando al 32,7% que no lo comparte.
El deterioro del Ejecutivo izquierdista se debe, en parte, al desarrollo de las negociaciones y a la creciente posibilidad de un accidente. Si en febrero más del 70% de los griegos apoyaba su estrategia frente a los acreedores, ahora ese porcentaje ha caído hasta el 45,5%, según otra encuesta de la Universidad de Macedonia.
Los últimos temas que imposibilitan un acuerdo con las instituciones continúan siendo la negativa de Atenas a liberalizar el despido, recortar las pensiones y permitir los desahucios. El anterior Gobierno del conservador Antonis Samaras también rehusó aplicar esas tres exigencias de los acreedores, incluidas en el segundo programa de rescate, lo que provocó la congelación desde agosto del desembolso de los 72.000 millones pendientes.
Para evitar esa debacle el Ejecutivo de Tsipras ha especulado con la posibilidad de convocar referéndum o elecciones anticipadas, que alargarían todavía más la actual inestabilidad del país. Los que ya han sufrido las consecuencias de esa incertidumbre son los mercados. Muchos analistas prevén para hoy una caída de las bolsas europeas en su apertura tras el azote de los ministros de la eurozona a Varufakis.
Atenas responde a las críticas con amenazas
Grecia salió al paso de las críticas de sus socios comunitarios con más amenazas. El ministro de Exteriores heleno, Nikos Kotziás, pidió pragmatismo en las negociaciones. «¿Quieren ayudarnos a crecer, o deciden batallar contra Grecia, castigarnos y crear un ejemplo de lo que le sucede a un país con un Gobierno de izquierdas?», señaló Kotziás en su visita a Washington. «Amanecer Dorado [el partido neonazi griego] está llegando. Nadie quiere algo así, por eso van a encontrar una solución», añadió. Por su parte, el viceprimer ministro, Yannis Dragasakis, aseguró que «hay una potencial e imperante necesidad de lograr un acuerdo íntegro a comienzos de mayo, si no en abril», en alusión a las extremas dificultades financieras de Grecia, que ha obligado a los ayuntamientos a transferir sus reservas al banco central heleno.
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