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Alemania fuerza a Volkswagen a revisar ya sus coches trucados en Europa

Un Volkswagen Touareg diesel durante un test de la Agencia de Protección Medioambiemntal
Un Volkswagen Touareg diesel durante un test de la Agencia de Protección Medioambiemntallarazon

La compañía germana llamará a revisión a 8,5 millones de vehículos para solucionar la manipulación de sus motores diésel.

Las autoridades alemanas han dejado claro que no se quedarán de brazos cruzados ante el «Dieselgate» de Volkswagen (VW) y reclaman soluciones. Ayer, se confirmó la exigencia al fabricante alemán de la reparación de los 2,4 millones de vehículos trucados en circulación en el país. La reacción del grupo automovilista no se hizo esperar y poco después informó de que revisaría 8,5 millones de vehículos en toda Europa, con intención de subsanar los daños causados por el software deliberadamente instalado desde sus sedes.

Casi un mes después de las revelaciones sobre el engaño en los exámenes anti-polución, Berlín mete presión a la compañía, que aún se recupera del golpe producido por el gran escándalo, demandando un remedio inmediato al problema. Volkswagen había presentado la semana pasada un plan para llevar a cabo las reparaciones en los motores trucados, que no incluían todos los coches afectados y comenzarían a aplicarse en enero de 2016. Este plan proponía que fueran los compradores quienes acudieran, si lo deseaban, a lugares específicos para repararlos, una solución rechazada por las autoridades por estar fundada sobre la voluntad de los consumidores.

Esa operación de arreglo contará con el seguimiento exhaustivo de la KBA, la institución que regula el sector automovilístico en Alemania. «Vamos a ordenar la reparación», comentó el portavoz de KBA, confirmando de facto que la propuesta anterior del fabricante no había sido evaluada como suficiente para reparar el daño. Esta información fue confirmada por el ministro de Transportes germano, Alexander Dobrindt, quien dijo en su comparecencia de ayer que el gigante alemán disponía de quince días para presentar una solución técnica a aplicar en los motores diésel de 2 litros –los más sencillos de reparar– y, hasta el fin de noviembre, una que incluyese los detalles del plan para los motores 1,2 y 1,6 litros. Esta última técnica es más complicada y, por ello, no estará disponible antes de septiembre de 2016, algo que ha suscitado continuadas quejas de parte de organizaciones ecológicas como Greenpeace.

Esta acción del Gobierno, según Dobrindt, está justificada por la «dimensión» de la operación, que «hace necesario que haya un cierto grado de control». También ha puntualizado que los arreglos se harán en «el 100% de los vehículos que fueron manipulados».

En un principio, Alemania cifró en 2,8 millones el número de vehículos afectados, aunque esta cantidad se ha rebajado en 400.000 unidades que ya no están matriculados y, por tanto, se encuentran fuera del país o de la circulación.

A pesar de estas exigencias y de que, según el diario «Bild», las autoridades alemanas están «perdiendo la paciencia» con el fabricante automovilista, el Gobierno alemán no ha atacado directamente a Volkswagen en ninguna ocasión, si bien se ha cuidado de justificar el engaño. Esta forma de actuar no es sorprendente, teniendo en cuenta que la marca es uno de los grandes orgullos de la industria alemana. Incluso el Estado federal de Baja Sajonia forma parte del accionariado del grupo.

Una web para los afectados

Volkswagen ha aceptado sin miramientos las exigencias expuestas por las autoridades germanas. Confirmó que serían sus empleados los encargados de contactar a los clientes afectados, y habilitó una web para ayudar a los compradores a comprobar si su automóvil se encuentra entre ellos. La llamada a revisión de los vehículos empezará en 2016.

Austria ha seguido el modus operandi de Alemania y anunció que controlaría exhaustivamente los 363.000 vehículos con el dispositivo tramposo que circulan por el país, cifras calculadas por el importador de Volkswagen, Porsche Austria. Así lo anunció ayer el homónimo de Dobrindt, Alois Stöger. Será Porsche Austria quien tenga la responsabilidad de contactar con cada uno de los propietarios de los vehículos con el software malintencionado, según el Ministerio de Transportes de la república alpina. Austria ya había avisado a la Comisión Europea de que los datos en cuanto a polución eran irregulares, según desvela el diario nacional «Salzburger Nachrichten».