Covid-19
Vacuna y gestión con sentido de Estado
«Además del factor médico, será clave que el Gobierno llegue a grandes pactos»
Si algo puede imprimir un cierto optimismo al futuro inmediato es la llegada de las diferentes vacunas contra el coronarirus. Si algo puede reanimar la economía, que vuelva plenamente la actividad comercial e industrial, es conseguir el mayor número de personas inmunes. Los planes que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció el pasado viernes de la llegada la semana próxima de las primeras dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech y que de manera inmediata empezará a suministrarse por todos el países, sin duda, un motivo de esperanza, pero no suficiente. Ni aunque se lleguen a los 20 millones de personas que hayan recibido las dos dosis, el resultado será inminente. En primer lugar porque una cosa es la fabricación y otra suministrarlas a todos los países europeos, y todo indica que eso sucederá a lo largo de 2021. Es decir, el Gobierno puede anunciar hechos que son demostrables, como que la investigación sobre las vacunas y sus resultados, pero también que harán falta muchas más cantidades, incluso por encima de los 300 millones de dosis de la vacuna Pfizer y 160 de la Monderna. Por lo tanto, Illa, con toda su habitual ambigüedad, confunde más que aclara la situación porque se necesitarán más para situarnos en la inmunidad del rebaño óptima. De obtenerse una vacuna a un grado superior al 90%, se podría alcanzar una estabilización sanitaria y económica, pero este escenario no se alcanzará hasta finales de 2022. Ahora bien, en España tendrá unas complicaciones especiales, porque encabezamos la lista de los países europeos con mayor incidencia de la enfermedad –junto a Reino Unido–, y al mismo tiempo un desplome histórico del PIB. Los planes de vacunación están a la espera de que la Agencia Europea del Medicamento los apruebe en unos días, lo que pondría en marcha la vacunación, aunque muy poco se sabe de cómo se va a hacer el reparto entre comunidades. No son cuestiones menores: no hay todavía una normativa clara y unificada sobre si la distribución va a ser proporcional a la población o en función de los sectores de riesgo existentes. La noticia de que las vacunas estaban muy avanzadas ha obligado al Banco de España a revisar al alza el crecimiento, a pesar de todas las cautelas; así, el PIB subirá entre 4,2% y el 8,6%, por encima de los datos que se manejaban antes, aunque se tienen en cuenta rebrotes puntuales que afectarán a sectores como el ocio o la hostelería. El gran factor, además del científico y médico, será cómo el Gobierno gestiona las ayudas procedentes de Europa y, sobre todo, si es capaz de alcanzar un acuerdo por encima de las medidas que el sector más radical y populista del Gobierno quiere aplicar con sentido cortoplacista. Lo que está en juego es el futuro de España en las próximas décadas.
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