Política

Espaldarazo a la Andalucía liberal

La gestión de Moreno Bonilla dispara las expectativas electorales del centroderecha

Casi cuatro décadas de hegemonía socialista habían creado la imagen de Andalucía como un territorio condenado a la precariedad, el subsidio y el retraso, a ocupar de forma irremediable el furgón de cola de las regiones europeas en prácticamente todos los índices que calibran el estado de una sociedad y la gestión de una administración. Había responsables nítidos, pero no eran los andaluces, más allá de la responsabilidad que todos tenemos en el instante en que votamos. No. El régimen socialista andaluz había supuesto un lastre al progreso, pero sobre todo un freno al tremendo potencial y talento de una tierra y de una gente capaz de todo en cuanto el poder colabora con eficiencia y razón. El gobierno de coalición PP-Cs de Juanma Moreno Bonilla, con el respaldo parlamentario de Vox, ha propiciado ese pequeño hito que es rescatar el espíritu y la determinación de mejorar, de generar riqueza y no de recibir limosna, de facilitar oportunidades y no de urdir clientelismos y disparar corruptelas. El resultado es que hoy Andalucía es un boom económico desconocido en esos casi 40 años de socialismo, que encabeza los ránking de creación de empleo, de autónomos, de nuevas empresas o inversión extranjera. Las políticas liberales han surtido ese efecto arrastre y estímulo sobre una comunidad que los socialistas mantuvieron aletargada grosera y torticeramente con cargo al erario que disparó el endeudamiento. Esa administración paralela destapada estos días por la Junta es el símbolo de un partido, que no solo malversó millones de euros con los Ere, sino dilapidó en una «superestructura» con casi 29.000 personas y duplicidades. Con este balance, el sondeo de NC Report refrenda un subida espectacular del PP, de entre 14 y 16 escaños, hasta los 40/42. La mayoría absoluta con Vox sería un hecho con 55/59 parlamentarios, a los que se podrían sumar los 2/4 de Ciudadanos, que padece el desplome del partido a nivel nacional. Para el nuevo PSOE de Sánchez, con Espadas al frente, la respuesta no es la esperada, lo que denota que la crisis del partido es profunda y que no se reconducirá con un cambio de cromos. Los socialistas pierden respecto al último sondeo con Susana Díaz más de dos puntos. O lo que igual ni Sánchez ni su proyecto generan confianza. La otra izquierda, la comunista, paga el pulso, la revuelta y la fractura y pierde terreno y es cada día menos relevante. La incógnita es si Moreno Bonilla avanzará las elecciones. En política la cautela es una virtud y precipitar los comicios puede quebrar la estabilidad actual que tantos réditos aporta.