Editorial

Europa da ejemplo con su apoyo a las víctimas

El Parlamento europeo ha cubierto el vacío ominoso del Congreso con un pronunciamiento de integridad institucional y ética

La Eurocámara ha aprobado el informe de su comisión de Peticiones que atiende buena parte de las inquietudes de las víctimas del terrorismo sobre la deriva del Gobierno y su mayoría de blanquear a ETA, su trayectoria criminal y sus miembros. La misión de los eurodiputados, impulsada por Dignidad y Justicia, ha constituido una censura global a la estrategia colaboracionista de la izquierda con los legatarios de ETA y su proyecto, convertidos en socios en la gobernabilidad del Estado y de otras administraciones. Los votos claves de EH Bildu para gestionar y alcanzar el final de la legislatura para Sánchez se han sustanciado en una política penitenciaria de excepción y gracia hacia los presos terroristas, que están hoy mucho más cerca de alcanzar la libertad o en todo caso de garantizarse un régimen de cumplimiento benévolo para oprobio de aquellos que lo han hecho posible. El fruto de este mercadeo que ha eliminado a las víctimas del interés de Moncloa se ha convertido en el objeto definitivo de la reprobación del Parlamento europeo con unas conclusiones de su Comisión de peticiones que lo dignifican. Una abrumadora mayoría ha recomendado a España que haga todo lo posible por reconocer los crímenes terroristas de ETA como delitos de lesa humanidad para que no prescriban ni puedan ser amnistiables aunque fuesen cometidos antes de que esta figura entrase en el Código Penal. Si bien esa opción ha sido descartada por la Audiencia Nacional, el deber de los responsables públicos tiene que ser no resignarse en la búsqueda de un fin moral superior y pugnar por hallar que ese propósito se materialice algún día. Es una cuestión de voluntad, de no cejar, de que las víctimas así lo sientan, sea cual sea el desenlace. El Estado no puede renunciar a que se haga justicia a los más de 370 crímenes de ETA sin resolver. El Parlamento ha apremiado también al Gobierno a que apliquen beneficios penitenciarios a los etarras que colaboren con la Justicia en que se aclaren los asesinatos y a que se actúe para evitar los ongi etorris, los recibimientos, para situar a las víctimas en el escalón superior que se han ganado frente a los pistoleros. El Parlamento europeo ha cubierto el vacío ominoso del Congreso con un pronunciamiento de integridad institucional y ética. Que las víctimas hayan recurrido a Europa singulariza una anomalía que debería abochornar al Gobierno que las ha olvidado. Pero ni se inmutará aferrado al falsario discurso de que están con ellas, blandido con un descaro inigualable. Ese desapego de la izquierda, el compadreo con el bando de los verdugos, explica la degradación de una democracia desvencijada. El PSOE, que finalmente apoyó el informe europeo, después de fracasar en su empeño por desactivarlo, ha escenificado otro hito más en su involución. Como lo ha sido su rechazo en el Senado a prohibir los homenajes callejeros a los terroristas, que no ha sorprendido porque nunca ha movido un dedo para reponer el Estado de Derecho frente a la ignominia de las juergas proetarras. Los grupos de la oposición sí han estado a la altura en Bruselas y al menos animan un futuro de restitución y regeneración.