Coronavirus

Los profesores se rebelan contra un comienzo de curso semipresencial

Opinan que «bajará la calidad» y les abocará a un «esfuerzo sobrehumano», salvo que se contrate a un 20% más de personal y haya un plan de digitalización

«Durante el confinamiento, trabajé por dos profesores y medio. Y eso que mis clases a distancia las siguió el 50% del alumnado. Si se hubiera conectado la otra mitad, con mayores dificultades de lecto-escritura que el que sí lo hizo, hubiera tenido que trabajar por seis o siete. Osea, algo imposible. El tremendo esfuerzo no se puede mantener un curso entero», dice una profesora de Madrid. Ahora, la fórmula semipresencial para los más alumnos mayores de la ESO y Bachillerato, que Madrid, Murcia y La Rioja ya han anunciado que van a implantar y a la que se sumarán otras comunidades, dependiendo de la evolución de la pandemia, no convence a todo el profesorado.

«A día de hoy no sabemos cómo va a ser la educación semipresencial. ¿En qué va a consistir, en que la mitad de alumnos va un día y la otra mitad otro día con el mismo número de docentes? Eso prácticamente duplica el trabajo de los profesores que, con las ratios actuales, ya está desbordado», explica Eugenia Monroy, profesora de Secundaria e impulsora del colectivo «#queremos volver». Monroy cree que las cosas habrían sido diferentes si se hubiera tomado la decisión a finales de junio pero, «a estas alturas, no creo que se pueda responder a las necesidades educativas de nuestro alumnado». El temor entre los profesores es que una fórmula improvisada de semipresencialidad acabe en un aumento la brecha educativa teniendo en cuenta que no es lo mismo el panorama para un estudiante de Bachillerato, con una situación propicia para el estudio, que para un alumno de 3º de Primaria con dificultades de aprendizaje y unos padres que no tienen formación.

Carmen Rodríguez, profesora de un instituto de Toledo, asegura que «para Secundaria y Bachillerato es posible que funcione la semipresencialidad si hay mucha implicación de profesores, padres y alumnos, aunque está claro que bajará la calidad de la enseñanza».

El presidente del sindicato ANPE, Nicolás Fernández, cree que la enseñanza semipresencial «aboca al profesor a un esfuerzo sobrehumano, no es viable si no se cuenta con un plan de digitalización, adaptaciones curriculares y más profesores que hagan seguimiento de los alumnos. Se precisaría un 20% más de docentes».