Aula 2023

La calidad de las universidades y cómo mejorar su impacto y contribución

España publica cada vez más artículos de investigación, pero faltan trabajos realmente excelentes

Universidad Complutense Estudiantes
Estudiantes de la Universidad ComplutenseJesús G FeriaLa Razón

Tres son los rankings de Universidades del mundo más conocidos: el QS World Ranking of Universities, Academic Ranking of World Universities (ARWU) y Times Higher Education World University Rankings (THE). En general sus conclusiones son muy similares: las tres clasificaciones sitúan a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Universidad de Barcelona (UB) y Pompeu Fabra como las líderes en España y entre las 200 mejores del mundo. Detrás se posicionarían la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que se encuentra entre la 200 y la 250, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y Universidad de Navarra -entre la 250 y la 300. La Universidad de Granada y las Universidades Politécnicas de Valencia (UPV), Catalunya (UPC) y Madrid (UPM) están alrededor del 500 entre todas las Universidades del mundo.

El problema, sobre todo, es que en los últimos años no ha habido mejoras significativas en la clasificación que ocupan los centros de educación superior de nuestro país.

El Informe CYD de 2021-2022 muestra que, en los últimos dos años, hasta quince universidades españolas empeoraron su posición en el ranking QS mientras que solo cinco ascendieron en la clasificación. Esta tendencia no indica que la calidad de los centros superiores de nuestro país esté descendiendo. Es muy posible que, de hecho, esté mejorando, pero a un ritmo inferior que el de otras universidades en el mundo.

Uno de los problemas que pueden estar encontrado los centros superiores españoles es en la dimensión de la investigación. España publica cada vez un mayor número de artículos de investigación, pero faltan publicaciones realmente excelentes, medidas a través del número de citas que reciben por trabajos posteriores.

Cuando un artículo de investigación es muy referenciado por publicaciones posteriores indica que ha realizado una contribución y aportación de gran valor para el conjunto de científicos y docentes universitarios.

El Informe CYD 2021-22 también refleja que el impacto normalizado de los artículos de investigación españoles es de 1,28, por debajo del de EE UU (1,44) Reino Unido (1,58) o Alemania (1,38). Además, la producción de publicaciones de excelencia científica ha disminuido en España en el 2016-2020 (trabajos que se encuentran entre el 10% de los más citados a nivel mundial), lo que coincide con una desaceleración del porcentaje de colaboraciones con investigadores de otros países.

En definitiva, España necesita de investigaciones de más calidad y excelencia y que sean más citadas. En el ámbito universitario, probablemente el actual sistema de valoración y promoción en la carrera investigadora ha estado, hasta el momento, más orientado a la cantidad que a la calidad. Para lograr un aumento de la investigación de más calidad se podrían crear unos sexenios de investigación de excelencia, o graduar los actuales sexenios de investigación de modo que se pudiera obtener tres posibles resultados en lugar de los actuales dos: desfavorable, favorable y añadir uno nuevo de excelente.

Se trataría de que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) distinguiera entre los sexenios de investigación de los docentes universitarios que han publicado en revistas con evaluadores durante periodos de seis años y aquellos otros sexenios de excelencia con publicaciones en las revistas más prestigiosas y de más reputación.

En economía, por ejemplo, no habría mucho problema en conocer cuáles son estos artículos de excelencia pues hay un consenso muy generalizado en que las cinco mejores revistas de investigación (en donde yo nunca he publicado) son American Economic Review, Econometrica, Journal of Political Economy, Quarterly Journal of Economics, y Review of Economic Studies. Para establecer estos sexenios de investigación de excelencia habría que aumentar los recursos públicos destinados a I+D. En España, en el año 2020 los fondos públicos dedicados a I+D representaron el 1,41% sobre el PIB, cerca de los máximos históricos. No obstante, esta cifra (1,41%) sigue lejos del valor promedio de los países de la OCDE (2,68%).

Aunque las universidades españolas tienen una destacada presencia en los primeros 500 puestos de los rankings internacionales, aún no han logrado llegar a ocupar los primeros 100 lugares. Las áreas de oportunidad para mejorar su posición en los rankings son el número de premios Nobel y medallas Fields obtenidos por exalumnos y profesores, o la mayor presencia de alumnado y profesorado internacional (Informe CYD 2021-2022).

*Ismael Sanz URJC y London School of Economics