El impacto de la inteligencia artificial en nuestro día a día es innegable, y el ámbito laboral no se queda fuera de la ecuación. Desde LinkedIn hemos podido comprobar de primera mano que, en España, la contratación de talento formado y especializado en intelogencia artificial ha crecido un 270% desde el año 2016 y el número de profesionales que han añadido estas habilidades a sus perfiles se ha multiplicado por 18 en ese periodo.

Este fenómeno ya es una realidad quetrasciende el ámbito tecnológico y alcanza funciones y sectores tan diversos como las ventas, la estrategia, el reclutamiento y la salud, donde la integración de la IA es ahora siete veces mayor.

Es notorio que el ritmo al que evoluciona el mercado laboral es tan rápido que pone a prueba de manera constante la capacidad de adaptación de los profesionales y las empresas. Prueba de ello es que, de aquí al año 2030, al menos el 70% de las habilidades necesarias para acceder de manera eficaz a los puestos de trabajo habrá cambiado.

Es más, a pesar de que la mitad de los agentes reclutadores en LinkedIn utilizan explícitamente los datos de habilidades para cubrir sus vacantes, el 63% de ellos considera que sigue habiendo un notable desajuste entre lo que los profesionales formados y capacitados pueden ofrecer y lo que las empresas realmente necesitan y demandan.

Una brecha laboral y tecnológica que está llevando a que la confianza en el uso de herramientas de IA sea un factor determinante en los procesos de selección, hasta el punto de que el 81% de los líderes empresariales prefieren candidatos que se sientan cómodos y puedan desenvolverse con estas tecnologías, incluso frente a otros perfiles que, aún contando con mayor experiencia, tengan menos manejo de ellas.

El futuro del trabajo y del mundo laboral, por tanto, ya no depende tanto de los títulos obtenidos o de los años de experiencia acumulados, sino más bien de la capacidad real y tangible de adaptarse y reinventarse a un entorno en constante cambio y evolución.

En otras palabras, las empresas han comenzado a ver como imprescindible para cubrir sus vacantes habilidades como aprender constantemente, formarse de manera continua, evolucionar y dominar habilidades en auge como el análisis de datos, la evaluación de riesgos, la estrategia en redes sociales y la planificación presupuestaria.

Sin embargo, el reto está también en no dejar de potenciar habilidades humanas tan necesarias como la comunicación, el liderazgo de equipos multidisciplinares, la resolución de problemas y el pensamiento crítico y estratégico, cuyo valor en los procesos de selección ha crecido un 10% en España y a nivel global desde 2018.

Por eso, no hay mejor momento que ahora para dar el paso y actuar: es necesario invertir tiempo y recursos formativos en nosotros mismos, buscar los recursos adecuados y aprovechar las oportunidades de formación disponibles, ya sea a través de formaciones especializadas, plataformas digitales o programas de certificación.

A fin de cuentas, solo aquellos profesionales dispuestos a ponerse a prueba y a evolucionar con el mercado laboral, adaptando su perfil de habilidades a las demandas de un entorno cambiante y cada vez más digitalizado, serán los que lideren el futuro del trabajo y alcancen el mayor éxito profesional.