Entrevista

«Tenemos que creer más en nosotras mismas, tener más seguridad»

Elisa Caballero Global Head of Engineering Strategy and Ops de Glovo, cree que en España hay talento, pero que es difícil competir en beneficios y salarios

Elisa Caballero
Elisa Caballero. Glovo © Alberto R. Roldán / Diario La Razon.Alberto R. Roldán. La Razón

Elisa Caballero es la Global Head of Engineering Strategy and Ops en Glovo. Ingeniera informática de profesión, una de sus grandes obsesiones es generar talento y que este sea lo más diverso posible.

¿Cuáles son los problemas de las empresas para contratar el talento que necesitan?

Varios. Cada vez hay menos alumnos en las carreras técnicas por la fama de que son complejas. Tenemos también un problema de diversidad: hay una falta de interés de las mujeres por estas carreras. A la hora de contratar, hay muchísima competitividad con empresas grandes. En España hay muy buen talento. Competir a nivel de beneficios y salarios es muy difícil.

¿Cómo pueden las universidades responder a estos retos?

Muchas personas escogen carreras por vocación y luego no encuentran salidas profesionales. Cuando se dan cuenta de esto se intentan adaptar a las necesidades del mercado haciendo cursos o bootcamps y ven la cantidad de oportunidades que entonces tienen. Si desde las universidades se diera más visibilidad a las salidas y todas sus posibilidades, se podría fomentar el interés por las carreras técnicas. Tienen mucho más que ver con habilidades sociales e interacción con personas de lo que popularmente se cree.

¿Realmente son tan difíciles las carreras técnicas?

(Se ríe) Sí. Yo no tuve vida social durante los cinco años de carrera. No solo es la parte de estudiar, sino que tienes prácticas y entregas todas las semanas. No te dan respiro y, cuando te lo dan, te dicen: «Tienes exámenes en tres días». Pero hay que verlo como una apuesta a largo plazo.

¿Deben entonces las universidades modernizar sus planes de estudios?

Quizá apostando más por la especialización. Tenemos asignaturas muy troncales que eran la base de toda la informática, pero no he usado casi nada de lo que me enseñaron. Pero es verdad que todo lo que te has peleado con cada lenguaje, con cada tipo de estructura, todo eso te ayuda luego laboralmente a resolver problemas, a adaptarte. La universidad te prepara para enfrentarte a lo que te puedan poner por delante.

¿También para gestionar equipos, como es su caso ahora?

(Niega con la cabeza) No había ninguna asignatura que te pudiera preparar a gestionar equipos. Pero es algo que sale de manera natural si tienes ese tipo de habilidades.

¿Cómo pueden las empresas competir con las grandes a la hora de retener talento?

Las empresas deberían valorar mucho más el talento técnico. En Glovo se fomenta mucho el desarrollo y progreso de una carrera profesional. Se puede promocionar incluso manteniendo ese rol técnico. Eso no pasa en la mayoría de las empresas, en las que o coges un camino de responsable o directivo o no puedes crecer. Hay que intentar equiparar el talento que tú tienes con el que se está cogiendo de fuera. Los ingenieros valoramos mucho el aprendizaje. No he visto colectivo al que más le llame el aprendizaje y el seguir creciendo. El salario no lo es todo. La cultura de empresa es más importante de lo que se piensa, dando beneficios que cada persona pueda valorar.

Tiene un puesto de alta responsabilidad en Glovo. ¿Hasta dónde quiere seguir creciendo?

Si le digo la verdad, no me lo he planteado porque tengo muchos retos todavía por delante. Me mueve toda la parte de diversidad, de generar talento… Me gustaría conseguir un equipo completamente motivado, ágil y eficiente. Eso se consigue con motivación y con beneficios. Me encantaría llegar a una sala y que haya más de una mujer.

¿Se siente o le gusta ser referente para niñas y mujeres?

Nunca te terminas de ver como un referente. Pero es verdad que, según vas trabajando con nuevas generaciones, te preguntan, les aconsejas y te das cuenta de que tu mensaje les está ayudando y naturalmente ellas te perciben como un referente.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir?

Varios. El primero es que cuando tú siembras, luego recoges. Hay que tener perspectiva a largo plazo. Las ideas no pueden ser tan cortoplacistas. También que los límites nos los ponemos nosotras mismas, como mujeres. Además de todos los que la sociedad pone de por sí, hay mucha inseguridad. Me gustaría transmitir que hay que tener mucha más seguridad, creer mucho más en nosotras y luego ya pelearte contra los límites que te ponen los demás.

Está en contacto con gente más joven. ¿Se ven cambios que inviten a la esperanza?

Veo cambios, pero también veo otros retos. A la gente ya no le va a mover solo el tener un salario, sino trabajar en cosas que tengan impacto, que tengan sentido, que ayuden al planeta. A lo mejor dentro de unos años la conversación va a ser «cómo hacemos para darle a estos empleados unas ganas de venir a trabajar porque se sienten realizados con el trabajo que hacen aquí».