¿El final de "Il Cavaliere"?

Ni los escándalos sexuales ni judiciales fueron suficientes para descabalgar a Silvio Berlusconi del poder. Hubo que esperar a que Italia fuera el blanco de los especuladores por su incapacidad de poner en marcha los planes de ajuste exigidos por la UE para ver cómo la endeble mayoría parlamentaria de "Il Cavaliere"saltaba por los aires y éste se comprometía a presentar su dimisión una vez que el Parlamento apruebe los recortes. Y es que una prima de riesgo cercana a los 500 puntos -nivel que precipitó el rescate de Portugal o Irlanda- encendió todas las luces de alarma.

Como el hombre más rico del país, Berlusconi siempre se había presentado a los italianos como el mejor capacitado para dirigir la economía del país como si del consejo de administración de Fininvest se tratase. Pero ya ni siquiera esta presunción se corresponde con la realidad. El Fondo Monetario Internacional y la UE no se fían y vigilarán "in situ"al Gobierno italiano para que ponga en marcha sus compromisos.

Mientras en el exterior aumentaba el descrédito de Italia, en el interior del país los antiguos aliados de Berlusconi se precipitaban a abandonar el barco antes del naufragio. La patronal, el Vaticano e incluso sus viejos aliados de la Liga Norte se apartaron del primer ministro, mientras la oposición de izquierdas y centro reclamaba su dimisión.

Hasta ayer, Berlusconi se resistía como gato panza arriba a dimitir. Sobrevivía con una agónica mayoría de Gobierno a base de cesiones, cheques y favores. Su permanencia en el poder resulta vital para blindarle judicialmente en los diversos casos abiertos en su contra en los tribunales. Pero ayer todo cambió. Las deserciones dentro de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), han dejado en minoría al Ejecutivo, con 308 diputados (a ocho votos de la mayoría absoluta) y han puesto en evidencia la soledad política del "premier".

El anuncio oficial de que Berlusconi dimitará una vez que el Parlamento apruebe a finales de mes el paquete de reformas exigidas por Bruselas no garantiza, sin embargo, que el "Camaleón"no permanezca en la Palacio Chiggi hasta que se convoquen elecciones anticipadas o pueda incluso encabezar un nuevo Ejecutivo. Aunque "Il Cavaliere", de 75 años, defiende que la única salida a la crisis política es la convocatoria a las urnas, esta prerrogativa correponde al presidente de la República. Giorgio Napolitano deberá dilucidar si elige a otro primer ministro o convoca elecciones para primavera.

El centro y la izquierda se decantan por el ex comisario europeo de Competencia Mario Monti (68 años), un prestigioso economista que podría presidir un Gobierno técnico que aplicara las reformas económicas que necesita la economía italiana. Por su parte, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, apunta a Angelino Alfano (41 años), secretario general del PDL, para suceder a "Il Cavaliere". ¿Será ésta la última vida de "Berlusconi"o hallará la fórmula para permanecer en el poder?

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