El Euroblog

El peligro del repliegue europeo

El peligro del repliegue europeo
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Francia e Italia, con el apoyo de Alemania y el consentimiento de Bruselas, quieren reformar Schengen para adaptarlo a las olas de inmigrantes. En una Europa sin fronteras, los irregulares que arriban a Canarias o Lampedusa pueden moverse libremente por el resto de la UE en poco tiempo. Son comprensibles los problemas que la inmigración crea en los países receptores, los países del sur, y en aquellos más al norte que se convierten en el destino final de los "sin papeles". Sin embargo, la respuesta no es poner excepciones a un tratado que tanto ha hecho por acercar Europa a sus ciudadanos. Gracias a Schengen, los europeos se han olvidado de los engorrosos controles de pasaportes y, lo que es más importante, han visto cómo la integración europea puede mejorar su vida cotidiana.

La solución a un problema europeo, la inmigración, debe tener una solución europea, nunca nacional. Los Veintisiete deberían dotarse de una política común que repartiera entre todos los Estados miembros los flujos migratorios y las solicitudes de asilo. Cerrar la frontera unas horas para impedir que irregulares tunecinos lleguen a Francia desde Italia es un parche y un guiño a los movimientos populistas que hacen de la inmigración su principal caballo de batalla. Del mismo modo una regularización en un país x debe tener en cuenta que sus beneficiarios podrán trasladarse a vivir a otro país miembro, con las consecuencias presupuestarias que eso implica.

Europa, que se ha visto sorprendida por la "primavera árabe", debe asumir sus responsabilidades con su patio trasero. O asume más inmigrantes norteafricanos o colabora más estrechamente con el desarrollo de la ribera sur del Mediterráneo. No se entiende cómo Europea, capitaneada por Londres y París, se han lanzado a una operación militar en Libia sin contar con una estrategia para el previsible éxodo de refugiados.