El héroe nostálgico

A Tom Cruise parece interesarle Bourne porque no ha parado hasta encontrar una saga literaria que adaptar para convertirse de nuevo en héroe de acción más allá de «Misión imposible». El «best-seller» de Lee Child, además de asegurarle tirón entre sus más de veinte millones de lectores, le proporciona una coartada para un «thriller» vertiginoso con cierto aroma «revival». Compartimos confesiones con el guionista y ahora director, Christopher McQuarrie, y la coprotagonista, Rosamund Pike, sobre las peculiaridades de que el protagonista y el productor coincidan en la misma persona. La actriz británica se muestra sincera: «Esta es una película pensada para Tom Cruise, pero me interesó porque los personajes del libro, especialmente las mujeres, son muy reales». Sobre todo, el suyo, la hija abogada del fiscal del distrito que escoge el caso menos conveniente, el que le puede enfrentar con su padre y para el que necesitará la ayuda de Jack Reacher, un ex combatiente que ejerce de perfecto guía por los bajos fondos. La intérprete asegura que Cruise se deja la piel delante de la cámara y que, durante el rodaje, se le olvidaba que era además el que ponía el dinero hasta que venían a buscarle en helicóptero.

Loco por Hitchcock

McQuarrie, con más experiencia como guionista («Valkiria», «Sospechosos habituales»), parece haberle cogido la medida a la estrella, pues ya ha sido confirmado como director de «Misión imposible 5» y suena para «Top Gun 2». «He estado intentando levantar proyectos muy difíciles de llevar a cabo, ya que me atraen los personajes antisociales con los que el público difícilmente empatiza». Sin llegar a ese extremo, algo tiene de ello este protagonista solitario. Aunque admite que el físico de Cruise no es el que esperan los seguidores de la serie, para empezar, sobre todo, por la altura: «Estuvimos buscando estrellas de dos metros de altura –así lo describe el auor en los libros– y no había. De todas formas, los fans nunca van a estar contentos con el actor». Asegura que para preparar el filme pasó muchos días con él recopilando ideas: «Vimos muchas películas juntos. Le encanta hablar de técnica y es un fanático de Hitchcock. Se nota que ha trabajado con los grandes directores del siglo XX y ha aprendido mucho». Fue tras estas deliberaciones que lograron definir el estilo, alejado de la fórmula de las actuales películas de acción: «Tratamos de evitar la steady-cam, obviar los cortes rápidos y no situar al espectador dentro de la acción, sino rodarla desde fuera, es decir, de una forma mucho más convencional que, probablemente, habrá desaparecido dentro de diez años con los cambios tecnológicos tan rápidos». El guión tampoco transcurre por los derroteros al que este género nos ha acostumbrado: «Arranca la acción sin que el personaje principal esté en escena, lo que le aporta aún más misterio y genera más expectativas en el público», aporta McQuarrie.

Una de las mejores sorpresas es la aparición, breve pero intensísima, de Robert Duvall: «Es un personaje clave que debe atraer la atención de la audiencia. Sinceramente, hay muy pocos actores de esa edad con las características que este requería y el papel era tan corto que no creíamos que fuera a aceptar. Pero dijo sí rápido y en los primeros visionados con público comprobamos que lograba justo lo que deseábamos», subraya el director.

Voluntad de saga

También han contado con otros dos secundarios de altura como David Oyelowo, al que pudimos ver en «Criadas y señoras» y pronto en «Lincoln», y Richard Jenkin, uno de los actores de reparto con más títulos en el currículum.

Nadie del equipo oculta que la idea es crear una nueva franquicia, mientras el cuerpo de Cruise aguante: «Lo he pasado en grande y este es el tipo de cine que me gusta, espero que el público responda y pida más», concluye el realizador.