Teatro

Teatro

El imperio de los sentidos

Escena Contemporánea propone tres experiencias sensoriales en las que ver no es lo más importante

PLATO FUERTE. El músico Pablo Martín Jones cocina en «Kitchen» una receta culinaria en directo mientras ofrece un recital sonoro con útiles de cocina
PLATO FUERTE. El músico Pablo Martín Jones cocina en «Kitchen» una receta culinaria en directo mientras ofrece un recital sonoro con útiles de cocinalarazon

El ritual escénico suele estar basado en dos parámetros fundamentales: la supremacía del texto y la del elemento visual que lo envuelve. Escena Contemporánea, el festival alternativo de Madrid, en su idea de ensanchar las vivencias del espectador, propone estos días tres experiencias sensoriales que destierran esta jerarquía tradicional. «Afortunadamente, existe una demanda por parte de la audiencia, que quiere algo más», asegura el director de la muestra, Salva Bolta, satisfecho por el alto índice de ocupación de los espectáculos en el año de menor aportación de las administraciones públicas.

La primera propuesta transcurre en una especie de contenedor de obra que dormirá junto al teatro Valle-Inclán, en la plaza de Lavapiés. «Thy Kingdom Come», con el subtítulo de «Una habitación con una vista», es una experiencia individual creada por Dries Verhoeven, un holandés que se mueve en la frontera entre la instalación, el «happening» y la «performance». A ella hay que acudir solo con curiosidad y dispuesto a ser el protagonista: «Verhoeven tiende a diseñar una experiencia y desaparecer. Él cree que el artista no es el sujeto del arte, sino el espectador, al que acerca a una idea de la realidad», explica Bolta.

Delante del Teatro Valle-Inclán. Madrid Del 14 al 24 de febrero. De 11 a 21 horas. 5 euros.

«Morfología de la ceguera» propone, directamente, desprendernos del sentido de la vista durante 45 minutos, y dejarse guiar por la voz de Alicia (Mariu del Amo), que sabe lo que sienten porque hace tiempo que es invidente. «Esto es una cosa muy delicada porque trabajamos con gente. Jesús Nieto, que es el director de la compañía, tuvo mucho cuidado en explicar a los mediadores que lograran un espacio amable y que en cada persona es diferente. Los juegos que se proponen tienen que ver con el tacto –de forma suave, porque el público se muestra vulnerable–, el olfato, el gusto...

Para la intérprete, también supone un ejercicio muy personal, pues el relato de Alicia, aunque tiene resonancias de la de Lewis Carroll tiene mucho que ver con la vida de esta actriz ciega. Así, se enfrenta a un doble desafío, revivir cuestiones que le han afectado y sentir cómo al público le conmocionan a apenas unos centímetros. Salva Bolta, el director de la muestra, recurre a una frase, paradójica, pero muy explicativa sobe el espectáculo: «Propone cerrar los ojos para ver más. La transformación que uno siente cuando acude no es intelectual, sino casi metafísica».

Cuarta Pared. 15 y 16 de febrero. 21 horas. 6 euros. Tel. 902 488 488.

Aunque, a primera vista, pudiera parecer un concierto, también «Kitchen» es una apelación directa a los sentidos, pues Pablo Martín Jones, que es un músico, hijo de flamencos, que siente la misma predilección por las partituras que por los guisos, propone un recital sonoro con útiles de cocina, mientras sigue, paso a paso, una receta culinaria. «Soy músico y estoy fijándome continuamente en cómo suenan las cosas y la cocina tiene sonidos maravillosos. Además, ambas disciplinas comparten lo efímero, es decir, que lleva mucha preparación y tiene mucho trabajo detrás. Por si fuera poco, existe una relación similar con el presente. Cuando cocinas unas lentejas, al día siguiente te saben mejor porque los ingredientes están más mezclados. De igual forma, cuando grabas, el resultado se aprecia mejor posteriormente».

Degustación sonora

Esta pieza fue un encargo para un festival de Burgos y se estrenó en un espacio donde no era posible cocinar, así que ésa fue la primera decisión que tuvo que tomar: no habría fuego ni guiso paralelo, el proceso sería solo sonoro, es decir, absolutamente metafórico. Y, como suele ocurrir en el arte, las limitaciones acaban suponiendo una ventaja en el resultado final. «No se cocina en escena como tal. No hay fuego, ni alimentos; pero sí se elabora una receta, paso a paso. Es decir, la gente no ve un refrito tal cual, pero suena como si lo fuera», explica el músico. En Madrid se desarrollarará en el Mercado de la Cebada, y como tal, también ha querido incorporar en el prólogo los sonidos que se dan en ese templo de la selección de alimentos que luego formarán parte de la sinfonía gustativa que es un plato. Y, como epílogo, claro, hay que probar el plato que se ha estado preparando: «Será también una degustación sonora», advierte el artista.

Mercado de la Cebada. Madrid. Día 19 y 20 de febrero. Entrada libre.