Hollywood
«El médico»: Una buena receta
Director: Philipp Stölzl. Intérpretes: Tom Payne, Ben Kingsley, Olivier Martinez, Stellan Skarsgård, Emma Rigby. Guión: Jan Berger; basado en la novela de Noah Gordon. Alemania, 2013. Duración: 150 minutos. Aventuras/drama.
No es «Lawrence de Arabia», de la que tanto hemos hablado desde ese día en que Peter O'Toole decidió que ya estaba cansado de luchar, y el director alemán Philipp Stölzl («Goethe!», «El último testigo», a la vista está) no es tampoco, claro, porque para eso hay que nacer y sólo se nace una vez, David Lean. Aun así, la esperada adaptación del «best-seller» concebido por Noah Gordon hace más de 25 años resulta una disfrutable película de aventuras que evoca aquellas superproducciones a las que la Meca tan apegada estuvo durante los años 50 y 60; sí, hemos visto muchas, y buenas, sentados frente al televisor. Inglaterra, 1021: en el largo camino de iniciación de este pobre, persistente huérfano llamado Rob J. Cole hasta convertirse en una eminencia de la Medicina (el «mal de vientre» que acabó con la vida de su madre fue el detonante de todo, amén del poder que posee el joven para «intuir» la llegada de la muerte) le lleva a iniciar un larguísimo viaje hasta Persia disfrazado de judío para estudiar bajo la tutela del sabio doctor Ibn Sina. Hay algo ligeramente dickesiano en el arranque de la película, con esos tres niños hermanos sucios y hambrientos que son separados, pero, pronto, las aperturas de la cámara, esas ampulosas escenas invadidas por los desiertos, por el mar y las ciudades (aunque, en ocasiones, cierto aroma telefílmico se deslice en la cinta), y marco perfecto en el que el héroe comienza a engrandecer la leyenda, ratificia el interés del realizador por aquellas cintas del pasado. Tom Payne, el protagonista, es un joven actor un poco verde todavía, aunque el tiempo dirá, pero fue una excelente decisión arroparlo por un racimo de notables actores que saben siempre lo que se traen entre manos. Sobre todos, quizá sobresalga, Skarsgard, magnífico en el papel de «padre adoptivo», barbero cirujano, un medio timador con gracia y ganas siempre de juerga que acogerá al chico cuando se quede solo en el mundo a los 9 años. Muy posiblemente, muchos de los numerosos fans del escritor estarán puntillosos ahora sobre lo suprimido y lo modificado, sobre lo que falta y lo que sobra, sucede siempre, en cuanto hablamos de la fidelidad o no cinematográfica con respecto a una obra versionada, pero, por muy estrella de la literatura que sea, Gordon debería pensar en lo que dice: la épica odisea de Rob J. Cole que un día creció entre sus líneas está viva en la pantalla y tratada con tanto respeto... Y no ha sido gracias a Hollywood, mire usted.
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