Elecciones europeas
La Gran Coalición alemana se tambalea
El hundimiento del Partido Socialdemócrata lastra a los conservadores, mientras. Los Verdes se disparan hasta la segunda posición y los ultras de AfD se estancan.
El hundimiento del Partido Socialdemócrata lastra a los conservadores, mientras. Los Verdes se disparan hasta la segunda posición y los ultras de AfD se estancan.
La Gran Coalición, el invento alemán que surgió en 1966 bajo la presidencia del canciller Kiesinger y que erigió a Alemania hasta convertirla en la primera potencia europea, está herida de muerte. Tras un letargo y lejos de producirse en unos comicios generales, la puntilla vino dada por unas elecciones que tienen visos de cambiar no solo el Parlamento Europeo, sino de transformar el horizonte político germano. A partir de hoy, nada volverá a ser lo mismo en Alemania. Las cifras no dejan otra escapatoria. La coalición de partidos formada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU), y que lidera Angela Merkel, obtuvo ayer un 28,8%. A pesar de ser los vencedores, la cifra supone una importante caída con respecto a 2014. Sin embargo, nada comparable con lo obtenido por sus socios de Gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD), que ayer se anotó una derrota histórica que les arrastró hasta el tercer lugar, por detrás de Los Verdes, con un irrisorio 15,5%, casi doce puntos respecto a las anteriores europeas. Para muchos en el país, la Gran Coalición ha dejado de tener cualquier tipo de credibilidad. Una auténtica «Eurobofetada», tituló el periódico «Bild», que deja a sus líderes en una posición difícil de defender y que, a pesar de estar en el ecuador de la actual legislatura, es suficiente para que muchos visualicen más cerca que nunca la convocatoria de unas nuevas generales.
Así incluso lo sienten dentro de las filas conservadoras. Uno de los primeros en manifestarse al respecto fue el secretario general del Consejo Económico de la CDU, Wolfgang Steiger, quien sin ningún tipo de prudencia aseguró que «no será posible mantener la legislatura funcionando sin problemas» o, desde varios medios, como la revista «Der Spiegel», que ayer volvió a cuestionar la permanencia de la canciller.
No obstante, el núcleo duro de los conservadores se mantuvo moderado. «El objetivo era ser primera fuerza y lo logramos», aseguró el cabeza de la lista conservadora, Manfred Weber. Por su parte, la líder del SPD, Andrea Nahles, aseguró que quiere seguir trabajando en la coalición, aunque admitió su «extrema decepción» por la «nueva y dura derrota», felicitó a Los Verdes y dijo «aceptar el desafío» de recuperar el electorado que, según su apreciación, se ha ido a la formación ecologista. Una actitud que magnificada por su rostro fue la antítesis de lo que se vivió en la sede de Los Verdes, que con un 20,6%, doblan los resultados de 2014 y consolidan así su línea ascendente. Por su parte, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se quedó con un 10,8%, lo que supone una subida con respecto a sus resultados europeos de 2014 (un 7,4%), aunque un claro descenso en relación al 12 obtenido en las federales.
A esos malos resultados europeos del SPD se suma la pérdida de la condición de primera fuerza en el «Land» de Bremen, donde asimismo ayer se celebraron comicios regionales y donde la socialdemocracia fue la fuerza dominante durante 73 años. Hasta ayer que se vieron rebasados por la CDU, ya que obtuvo un 24,5% frente al 26,5% de los conservadores. Hoy mismo, y mientras aumentan las voces que piden un reemplazo en la directiva del partido, la ejecutiva socialdemócrata se reunirá para analizar el resultado de ambos comicios.
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