Elecciones generales
El look de los candidatos
Mariano Rajoy: Un traje azul oscuro para transmitir estabilidad
Por mucho que nos empeñemos –aunque lo diga Campo Vidal–, Mariano Rajoy no es uno más cuando se sienta a la mesa. Y eso se nota en las formas. Su estilo fue mucho más clásico que el de Pedro Sánchez. Si este último se tenía que presentar como la nueva ola del cambio, Rajoy tenía que reafirmar y fortalecer a través de su imagen su posición como presidente serio y calmado, un buen lugar al que agarrarse mientras dure la tormenta económica. El traje azul oscuro combinado con una corbata estampada también azul pretendía transmitir esa sensación de tranquilidad y confianza en la que tanto lleva insistiendo durante la campaña. Fue una manera de no jugársela, pero pecó en exceso de clasicismo: tanto el ancho de pala de su corbata como el nudo, sencillo de una vuelta, resultaban, como el debate, algo aburridos. Y el estampado tampoco animaba mucho más la contienda. Su chaqueta le aportaba un volumen contundente que se alejaba un poco de esa idea de modernización que busca su partido: debería haber buscado algo más entallado, un aire fresco le hubiera sentado de maravilla. La conclusión en el caso de Mariano Rajoy está clara: no arriesgó y eso tampoco es bueno. Pero pocas sorpresas se pueden exigir a un líder que lo que pretende es reforzar en cada acto su posición como referente de seriedad y preparación para llevar los mandos de un país. Y, si lo vemos desde ese punto de vista, cumplió las expectativas con creces
Pedro Sánchez: Mal encaje de hombros y tirantez en el pecho
Está claro que Pedro Sánchez se siente cómodo con el azul y el rojo. El secretario general del PSOE vuelve a repetir fórmula para el debate a dos y no sale muy mal parado en lo que a combinación de colores se refiere. ¿Buscamos un aire fresco?
Parece que Sánchez tiene la clave. En lo que no da en el clavo es en repetir detalle tras detalle el aspecto con el que se presentó en La Moncloa en su reunión más famosa con Mariano Rajoy hace ya unas semanas y, como entonces, comete los mismos errores, que ya son marca propia de la casa. Es cierto que acierta en los pantalones de su traje, que descansan ligeramente sobre sus zapatos de cordones –demasiado usados–, pero no podemos pasar por alto que sigue fallando cuando nos fijamos en su americana de dos botones. Sánchez sigue apostando por un «fit» estrecho que acaba dando al traste con todo el conjunto por el mal encaje de los hombros y la tirantez que se produce en el pecho. Algo similar a lo que sucede con su corbata roja –todo símbolo y mensaje–, que si bien es de pala estrecha, muy de moda, por culpa del nudo termina convirtiendo en pesadilla el sueño de modernidad que pretende presentar el candidato socialista.
A grandes rasgos, Pedro Sánchez destaca sobre la media. Otra cosa es si nos paramos en los detalles. Ahí ya la cosa cambia, y no para mejorar su imagen precisamente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar