Elecciones Generales 2016

El PP subiría 12 escaños si convence a los que dudan entre Rajoy o Rivera

El apoyo de los 630.000 votantes que oscilan entre PP y C’s elevaría a los populares al 32,1%, según el cálculo de NC Report basado en el CIS

Mariano Rajoy, durante su intervención en el acto del partido con dirigentes y militantes de Murcia.
Mariano Rajoy, durante su intervención en el acto del partido con dirigentes y militantes de Murcia.larazon

El apoyo de los 630.000 votantes que oscilan entre PP y C’s elevaría a los populares al 32,1%, según el cálculo de NC Report basado en el CIS.

En Génova y en Moncloa se resisten a dar por buenos los resultados que les otorga el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en las elecciones de junio: una ligera mejoría en voto, y menos escaños que en diciembre. Creen que superarán al alza esos resultados y que Podemos, sin embargo, se quedará por debajo de los pronósticos «tan generosos» para los intereses de la coalición de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón. Esto supondría equilibrar el golpe que volvería a recibir el PSOE en las urnas y dejaría más espacio para la apelación a la gran coalición. No como pacto de gobierno, pero sí para garantizar la investidura de la lista más votada.

La radiografía electoral que deja el último sondeo del CIS no se corresponde con las expectativas con las que trabajan en la dirección popular. Hay quienes desde dentro del PP ya están revisando «el error» de alimentar esas altas expectativas respecto a la mejoría de sus resultados en unas nuevas elecciones porque puede hacer que la frustración el 26-J «sea aún mayor». Y quienes también valoran si es acertado apostar por una estrategia dirigida a polarizar la campaña y basada, por tanto, en el argumento de que la elección es entre el PP o Podemos.

En cualquier caso, el objetivo de Rajoy y de su equipo para conseguir superar la nueva prueba electoral pasa por una combinación entre una equilibrada pérdida de apoyos del PSOE y de Ciudadanos, unido a una mejoría propia. De tal manera que la foto final les pueda ayudar a despejar el camino para poder gobernar. Aunque tuviera que ser con apoyos externos de las fuerzas constitucionalistas y con un Gobierno en minoría. Sin embargo, «una debacle socialista coloca al PSOE en un escenario tan incierto que también hace menos previsible su política de alianzas poselectorales; y esto se complica aún más si la izquierda suma más que el centro-derecha», precisan en el Comité de Dirección del partido.

La dirección del PP se aferra a la idea de que mejorará al alza las cifras que les da el CIS y sigue convencida de que conseguirá mejorar sus resultados de diciembre. La idea de rebasar el 30 por ciento de los votos parece una quimera de acuerdo con el sondeo que se conoció el jueves, aunque sea la barrera necesaria para garantizarse una investidura con la aquiescencia de socialistas y de Ciudadanos. Si la izquierda suma más que el centro derecha, será aún más difícil que el PSOE y Ciudadanos les faciliten el gobierno.

En el equipo de campaña de Génova insisten en que no es posible que todos los escaños que están dependiendo de un puñado de votos, es decir, todos los restos, vayan a parar a la coalición de Unidos Podemos y a sus confluencias. Y fían todas sus esperanzas a esa bolsa de un 30 por ciento de españoles que no tiene aún decidido su voto. Hacia ellos dirigirán sus mensajes de campaña para que funcione el voto útil a su favor. Según el cálculo que hace NC Report para LA RAZÓN, si el PP consiguiese movilizar a los electores que dudan entre apoyar a Ciudadanos o a Rajoy, estaría colocando de su lado más de 630.000 papeletas. Esto llevaría al partido de Rajoy hasta el 32,1 por ciento de los votos y los 135 escaños, tomando como referencia el último «tracking» de NC Report del pasado 6 de junio. Si en un contexto político tan excepcional como éste la campaña de Rajoy fuera eficaz para movilizar a los que dudan entre PP y Ciudadanos y entre PP y PSOE, entonces el PP podría superar los 8.200.000 votos. Y obtendría el 33,5 por ciento de los votos y hasta 140 escaños. En el último «tracking» la intención de voto a favor del PP alcanzaba la cifra de 6.986.000. Todos estos cálculos consideran un nivel de participación para el 26-J como el del 20-D, es decir del 73,2% del censo electoral. De anteriores procesos electorales y encuestas realizadas se conoce que el electorado tiende a exagerar el porcentaje de los que votarán. Si se incluyen los factores de corrección, los electores indecisos entre PP y PSOE alcanzan los 592.630, el 9,4 por ciento. Entre PP y Ciudadanos, hay 630.457, el 10 por ciento. Mientras que entre PSOE y Ciudadanos, 561.107, el 8,9 por ciento. Y entre el PSOE y la coalición Unidos Podemos, hasta 775.462, el 12,3 por ciento.

Los principales partidos centrarán su estrategia en estas dos semanas de campaña en intentar inclinar de su lado a los indecisos que dudan entre otras siglas y las suyas. Como ya ha confirmado el último sondeo del CIS, un pequeño puñado de votos puede mover escaños decisivos. Y ahí es donde van a jugársela los cuatros candidatos que este lunes se enfrentarán en el debate televisivo. Para tranquilizar a sus propios, desde la dirección popular argumentan que la encuesta que confirma el «sorpasso» de Podemos al PSOE «puede ser un buen instrumento para activar el voto útil porque vale para que los ciudadanos vean que la opción de Iglesias como presidente del Gobierno es una realidad, y que jugar con el voto tiene sus riesgos».