Campaña electoral
Rajoy se la juega a que el voto oculto le dé impulso
Que hasta un 30 por ciento de los españoles asegure que aún no ha decidido su voto, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), sirve al sociólogo Pedro Arriola para seguir sosteniendo su tesis de que el PP tiene voto oculto que revivirá durante la campaña electoral. Los más optimistas, que son los que han alimentado expectativas que aún no confirman los sondeos internos, siguen creyendo que el voto que el 20 -D se tomó el día libre, se quedó en casa, irá el 26-J a las urnas por miedo a que llegue un Gobierno de izquierda «radical». La encuesta de ayer les da argumentos para continuar esgrimiento que la viabilidad de que la alternativa sea Pablo Iglesias moverá voto útil y abstencionista a favor del PP.
Rajoy se la juega a que ese voto oculto le impulse en campaña, porque hasta ahora ninguno de los sondeos publicados, ni públicos ni privados, ha confirmado que alcance el objetivo de superar el 30 por ciento de los votos. «La única encuesta válida es la de las urnas», insisten en la dirección popular. Donde confirman que van a mantener su estrategia de una campaña cercana, en la que priman las ciudades medianas y aquellas provincias en las que hay escaños bailando y dependiendo de muy pocos votos. Los números del CIS dejan como posibilidad una mayoría de izquierdas que llegue a La Moncloa, una hipótesis que la dirección popular agitará en su discurso electoral para movilizar a su votante más rezagado, aquel al que todavía parece que no ha conseguido ilusionar ni con su balance ni con sus promesas de reformas.
Otra cosa es que los pactos acerquen o no realmente a La Moncloa a esa mayoría de izquierdas. Y sobre la mesa tanto en Moncloa como en Génova confían en que el hundimiento socialista confirme la máxima de que «Iglesias puede ganar a Sánchez, pero nunca va a llegar a ser presidente» Oficialmente el PP valoró ayer con tono moderado el sondeo del CIS. Se reivindicó como la fuerza más votada e insistió en el mensaje de enfrentar a la España moderada con la «España radical y extremista». Rajoy consideró que los datos que atribuye al PP la encuesta del CIS son un «estímulo» para seguir trabajando durante la campaña electoral desde su condición de primera fuerza. España ha superado «lo peor», pero aún queda una gran parte de la tarea y el PP quiere representar a «esa España moderada, responsable y que cree que el gran objetivo tiene que ser la creación de empleo y unos buenos servicios sociales», apostilló.
En una entrevista en Telecinco, Rajoy volvió a insistir en el discurso que mantuvo durante los meses de negociación postelectoral que siguieron a las elecciones de diciembre. Mariano Rajoy defendió la gran coalición y ratificó que no se presentará a una investidura sin tener los apoyos necesarios para sacarla adelante. También dio a entender que está dispuesto a gobernar en minoría, reconociendo las extremas dificultades para sellar un pacto de PSOE y con Ciudadanos.
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