España

Negar al Rey a cambio de unos votos filoetarras

Sánchez no ha estado a la altura de Adolfo Suárez y Felipe González

Segunda sesión del debate de investidura del candidato socialista a la Presidencia de Gobierno en la XIV Legislatura
La portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, este miércoles, en el Congreso de los DiputadosJesús HellínEuropa Press

Un presidente del Gobierno, o el que aspira a serlo, habla (o no), debate (o no), explica con claridad su programa (o no) pacta con los enemigos de España (o sí), pero lo que no puede olvidar es que todo eso ocurre gracias a la existencia de la Constitución, que consagra la Monarquía como Jefatura del Estado. No fue fácil la elaboración de Nuestra Carta Magna (asistí a todas las sesiones, ponencias, comisión, plenos y solemne sanción por Su Majestad el Rey don Juan Carlos) pero la generosidad de todos los partidos, en aras a un consenso modélico, hizo posible lo que hoy, ¡qué cosas!, parecería imposible.

El presidente del Gobierno, en funciones o proclamado, nos representa a todos los españoles; y por muy grandes que sean sus ansias de poder, no puede olvidar esta condición.

Resulta indigno, por no utilizar términos más fuertes, que, ante el menosprecio a Su Majestad el Rey, el inquilino de la Moncloa no se haya atrevido (porque eso ha sido, ha tenido miedo de perder apoyos a su investidura) contestar a los herederos de los que intentaron asesinar (lo lograron con otros 857 españoles) al hoy Rey Emérito, padre de Felipe VI, que con tanta maestría y patriotismo (aprendido, por cierto, en su paso por las Academias militares y, por supuesto, en su preparación como futuro jefe de la Corona) encabeza nuestro entramado constitucional.

Hay hechos que marcan un antes y un después, y hoy, víspera de la Pascua Militar, quedará grabado con un círculo (el color que lo elija el hacedor) en el particular calendario de Pedro Sánchez.

En los años de la hoy denostada por algunos Transición española, ocurrieron muchas cosas. La labor de Adolfo Suárez, del que tanto tendría que aprender el hoy candidato, no siempre era comprendida por todos. Y en el mundo militar había sectores en los que no se entendía lo que estaba haciendo, aunque al final comprendieron que buscaba el bien de España. Ocurrió, lamento no precisar la fecha y el lugar porque no dispongo del archivo a mano, que un oficial le llegó a denegar el saludo y e Suárez, con autoridad, le corrigió. Un lamentable incidente pero que era reflejo de esa tensión, hoy felizmente superada.

En nuestra Constitución hay muchos artículos, todos están vigentes, incluido el 8 que confiere a las Fuerzas Armadas, “constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire”, la misión de “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”. Cuánto lucharon los separatistas para que no se incluyera este precepto en la Carta Magna. ¿por qué sería?.

Mañana irá el candidato a la Pascua Militar con este artículo vigente. Quienes estén allí representando a las Fuerzas Armadas harán gala del respeto, sentido del honor y gallardía que han aprendido y que blasonan su trayectoria; y, no se preocupe señor candidato, nadie le denegará el saludo ni le dirá una palabra más alta que la otra. Esas situaciones ya las pasaron sus antecesores, entre ellos Adolfo Suárez y Felipe Gonzáles, que le han dejado desplegada la alfombra roja por la que ahora deambula.

Qué gran ocasión ha perdido hoy de intentar ponerse a la altura (la verdad que es difícil) de ellos. Siempre hay ocasión de rectificar y debería hacerlo, aunque pierda votos, aunque no sea investido, porque ser español está por encima de todo eso.

Me llamaba esta mañana un antiguo socialista y me decía que es el momento de echarse a la calle para protestar (cívicamente, por supuesto). Un socialista. No de Vox, ni del PP, de UPN, ni de Ciudadanos...Un socialista.