España

El PP vasco blinda a Alonso como candidato a «lendakari»

Clima preelectoral. Casado tendrá que ratificar la decisión y en la organización regional tachan de «ruido» a los críticos

El anticipo de las elecciones vascas favorece la continuidad de la dirección del PP vasco sin injerencias desde Madrid por más que las haya intentado provocar la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. En el entorno de Pablo Casado no es la única voz que cuestiona la dirección política de la organización vasca y sus resultados electorales, pero la decisión la tiene el «número uno». E igual que «metió» mano en el PP catalán, con el relevo de Xavier García Albiol por Alejandro Fernández nada más hacerse con las riendas del partido en 2018, en la estructura vasca hay muchas más resistencias y elementos que no controla Génova.

El «aparato» regional quiere blindar la continuidad de Alonso. Él está dispuesto a repetir y a mantener su compromiso con el partido, y en el partido entienden que es la voz que en estos momentos «mejor garantiza la unidad interna» y que es «el más capacitado para gestionar el proceso de alianza con Ciudadanos» para concurrir juntos, bajo la fórmula que sea, en las próximas elecciones autonómicas. En el País Vasco las especulaciones sobre el anticipo electoral apuntan al mes de abril.

En ese círculo de confianza de Casado, desde donde se ha dirigido la operación de profunda renovación de los cargos orgánicos del partido para pasar página de la etapa de Rajoy, se puede escuchar la reflexión de que en el País Vasco conviene un cambio, abrir una nueva etapa y darle a la organización un perfil más parecido al del equipo que encabeza Casado.

Alonso es una excepción, uno de los pocos supervivientes con mando en plazo a esa renovación implementada por Casado para afrontar los procesos electorales que se le vinieron encima nada más ganar el Congreso del PP que decidió el relevo de Mariano Rajoy. También siguen el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que se espera que repita como candidato; y el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Pero hay diferencias importantes con el caso de Alonso. Feijóo estaba en el poder y Casado tampoco tuvo margen de tiempo para «entrar» en la organización andaluza, inmersa en la preparación del proceso electoral autonómico de diciembre de 2018.

En el caso del PP vasco Génova sí ha tenido tiempo para intentar forzar los cambios que ajusten la organización al discurso por el que clama Álvarez de Toledo. Pero Casado tiene que medir los pasos antes de entrar como un elefante en esta organización regional. De hecho, a su portavoz ya le han echado en cara que ni estaba en los momentos duros ni está en condiciones de dar lecciones sobre resultados electorales después de su desastrosa «cosecha» en Cataluña. Fue como «número uno» por Barcelona en las elecciones generales, y desde el PP catalán ya han empezado a dejar caer en público su rechazo a este «aterrizaje» impuesto desde Madrid. El empresario y concejal del PP del Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, ha hecho de portavoz de esta corriente crítica sin perderse en eufemismos. En el PP vasco anticipan que Alonso tiene el apoyo de Casado y explican que «no contemplan otra opción» electoral.