España

Demostración de fuerza a ERC al grito de «lucha contra el Estado»

El ex presidente se da un baño de masas en Perpiñán. Exhibió su liderazgo del soberanismo y reivindica la vía rupturista frente a Junqueras

Carles Puigdemont
Puigdemont se desplazó ayer hasta Perpiñán (Francia) para exhibir fuerza ante ERC, en un acto al que acudieron 200.000 personas según la organizaciónEmilio MorenattiAP

Tras la aparente tregua del miércoles con la puesta en marcha de la mesa de negociación en la Moncloa, JxCat retomó ayer de manera indisimulada sus ataques contra ERC. Los neoconvergentes, con Carles Puigdemont a la cabeza, exhibieron fuerza con un multitudinario mitin en Perpiñán y no desaprovecharon la ocasión para lanzarse contra los republicanos y su estrategia dialogada. Con distintos tonos, tanto el expresident como los exconsellers Toni Comín y Clara Ponsatí trataron de desacreditar la vía de la negociación con el Estado que propugna Esquerra y empuñaron de nuevo la bandera de la línea dura y de la confrontación, que JxCat había amagado con aparcar tras la reunión en Madrid con el Gobierno, en la que Quim Torra, por ejemplo, moderó ostensiblemente el tono.

El acto, que se había estado diseñando durante semanas y tenía un trasfondo electoral evidente –de hecho, la CUP se ausentó porque auguraba un mitin «partidista» y ERC participó, aunque con una representación de mínimos, da impulso a Puigdemont y JxCat en el camino hacia las urnas. Los neoconvergentes consiguieron una demostración de músculo –congregaron a 200.000 personas, según los organizadores, y 110.000 según la policía francesa– en plena precampaña electoral y tan solo 72 horas después de que se activara el diálogo con el Gobierno, una circunstancia que envenena todavía más el escenario político español. Los presupuestos son el principal reto que tiene por delante ahora el Gobierno –son determinantes para la continuidad de la legislatura– y este clima condicionará mucho a ERC a la hora de votarlos.

JxCat logró generar un clima hostil para ERC y de rechazo a la mesa de negociación recién creada. Tanto es así que Oriol Junqueras, que intervino en el acto a través de un vídeo grabado –como también el resto de presos–, recibió tímidos abucheos. Ponsatí, primera en intervenir, encendió al público con una diatriba contra el Estado y ERC. La exconsellera que se fugó a Escocia alentó al independentismo a prepararse para el «próximo embate» y la ruptura con el Estado, y reclamó no dejarse «enredar» por la mesa de negociación, que consideró una vía intransitable que solo sirve para «hacer ganar tiempo» a Pedro Sánchez. «La independencia no se debe aplazar», aseguró Ponsatí, tras elogiar, entre otras cosas, a los jóvenes que sembraron el caos en la plaza Urquinaona de Barcelona tras la sentencia del «procés».

Poco después, Comín siguió la misma línea y pidió «sacrificios y compromiso» a los separatistas para que la «confrontación salga bien» y cargó contra el PSOE, recordando que apoyó la aplicación del 155.

Con este preámbulo, la intervención de Junqueras corría el riesgo de una desaprobación generalizada por los asistentes. Finalmente, no fue así del todo, porque recibió muchos aplausos, pero también tímidos abucheos. Sobre todo, cuando reivindicó la mesa de negociación. «Cuando somos muchos y actuamos coordinados, tenemos fuerza para forzar al Estado a hacer cosas que nunca hubiera hecho, es así como le hemos sentado a negociar», dijo.

Puigdemont puso el punto final al acto convocado por el Consell per la República, una suerte de «Govern paralelo» que tiene como objetivo internacionalizar el «procés». No se refirió a la mesa de negociación ni tampoco mostró un tono conciliador. «Ya no nos pararemos ni nos pararán», avisó e hizo un llamamiento, en la línea de Comín y Ponsatí y en contraposición a la vía negociada de Junqueras, a preparar la «lucha definitiva» contra el Estado.

La Republica es la única garantía que puede poner fin al régimen monárquico herederero del franquismo»

El expresidente de la Generalitat no solo recibió el calor del independentismo en el acto. Entre el viernes y la mañana de ayer tuvo una agenda repleta en la ciudad francesa, situada a 30 kilómetros de la frontera con España. Los miles de manifestantes fueron llegando entre el viernes y ayer a primera hora de la mañana y llegaron a saturar el paso entre Francia y España. A su llegada el viernes, Puigdemont recibió un homenaje del club de rugby local y ayer fue recibido con honores por el alcalde de Perpiñán, Jean-Marc Pujol. Pujol –Los Republicanos–, que está en plena campaña electoral y necesita los votos de un electorado más afín al independentismo en la ciudad para vencer, no escatimó en recursos para agasajar a Puigdemont, Comín y Ponsatí en el Ayuntamiento, donde mostró una estrecha complicidad con los tres y dispuso las banderas catalana, francesa y de la Unión Europea.

Tampoco faltó el apoyo de Torra en toda la mañana. El president se desplazó hasta Perpiñan para arropar a Puigdemont y no dudó en hacer uso de las redes sociales del Govern también para hacer difusión de su presencia allí. También todos los consellers y diputados de JxCat acudieron. De ERC, en cambio, no acudió ni el vicepresidente del Govern Pere Aragonès, ni los consellers.