Yihadismo

“Si no podéis encontrar una bomba, destrozarles la cabeza con una piedra”

El yihadista detenido en Ciudad Real instruía a sus acólitos con los mensajes más radicales de Daesh

Imagen de archivo tomada de un vídeo de Mohamed al Adnani
Imagen de archivo tomada de un vídeo de Mohamed al Adnanilarazon

"Si no podéis encontrar una bomba o una bala, destrozadles la cabeza con una piedra o asesinarles con un cuchillo, atropelladlos con vuestro coche, tiradlos desde un lugar alto, estranguladlos o envenenadlos". Bader Baqali, el marroquí detenido por la Policía Nacional en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), había interiorizado los mensajes lanzados en septiembre de 2014 por el que fuera portavoz del Estado Islamico, Abu Mohamed Adnani (Taha Subhi Falaha, su verdadero nombre), muerto por una bomba lanzada desde un dron en agosto de 2016. Sin embargo, sus vídeos se siguen utilizando como enseñanza en las redes sociales de Isis y esto es lo que hacía Baqali, según fuentes conocedoras de los hechos consultadas por LA RAZÓN.

Asimismo, y dentro de la labor de adoctrinamiento a oitros musulmanes, para que se unieran a la yihad, les transmitía los mensajes publicados en el semanario “Naba” en el sentido de aprovechar las debilidades de occidente por la pandemia del coronavirus para cometer atentados.

Desde que huyó de Marruecos, tras adoctrinar a varios compatriotas con el fin de que alistaran a Daesh y perpetraran acciones criminales en territorio nacional (el viaje a Siria resultaba imposible por las acciones de la Coalición Iternacional), había deambulado, desde 2017 por varias zonas de España trabajando como temporero.

Su entrada en nuestro país se había producido de forma irregular y, en 2019, llegó a Bolaños de Calatrava, donde se dedicó a intentar captar para la yihad a otros musulmanes que también trabajaban en el campo.

Les mostraba vídeos con las “hazañas” de la banda yihadista, decapitaciones incluidas, y otras publicaciones en las que se animaba a atacar a occidente.

Estaba obsesionado con atacar a los miembros de las Fuerzas de Seguridad por la eficacia que están demostrando en la lucha contra el yihadismo.

Por la mañana, iba al tajo y se dedicaba, como otros, a las labores del campo; pero, por la tarde y noche, se reunía con otros musulmanes para tratar de adoctrinarles.

Les hacía ver que tenían que confundirse con la población local, actuar como “soldados invisibles” de Daesh, a la espera de que llegara el momento para pasar a la acción.

Les adoctrinaba en el credo takfirí, la corriente más radical del yihadismo.