Estado de alarma

Marlaska desafía a De los Cobos: «Ni yo ni nadie le pidió el informe»

Asegura que Sánchez «no le obligó» ni le dijo nada sobre la «remodelación de los equipos» y que la directora general trabajaba en los cambios de la cúpula

Los ojos del juez
Los ojos del juezRuben MondeloLa Razón

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska se acogió ayer a la estrategia de guardar silencio y la negación. Durante su intervención inicial no hizo ni una sola referencia a la crisis de la Guardia Civil como consecuencia del cese del coronel Pérez de los Cobos por haberse negado a revelar información sobre la investigación de las manifestaciones del 8-M. Después de que la oposición en bloque le afeara su silencio y le reprochara sus injerencias», «mangoneo» y falta de transparencia accedió a responder en el último turno réplica.

Previamente el senador del PP, Fernando Martínez-Maíllo exigió su dimisión. «Es su primera intervención y espero que sea la última». Le recriminó que pidiera a un coronel que «cometiera un delito» y le recordó que el «prestigio que tenía» como juez «no le valida como ministro». «No es opcional manchar el nombre de la Guardia Civil» y aseguró que su desprestigio está «al nivel de Roldán».

A modo de interrogatorio le hizo numerosas preguntas sobre el domingo del cese del coronel: «¿Qué pasó el domingo? ¿Dio instrucciones al general Berrocal y Santafé para recriminarle que no le hubiera dado el acceso a ese informe?» «¿Lo pidió usted?» «¿Dio instrucciones a la directora general de la Guardia Civil para que llamara a Pérez de los Cobos interesándose por ese informe?» «¿Le mandó cesarlo?» «¿Por qué tenía confianza en el coronel hasta el domingo?, ¿le llamó el presidente del Gobierno pidiéndole el informe que inculpaba a su Gobierno? ¿Sabe que lo que hizo fue no cometer un delito de revelación de secretos?

Pero el ministro del Interior dejó todas las preguntas sin contestar. Después de las preguntas de Cs o Vox sobre las «purgas» para nombrar a dedo a sus afines, Grande Marlaska se parapetó en la cortina de la «remodelación de los equipos» y negó la mayor. «Ni yo, ni nadie del ministerio, ni la directora general, ni nadie, solicitó ningún informe ni el acceso al contenido» del mismo, afirmó.

Repitió su mantra de estamos en una «etapa nueva» de remodelación y «eso no es un descrédito del departamento». Afirmó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no le «obligó, ni le dijo nada» sobre el equipo que iba a constituir porque lo que éste le exige es eficacia, cumplimiento de la ley y del programa» y defendió a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez de quien dijo ha estado «trabajando permanentemente» en la renovación de la cúpula del Cuerpo y en la seguridad de todos.

«Se podría haber hecho mejor»

El titular de Interior se siente respaldado por el Gobierno que ha establecido una suerte de cierre de filas a la fuerza. En privado, desde algunos sectores de la coalición se reconoce que la gestión de la crisis «se podría haber hecho mejor» y que la cascada de salidas tras el cese de Pérez de los Cobos no ha contribuido a trasladar una imagen de normalidad, sino a reavivar el incendio.

Entienden que ha vuelto a fallar la comunicación y que, si bien el movimiento de que compareciera por sorpresa Marlaska tras el Consejo de Ministros del martes fue acertado, porque «lanzó un mensaje de rendición de cuentas», lo cierto es que sus explicaciones no acompañaron a este objetivo. En Moncloa creen que el ministro salió «vivo» de las explicaciones que ha tenido que dar en sede parlamentaria, en parte porque la polémica de Cayetana Álvarez de Toledo con Pablo Iglesias –llamándole «hijo de terrorista»– contribuyó a diluir el impacto en los medios y la opinión pública de la ofensiva de la oposición contra Grande-Marlaska.

Sin embargo, esta autocrítica que exponen desde el Ejecutivo se acompaña inmediatamente de un absoluto cierre de filas, forzado en parte por la situación de crispación a la que está sometido el debate. Consideran que la oposición está buscando cualquier argumento para «derrocar a un gobierno legítimo» y no van a dar ningún paso en falso que les permita avanzar en su estrategia de desestabilización. El respaldo al titular de Interior es total, Sánchez no ha perdido su confianza en él, y se circunscribe la destitución del coronel de la Guardia Civil a los cambios que todo ministro tiene derecho a acometer en sus equipos. Entienden que PP y Vox están utilizando esta cuestión para desgastar al Gobierno en mitad de una crisis sanitaria, «de la que también se han desentendido», y lamentan la «soledad» en la que se encuentran.