Sucesos

Juicio al “Rey del Cachopo”: La Policía explica dificultad de identificar a Heidi, “teníamos un torso pero no nos decía nada”

Los agentes que participaron en la investigación explican cómo llegaron hasta César Román Viruete

Un limpiadora de la Audiencia Provincial barre restos desprendidos de la maleta donde encontraron el torso de Heidi tras haber sido mostrada a la testigo
Un limpiadora de la Audiencia Provincial barre restos desprendidos de la maleta donde encontraron el torso de Heidi tras haber sido mostrada a la testigoLa RazónTSJM

Puede que el crimen presuntamente cometido por César Román Viruete, alias “El Rey del Cachopo”, haya sido uno de los más complejos a los que ha tenido que enfrentarse el Grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, algo que seguramente engorde el ego del acusado. Hubo varios motivos que dificultaron el avance de las actuaciones pero uno de ellos fue, din duda, el estado del cuerpo que los agentes encontraron. Suelen decir estos agentes que “todos los cadáveres hablan” en referencia al lugar y circunstancias donde han sido hallados, así como todos los datos que se desprenden de la autopsia pero en esta ocasión fue diferente. Según ha explicado una policía de este grupo, que hoy ha comparecido como testigo en el juicio y que fue de las primeras en llegar a la nave aquel 13 de agosto de 2018: “Teníamos un torso pero no nos ayuda”, en referencia a que lo habían dejado “no identificable”, sin posibilidad de tomar huella dactilar al estar amputado de brazos y piernas y sin poder analizar tampoco la dentadura en casi de que hubiera estado muy deteriorado, porque también le habían seccionado la cabeza. Tampoco tenía las prótesis mamarias que suelen llevar un número de serie. “Se anuló todo signo de identificación”, aclara la agente. Por eso fue complejo averiguar de quién se trataba. Así que, comenzaron por el principio.

“Heidi no tenía ninguna razón para desaparecer”

Lo primero era saber de quién era esa nave y esa misma tarde, sobre las 20:00 horas ya estaban hablando con el propietario, Adelino, un señor mayor que les explicó a quién había alquilado la nave de la calle Sebastián Gómez, 3, en el distrito de Usera. Miraron el listado de personas desaparecidas (las familias de César y Heidi aún no habían denunciado su desaparición) y sospecharon del propietario del tíquet del párking de Madrid Río hallado en la nave o de que la víctima pudiera ser la del carné de estudiante que había allí. Todo se fue descartando a medida que fueron pasando las semanas. “Saber a ciencia cierta que era Heidi no lo sabemos hasta el análisis del ADN en noviembre pero desde el primer momento teníamos sospechas de que era ella porque no tenía ninguna razón para desaparecer de esa manera”, explicó la agente.

El taxista, pieza clave

Se miraron las antiguas parejas de César y comprobaron que era un tipo violento. Cuando hablaron con el taxista, todo fue cuadrando. “Le citamos dos meses después de que hubiera realizado el servicio y no tenía esperanzas de que se fuera acordar pero recordaba perfectamente la carrera y me sorprendió. Decía que era un tipo muy bajito, muy hablador, que no callaba y que llevaba una maleta que pesaba mucho. Dijo que pesaba muchísimo: unos 60 kilos”

Después, la ex novia de César, Sara, reconoció la maleta sin género de dudas. La agente ha explicado que tuvieron que analizar todas las cámaras posibles (Metro y autobuses de la EMT, tecla clave en la investigación del pederasta de Ciudad Lineal) y que hubo una ex pareja de César, Luana, que no se creyó conveniente tomarle declaración porque averiguaron que podía tener buena relación con el sospechoso y podría ponerle en alerta de las pesquisas.

“Os estaba esperando”

También han declarado esta mañana los agentes que procedieron a su detención en Zaragoza. Cuando entraron en la cocina del “bar Gerardo” le llamaron por su nombre real: César. Él contestó, según han declarado hoy por videoconferencia: “Os estaba esperando desde hace tiempo”. Uno de estos agentes ha explicado que su aspecto físico era “muy muy diferente” al de las fotos que les habían proporcionado. Se había dejado barba larga, pelo rapado y había perdido muchísimo peso.