Juicio al "Rey del Cachopo"
La Policía desmonta al “Rey del Cachopo”: “Un mafia nunca dejaría un cadáver no identificable”
El jefe del Grupo VI de Homicidios ha sido el testigo más importante de la jornada
La segunda semana del juicio por el homicidio de la hondureña Heidi Paz, cuyo único acusado es César Román Viruete, ha comenzado con la declaración de las personas que tuvieron contacto con él cuando huyó a Zaragoza tras, presuntamente, cometer el crimen. Raquel Contreras, al propietaria del bar “Gerardo”, ha manifestado por videoconferencia que le contrató justo antes de que comenzaran las fiestas del Pilar de ese año, 2018. “Empezó el 10 de octubre y me dijo que se llamaba José Rafael Rujano Contreras, que era venezolano pero de descendencia gallega y yo me lo creí porque mi abuelo también se apellidaba Contreras y era de Coruña”. Román aseguraba ser discípulo de Arzak pero, según la testigo, no se le daba muy bien la cocina; un comentario que no ha gustado nada a César, quien ha negado con la cabeza molesto con la apreciación. “Yo me di cuenta viendo un día a Ana Rosa que hablaban del testimonio de un estafado y posible asesino de su novia. Yo me acerqué y dije pues si este es el cocinero que yo tengo. Mi marido decía que no era y yo dije: voy a llamar a al Policía, si no es él prefiero equivocarme, pido perdón y ya está”. Raquel indicó a los agentes que su empleado entraba a trabajar a las 11:00 y los agentes se presentaron a las 11:45 pero al entrar en la cocina no lo reconocieron y les dije: es tan fácil como pedir el DNI”. Los agentes se hicieron pasar por unos proveedores que venían a retirar un producto en mal estado de la cocina, según publicó LA RAZÓN y finalmente él les confesó: “Soy yo al que estáis buscando”. Cuando le comunicaron su arresto, César les preguntó si podía ir a recoger sus cosas y la policía, según ha declarado esta mañana Contreras, respondió: “¿Te crees que somos tontos?” La propietaria del bar ha asegurado que durante el tiempo que estuvo trabajando allí no fue a visitarle ningún conocido. También ha declarado la compañera de piso de Zaragoza, con quien tuvo una discusión porque, según ella, dejaba la cocina y el baño sin recoger. A ella, igual que al casero del piso, le dijo que se llamaba Julio.
“Me dio mala espina la maleta”
Pero sin duda los testimonios más relevantes de la investigación han sido los de los profesionales de Policía Nacional y Bomberos del Ayuntamiento que trabajaron en el caso desde el hallazgo del torso. En este sentido ha declarado el jefe del Bomberos, que llegó al lugar sobre las 13:45 horas de aquel 13 de agosto de 2018. Tras extinguir el fuego de lo que parecía una hoguera en el hueco del montacargas, hicieron una inspección por si, como marca sus protocolos, pudiera haber alguna persona en el interior, se dio cuenta de que había una maleta bajo el hueco de la escalera con un líquido alrededor. “Me dio mala espina. Por mi experiencia tuve la intuición de que podía ser un cadáver. Me acerqué, vi que había restos de sangre y no la toqué. La cremallera estaba sin cerrar y la levanté. Me esperaba lo peor pero no terminé de identificar qué es lo que había. Un torso mutilado”.
En ese momento, mandó a sus hombres que salieran del edificio, pidió a un agente de la Policía Municipal (que también ah declarado hoy) que le acompañase a identificar y también ayudó en esa labor inicial de identificación una médico del Samur, que constató que se trataba de restos humanos. Entonces se activó el protocolo ante una posible muerta violenta, se custodió la zona y poco después llegaron los agentes de Homicidios y la comitiva judicial.
Una investigación complicada
El jefe del Grupo VI de Homicidios ha explicado al jurado en qué consiste su trabajo y ha relatado cómo fueron esas primeras horas de la investigación del crimen. El agente ha detallado que se informaron de quién era el propietario, que éste les contó que la tenía alquilada y, entre las personas que estuvieron en la firma del contrato y que podía tener las llaves, al único que no localizaron era a César Román. Con el resto de personas sí pudieron hablar. Indagaron en la vida de este hombre y fueron hablando con sus ex parejas y gente de confianza, como Giovani, que les contó que le perdió al pista el día 13, justo el día del incendio. “De la víctima no sabíamos nada, solo que era mujer”. A través de sus conocidos supieron que su última pareja era Heidi y también estaba desaparecida. Hablaron con su madre, quien en un principio pensó que la buscaban porque se había metido en algún lío. “La animamos a poner denuncia y ya desde el principio nos contó que no le gustaba César y no se fiaba de él porque creía que la maltrataba y nunca le contó cómo había tenido el aborto”, ha explicado el responsable policial, quien ha explicado el posicionamiento telefónico de víctima y acusado. Cuando la defensa de Román le ha preguntado por qué no buscaron imágenes de Heidi el día que desapareció en Legazpi, ha asegurado que las imágenes de borran cada cierto tiempo y que cuando estaban investigando ya no había.
Orden de detención
También ha explicado cuando hablaron con el taxista, y cuando al final sobre el 13 de noviembre el informe de ADN confirma que el torso es de Heidi. Entonces sí emiten una orden de detención contra Román desde el Juzgado que llevaba el caso, el 32. El policía ha desmontado la teoría de la mafia de narcos de César, según el acusado responsables del crimen. Con todos los años que lleva en Homicidios, el profesional sabe que las mafias lo que buscan es que se sepa que ellos han matado a alguien para que conste el castigo como aviso a navegantes. “Nunca lo dejarían no identificable”, ha explicado.
Otro de los puntos muy significativos para los investigadores fue el hecho de que el día 5 Román solicitase un taxi cuando siempre contaba con “Giovani” para sus traslados.
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