Estrategia

Sánchez implicará a los ministros sin carné en la campaña del PSOE

El presidente exhibe la sinergia entre partido y Gobierno con una foto de unidad en Ferraz. Nadia Calviño será la punta de lanza de esta estrategia

Pedro Sánchez pone al PSOE en órbita. El presidente del Gobierno es consciente de que se enfrenta a un año decisivo por su triple vertiente electoral –autonómicas, municipales y generales–. Con el objetivo de «maximizar» la capacidad de «planificación, comunicación y eficacia de la acción del Gobierno» y la difusión del discurso de las actuaciones del Ejecutivo. El presidente quiere mejorar las sinergias entre Ferraz y Moncloa, y para trabajar en esta dirección, reunió ayer a los miembros de la Ejecutiva del partido y a los ministros del ala socialista de la coalición. Sánchez busca proyectar una imagen potente de «unidad», «fortaleza» y de estrategia coordinada, que lanza un mensaje con gran carga de profundidad. El líder socialista está dispuesto a poner toda la carne en el asador y va a exigir una implicación total de sus equipos.

La escenografía que se exhibió en Ferraz no es baladí. Una foto de familia en la que posaban bajo las siglas del PSOE también los ministros sin afiliación. Fuentes socialistas aseguran a este diario que contarán con la «implicación total» de los ministros para la campaña del PSOE, también aquellos que no tienen carné del partido. «Dependerá de su disponibilidad, pero con toda probabilidad estarán todos», señalan. Entre los fichajes «independientes» a los que Sánchez recurrió para conformar su Gabinete destacan el ex presidente de la Airef José Luis Escrivá, los magistrados Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Pilar Llop y Nadia Calviño, desde la Comisión Europea. Especialmente relevante es el papel que se reserva a la ministra de Economía. Pese a no ser afiliada del PSOE, Calviño será uno de los puntales de la campaña socialista que tiene como principal estrategia vender la gestión económica del Gobierno. La ministra ha ido transformando su perfil público, del puramente «técnico» y de «despacho» a uno más «político» y cercano a la calle. Ayer, ocupó un lugar preeminente en todas las fotografías.

Sánchez quiere demostrar que su gobierno ha superado la gran asignatura pendiente de la izquierda, gestionar una crisis económica y hacerlo, además, de manera diferente a como lo hizo la derecha en 2010. De este modo, el discurso del PSOE se centrará en confrontar los dos modelos de afrontar las situaciones de críticas a las que se ha tenido que enfrentar el país –pandemia y guerra de Ucrania– durante los últimos años. «Progreso o retroceso». Visualizarán las diferencias entre «proteger a la mayoría de la ciudadanía y que el país siga avanzando y otra, empeñada en retroceder y recortar derechos», señalan.

Resucitar el miedo a Vox

En este sentido, el PSOE instrumentaliza la polémica sobre el aborto en Castilla y León para resucitar la estrategia del miedo a Vox. Una estrategia que ya se demostró agotada en las últimas convocatorias electorales, por ejemplo, en Andalucía, donde la falta de alternativa del PSOE acabó generando una corriente de voto útil hacia Juanma Moreno para que pudiera gobernar en solitario. «Donde el PP gobierne con el apoyo de la ultraderecha, que es su política de pactos, las mujeres volverán a tener en peligro sus derechos y libertades», señaló ayer la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, que compareció en rueda de prensa después de la reunión en Ferraz. En la dirección del partido aseguran que estarán muy atentos a la «letra pequeña» de la iniciativa que quieren impulsar PP y Vox sobre el aborto y avanzan que «ejercerán las acciones legales que consideren oportunas» por si entrase en contradicción con la nueva ley del Aborto, en la que entre otras cuestiones, se busca proteger a las mujeres del acoso que sufren cuando acuden a clínicas abortivas.

La ofensiva del PSOE contra los populares es total, llegando, incluso, a poner –tal como adelantara ayer este diario– en cuestión la continuidad de la candidatura de Alberto Núñez Feijóo a las elecciones generales, si en las municipales y autonómicas no lograra ganar el «plebiscito» que han planteado para el 28 de mayo. En el Partido Socialista no se sienten interpelados por esta disyuntiva y aseguran que el liderazgo de Sánchez no está en entredicho. Los socialistas lamentan no tener enfrente una «oposición responsable», a la que asimilan con los movimientos reaccionarios que han puesto en jaque la democracia en Estados Unidos y, más recientemente, en Brasil. «Hemos escuchado cuestionar la legitimidad del Gobierno de España, sembrando dudas sobre la limpieza de las futuras elecciones», aseguró ayer María Jesús Montero, identificando estos gestos como el «pistoletazo de salida a las políticas trumpistas que se replicaron en Brasil».

La vicesecretaria general del PSOE acusó a los populares de «seguir atacando, alentando dudas sobre la democracia, bloqueando las instituciones, incumpliendo la Constitución y, ahora, cuestionando la limpieza de las elecciones. ¿Hasta donde está dispuesto a llegar el PP en esta deriva irresponsable?», se preguntó. Los socialistas son muy críticos en este sentido y recuerdan al principal partido de la oposición que «las palabras tienen consecuencias», equiparándolas al discurso incendiario de EE UU y Brasil. «Feijóo sigue el manual de instrucciones de Trump», señaló Montero.

En paralelo a la estrategia de ataque al PP, los socialistas también miran a su izquierda, urgiendo a Podemos y Sumar a ponerse de acuerdo cuanto antes y trasladar certidumbre al votante de izquierdas. En Ferraz son conscientes de que hay un electorado de izquierdas «que no va a votar al PSOE y creemos que se tiene que arbitrar un espacio a la izquierda del PSOE que recoja esa voluntad de voto, que si se disgrega puede tener poco rendimiento electoral», señalan en Ferraz.