Dimisión de Cristina Cifuentes
47 aspirantes para una silla
Génova tiene diez días para elegir al sustituto de Cifuentes entre los diputados del convulso PP de Madrid.
Génova tiene diez días para elegir al sustituto de Cifuentes entre los diputados del convulso PP de Madrid.
Diez días tiene Génova para elegir al sustituto de Cristina Cifuentes al frente del Gobierno regional. Para el día 18 de mayo, la dirección nacional –que ya ha dejado claro que será quien controlará la elección– deberá presentar a la presidenta de la Asamblea madrileña el nombre del candidato al Pleno de investidura que se celebrará antes de que acabe el mes. Los populares cuentan, en principio, con el apoyo de Ciudadanos frente a la pinza PSOE-Podemos, que ya ha anunciado que votará a Ángel Gabilondo. Albert Rivera sólo ha puesto una condición: que el candidato este «limpio». Desde que Génova se insiste en que «hay mucha gente honesta en el PP de Madrid», pero no todos valen.
En primer lugar, el reglamento de la Asamblea obliga a que el presidente sea diputado del Parlamento madrileño. El PP cuenta con 48 escaños, con lo que, una vez descartada a Cifuentes, son 47 los aspirantes al puesto. La dirección nacional ha puesto otra: que no sea ni «aguirrista», ni «cifuentista». El nuevo hombre o mujer ha de tener la total confianza de Génova y debe abrir una tercera vía en Madrid que deje atrás el enfrentamiento librado en los últimos años entre los partidarios de las dos últimas presidentas del partido en Madrid. Una vez aplicados estos filtros, la lista se reduce considerablemente. Pero no son los únicos.
La crisis de Cifuentes ha llegado en un momento en el que el PP de Madrid aún se estaba recuperando de la traumática salida de Esperanza Aguirre, hace poco más de un año. La lideresa madrileña dirigió con mano de hierro y mucho carisma a la formación desde el año 2003, cuando asumió la dirección regional de manos de Pío García- Escudero. «Todo el PP ha sido aguirrista, hasta que llegó Cifuentes y empezó a hacerse cifuentista», explican quienes han vivido la traumática transición. Las cifras lo avalan: en el último congreso regional, Aguirre fue elegida presidenta del partido con el 97% de los votos. Los mismos compañeros auparon a Cifuentes en 2017 con un respaldo del 93%. «El PP es un partido disciplinado en el que se cierran filas en para arropar al líder. Son muy raras las revueltas», explica un diputado con varias legislaturas a sus espaldas.
La lista de diputados que hoy se sienta en la Asamblea fue diseñada apenas un mes antes de las últimas elecciones autonómicas, las de 2015, por Esperanza Aguirre; de hecho, la elección de nombres y su orden fue uno de los primeros capítulos de la guerra que posteriormente se libró por el liderazgo del partido, que Cifuentes no asumió hasta 2017, tras la dimisión de Aguirre en 2016. Pese a la «reconversión» generalizada de la mayoría de los diputados, en la bancada popular todos saben quién es más de «un bando o del otro». Muchos de los afines a Cifuentes han dejado su escaño para entrar como directores generales o vicecosejeros de su Gobierno –los cargos son incompatibles–, sin embargo en la bancada popular se sienta en primer lugar y como principal baluarte del «cifuentismo», Ángel Garrido. El propio número dos de Cifuentes, llegó a la Puerta del Sol desde el Ayuntamiento de Madrid de Alberto Ruiz-Gallardón, donde desempeñó diversos cargos y donde curiosamente se le tachaba de «aguirrista». No obstante, parece que la insistencia que se está haciendo desde el Gobierno regional para que el actual presidente en funciones sea el candidato del partido no va a ablandar a Génova y su intención de que el nuevo presidente autonómico abra una nueva etapa en Madrid. Bajo esta condición de la dirección nacional, parece que tampoco tendrán opciones los consejeros Rosalía Gonzalo, Jaime González-Taboada, Carlos Izquierdo o Pedro Rollán, miembros del círculo de confianza de Cifuentes.
La lista de aspirantes sigue reduciéndose si se saca a los «aguirristas» que tuvieron un papel importante junto a la anterior presidenta regional o junto a Ignacio González: Gador Ongil, Jesús Fermosel, Anabel Mariño o la propia hermana del ex presidente autonómico, quedarían descartados.
La elección de un alcalde o ex alcalde es otro de los filtros que se aplicaría a la lista. La complicada política local siempre es susceptible de «ensuciar» a un candidato que haya pasado por ella, y el grupo popular tiene casi una decena de regidores en su bancada que están descartados. Aplicadas las condiciones de unos y otros, a Génova apenas le quedan nombres. Quienes suenan más en los corrillos son por tanto quienes aterrizaron en el parlamento regional desde la dirección nacional. Enrique Ossorio, llegó en 2012 y aunque fue consejero de Economía con Ignacio González, su papel como portavoz del PP en la Asamblea le ha convertido en un «conciliador». Alfonso Serrano, María Eugenia Carballedo, Álvaro Moraga o Juan Antonio Gómez-Angulo, son hombres de la confianza de Génova que conocen bien el Parlamento regional y que en los últimos días suenan en los corrillos.
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