Elecciones europeas

«Apoyo un marco legal migratorio, pero no que todo el mundo venga a Europa»

Entrevista a Martín Schulz. Candidato socialista a la Comisión Europea. «El mayor problema de la UE es la falta de confianza»

«Necesitamos reglas éticas, que deben ser también para los políticos e instituciones»
«Necesitamos reglas éticas, que deben ser también para los políticos e instituciones»larazon

Entrevista a Martín Schulz. Candidato socialista a la Comisión Europea. «El mayor problema de la UE es la falta de confianza»

A seis semanas de las elecciones europeas, el candidato socialista a presidir la futura Comisión, el alemán Martin Schulz, se esfuerza en subrayar sus diferencias con su rival conservador, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Durante un encuentro en Bruselas con un grupo de periodistas españoles, el presidente de la Eurocámara constata que la crisis ha distanciado a los políticos de los ciudadanos y lamenta la «falta de coraje de Europa» para encarar su futuro.

–En el Parlamento, los dos grandes partidos (socialistas y populares) votan con frecuencia juntos. ¿Cómo pueden los electores distinguir sus programas?

–Creo que el problema es que Juncker no puede distinguir su programa del mío. Si revisamos las votaciones en el Parlamento Europeo durante los últimos meses, vemos una clara diferencia entre el centro derecha y el centro izquierda.

–¿Cree que los líderes europeos respetarán el compromiso de proponer al candidato más votado el 25-M?

–El artículo 17.7 del Tratado de Lisboa así lo señala. Los congresos celebrados por los tres principales partidos (PPE, PSE y ALDE) han nombrado a sus candidatos. No es una invención de Juncker o Schulz. Además, los líderes de los tres grupos parlamentarios han declarado que sólo sus candidatos serán sometidos a votación en la Eurocámara.

–¿Teme que, si es elegido presidente de la Comisión, Alemania concentrará mucho poder en la toma de decisiones en Europa?

–En Madrid no me considero un alemán, sino un europeo que viene de Alemania. Yo nunca he estado en política nacional. Fui alcalde y en ese cargo creció mi vocación europeísta. El resto de mi carrera política ha sido en Europa. Como un alemán de la posguerra, estaba profundamente convencido de que lo mejor que podía pasarle a mi país era Europa.

–¿Confía en una victoria electoral de la izquierda tras los malos resultados que ha tenido en muchos miembros de la UE en los últimos años?

–Puede haber un Parlamento Europeo con mayoría socialista y dieciséis gobiernos del PPE en el Consejo. Hasta ahora, hemos estado hablando de miles de millones de euros para la banca, sin tener en cuenta que para la realidad del ciudadano son más importantes los miles de euros que necesita para vivir. Por eso, me pregunto quién ha abandonado a quién. La gente se preocupa por sus miles de euros y se le habla de miles de millones.

–¿Cree que la gente acudirá el 25-M a votar pensando en Europa o en clave nacional?

–Tradicionalmente, las europeas han sido vistas por el Gobierno y la oposición como unas elecciones intermedias en los distintos estados miembros. Ahora tenemos una competición entre diferentes personalidades y ha crecido el interés en la campaña electoral porque no sólo son unas elecciones españolas o alemanas, sino que tienen consecuencias en Bruselas. La personalización de la campaña ha transformado la elección nacional en una elección europea.

–¿Son compatibles austeridad y crecimiento?

-Durante los últimos tres años, la gente sólo está escuchando hablar de recortes y de la caída de la inversión pública. En cambio, lo que necesitamos es crecimiento, especialmente en aquellos países con una importante caída del crédito. En mi opinión, es inaceptable que el BCE preste dinero a los bancos a un interés casi del cero por ciento y éstos no concedan crédito a la economía real. La combinación de crecimiento, inversión y empleo es la triple condición para un presupuesto saneado.

–¿En qué se diferencian sus propuestas de las del Partido Popular Europeo?

–Las propuestas del PPE pregúnteselas a ellos. La recuperación del crédito es muy importante en la lucha contra el paro, porque la mayoría de los puestos de trabajo se crean en las pymes, no en las grandes empresas, que han reducido sus plantillas.

–Pero, ¿cómo se puede convencer de eso a los bancos?

–Lo primero en lo que debemos centrarnos es en las pymes, la columna vertebral de las economías de los estados miembros. En segundo lugar, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha aumentado su capacidad de préstamo hasta los 60.000 millones. Lo tercero es diseñar una estrategia de inversión que nos haga ser menos dependientes, sobre todo en el sector energético. Por ejemplo, España podría exportar energía limpia a otros países de Europa, lo que necesitaría una gran inversión. Mi otra propuesta es la cooperación entre el sur de Europa y el norte de África, donde hay enormes posibilidades de inversión (puertos, aeropuertos, educación, agricultura....).

–¿Los europeos han perdido la confianza?

–La gente ha perdido la confianza tanto en las instituciones nacionales como en las europeas. Las instituciones no confían entre ellas y éstas desconfían de los bancos, que, a su vez, no confían en los mercados. Los mercados desconfían de los bancos, que desconfían de los ciudadanos, que también desconfían de los bancos. Los ciudadanos desconfían de ellos mismo. El mayor problema de la UE es la falta de confianza y para recobrarla hay que describir los hechos. Estamos describiendo los recortes y no las inversiones, que son una forma de confianza.

–¿Cuál debe ser la respuesta de Europa a tragedias como la de Melilla o Lampedusa?

–Debemos reconocer el hecho de que Europa es un continente de inmigración. No es una invención de la Prensa que esté muriendo gente en el Mediterráneo. El 92% de la población mundial vive fuera de Europa y no creo que se haya puesto de acuerdo en venir aquí. Otras regiones de inmigración, como Nueva Zelanda, Australia, Canadá o Estados Unidos, cuentan con un sistema legal de inmigración y millones de europeos hacen uso del mismo. Estoy a favor de un marco legal migratorio, pero no de que todo el mundo venga a Europa. Ello significa que uno pueda apuntarse en una lista y tener una oportunidad. Esta legislación debe incluir una política de asilo que proteja a los refugiados, una acogida temporal a los que huyen de guerras civiles, catástrofes y un reparto entre todos los estados miembros.

–¿Hay que recuperar los valores éticos tras la crisis?

–Necesitamos reglas éticas. Los especuladores ganan millones de euros y no pagan impuestos y cuando pierden dinero, son los contribuyentes los que tienen que pagar. La gente corriente paga sus impuestos, mientras que las empresas que ganan mucho dinero amenazan con no instalarse en la Unión Europea si no son eximidas de hacerlo. Una sociedad con valores éticos significa que los más fuertes pagan más que los más débiles. La realidad es que los más débiles pagan el precio más alto. La ética también debe ser para los políticos y las instituciones, que son los que crean el marco en el que esto ocurre.