José María Aznar
Aznar se reivindica como el faro ideológico de la derecha
Génova envía al acto de FAES a los representantes del ala más crítica con el ex presidente Gobierno.
Génova envía al acto de FAES a los representantes del ala más crítica con el ex presidente Gobierno.
El ex presidente del Gobierno José María Aznar aprovechó el primer acto de FAES tras su divorcio con el PP para dejar claro a su partido que su renuncia a la presidencia de honor no implica que vaya a apartarse de la primera línea política. No piensa callarse, pero, además, su plan es intentar utilizar la ex fundación popular para erigirse en el faro ideológico de la derecha española. Al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, le preguntaron unas horas después por esta presentación de Aznar como el gurú ideológico que vuelve a los orígenes para corregir el rumbo de su partido, «el abandono ideológico» al que se refirió el ex ministro Alberto Ruiz-Gallardón, y marcar los límites del camino correcto. Pero Rajoy optó por su estrategia de siempre, la de ignorar los «golpes» de sus adversarios, aunque sean con guante blanco, seguir a su «libro» y no alimentar la polémica. A su manera, el jefe del Ejecutivo ya había dejado clara su indiferencia ante los movimientos que pueda hacer Aznar con su fundación con la decisión de la representación del partido que acudió al acto de ayer. El ex presidente había invitado a la plana mayor de la dirección del PP, pero la delegación quedó reducida a los vicesecretarios Javier Maroto y Andrea Levy. Todo un símbolo. Son dos de los representantes de eso que se ha acuñado como el nuevo PP. No conocen prácticamente a Aznar y representan el ala más crítica dentro del partido con el «aznarismo». Y para la otra parte, para el ex presidente del Gobierno, representan justo esa desviación de las esencias por parte de la cúpula popular contra la que quiere combatir.
No obstante, Aznar midió mucho su reaparición pese a la expectativa generada. Y desde la dirección del PP no se apartaron tampoco del mantra que repiten todos los dirigentes del partido, el de que Aznar es un referente, al que siempre escucharán y del que tendrán en cuenta sus ideas.
El ex presidente del Gobierno cerró, eso sí, las especulaciones sobre si pretende formar un nuevo partido. No está en sus planes. Su intención es hacerse escuchar, ser referencia de la derecha y, si tiene margen para ello, que cale el mensaje dentro de su formación de que no pueden hacer lo que les venga en gana aunque tengan que administrar una minoría parlamentaria. «España es nuestra tarea y queremos hacerla bien desde nuestro sitio. Ahí vamos a permanecer. Ahí nos van a encontrar», sentenció. Advirtió, asimismo, de que éste es un momento clave, en el que hay que rechazar los dilemas «falsos y simplificadores» que plantean algunos. Como el de decidir entre «disolución o fractura» en temas como Cataluña o Europa, o entre acuerdos y reformas, en alusión al pacto de investidura de Rajoy. Aznar reivindicó el papel de FAES como laboratorio ideológico, al que intenta desvincular de la asociación con la derecha más a la derecha del PP «fichando» para su nueva puesta de largo a dos ex ministros que han llevado la etiqueta de los «más progres» del equipo popular, Josep Piqué y Alberto Ruiz-Gallardón. Los dos son miembros del patronato de la fundación. Al acto «Ideas para la sociedad española» acudió la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, otra de las piezas «caídas» durante la etapa de Rajoy. Y otros ex miembros del PP como el vasco Santiago Abascal, líder de Vox.
Ayer, Aznar dio sólo un primer paso en un movimiento con más recorrido que tiene como objetivo denunciar los supuestos abandonos y cesiones del Gobierno de Rajoy respecto a la ortodoxia de la derecha reformista. Su debilidad es que él también gobernó en minoría y tiene un pasado.
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