El PP reta a Mas a cambiar la Ley si quiere la consulta

Como dos amantes despechados, Artur Mas y Alicia Sánchez-Camacho evidenciaron ayer que no queda nada de aquella noche que CiU y PP pasaron en un hotel boutique del Barrio Gótico de Barcelona, el pasado San Valentín, para cerrar el último acuerdo que firmaron la legislatura anterior: los presupuestos de 2012. La decidida apuesta de Mas por celebrar una consulta de autodeterminación y la escalada de reproches entre ambos flancos durante la campaña electoral ha dejado la relación muy lastimada. En la segunda sesión del debate de investidura, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, intentó en balde restablecer los puentes de diálogo con CiU con una condición, que Mas rompa su acuerdo con ERC, requisito que el president de la Generalitat descartó. Tras este amago, Mas y Sánchez-Camacho escenificaron la ruptura entre nacionalistas y populares, enzarzándose en una discusión sobre la viabilidad de la consulta. Mas exigió al PP que deje de utilizar la Constitución como pared para frenar el avance de Cataluña hacia la independencia y Sánchez-Camacho retó al president a conseguir un cambio constitucional para sacar adelante su proyecto. «Si quiere el referéndum, vaya al Congreso y cambie la Ley, a ver si lo consigue», le desafió, con la convicción de que en Madrid, donde el PP tiene mayoría absoluta, no tiene nada que hacer. Mas echó en cara a los populares que no pueden ir por el mundo diciendo que «la consulta no se hará», como han hecho desde Antonio Basagoiti al mismo Mariano Rajoy. «¿Quiénes son ustedes para silenciar al pueblo de Cataluña?», preguntó Mas, tras reprochar al PP que no puede tomar decisiones unilateralmente menospreciando la voluntad de las urnas. El president invitó a Rajoy a seguir el ejemplo de «los países demócratas del mundo», como Canadá o el Reino Unido, que sí han aceptado las consultas del Quebec y Escocia. Pero si Mas dejó claro que sí o sí está dispuesto a celebrar la consulta soberanista, Sánchez-Camacho, alzada en portavoz de la Moncloa en el Parlament, reiteró que trabajará para que fracase la independencia. La popular censuró el acuerdo entre CiU y ERC, porque prioriza la hoja de ruta soberanista por encima de la recuperación económica y auguró que ésta será «la legislatura de la frustración».