IVA

Camino a la recuperación

La economía española comienza a emitir señales esperanzadoras. Sectores como el turismo o las exportaciones funcionan a pleno rendimiento. Los inversores extranjeros regresan con sus capitales al país. Las empresas ganan competitividad, el rescate se aleja y las administraciones hacen los deberes

La Razón
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1.- Las administraciones, camino del equilibrio

El titánico esfuerzo que están haciendo las administraciones públicas para cuadrar sus cuentas y que tantos sacrificios está exigiendo a la ciudadanía empieza a dar sus frutos. El Banco de España se mostró el viernes optimista en cuanto al cumplimiento del 6,3% del déficit público comprometido por el Gobierno con Bruselas. El último trimestre del año concentra una parte significativa de las medidas para corregir las cuentas públicas, como la subida del IVA y del Impuesto de Sociedades, lo que, previsiblemente, acelerará el cumplimiento del objetivo, básico para recuperar la confianza de los mercados. Las comunidades autónomas, tan vilipendiadas en ocasiones, también están haciendo sus deberes. Hacienda ha corroborado que han recortado sus gastos en 7.243 millones de euros y que han incrementado sus ingresos en otros 1.559 millones de euros.

2.- Los inversores han recuperado la confianza

El Ejecutivo siempre ha defendido que una vez se equilibren las cuentas públicas, los inversores volverán a España. A medida que las administraciones lo van consiguiendo, el dinero vuelve a España. En el mes de octubre, los inversores depositaron 12.000 millones de euros. Es el segundo mes en que esto sucede, después de que en septiembre trajeran otros 30.000 millones. La cifra está lejos de paliar la fuga de algo más de 211.000 millones de euros que se han «fugado» en lo que va de año, pero marca un importante cambio de tendencia. Lo más importante, además, es que los inversores foráneos vuelven a tener apetito por la deuda pública española una vez que la crisis de la deuda soberana parece superada tras los acuerdos con Grecia. En los últimos meses, han aumentado su exposición a España en 18.400 millones de euros, según los datos del Tesoro.

3.- El Tesoro tiene reservas acumuladas

Cubiertas las necesidades de capital para el año que está a punto de acabar, el Tesoro lleva semanas haciendo emisiones de deuda con la mente puesta en el próximo ejercicio, acumulando reservas por lo que pueda ocurrir y pensando en que tendrá que captar alrededor de 230.000 millones de euros, la cifra más alta de la historia de España. En total, acumula cerca de 15.000 millones de euros de reservas para afrontar 2013. Lo ha hecho, además, en condiciones mucho más favorables de lo que en principio cabía esperar a mitad de año. Desde que en julio el presidente del BCE, Mario Draghi, afirmase que haría «todo lo necesario para preservar el euro. Y, créanme, será suficiente», la prima de riesgo española, que mide el riesgo de invertir en un país, ha caído de los 638 puntos básicos al entorno de los 390, con el interés del bono a diez años por debajo del 6 por ciento.

4.-Las posibilidades de un rescate han menguado

Pocos apostaban un euro a que España acabaría 2012 sin recibir asistencia financiera de la UE y el FMI. Pero así ha sido. Las palabras de Draghi sobre la irreversibilidad del euro, junto con la determinación del Gobierno para hacer las reformas que le exigían tanto Bruselas como las circunstancias tan críticas que vive la economía española, han permitido evitarlo. Además, si llegara a producirse tal asistencia, la batería de reformas aprobadas por el gabinete de Mariano Rajoy le garantizarían que la UE no le exigiese más reformas de calado ni tan traumáticas como las que han sufrido los ciudadanos de Grecia, Irlanda y Portugal. A favor de España corre el tiempo, pues todos los analistas coinciden en que la primera mitad de 2013 será dura, pero en la segunda llegará la recuperación. De todas formas, una ayuda «suave» de los socios europeos sería un bálsamo para rebajar los costes de la deuda.

5.- La reforma financiera está cerrada

Restan seis meses para que la reforma financiera esté concluida por completo, pero lo esencial y más complicado ya está hecho. Las entidades más débiles han sido recapitalizadas con cerca de 41.000 millones de euros, se ha producido un proceso de concentración que ha dado como resultado entidades más fuertes y la Sareb ha limpiado los balances de los bancos de sus activos «tóxicos». Como consecuencia de todo ello, el sector financiero es ahora solvente y está saneado y es de esperar que, poco a poco, se centre en lo que debe ser su tarea fundamental: prestar dinero a empresas y particulares para engrasar la economía y que la actividad despegue. Las instituciones y analistas internacionales ya no la consideran un problema por sí misma.

6.-Las exportaciones crecen sin parar

En todo proceso de recuperación, lo primero que sale a flote son las exportaciones por efecto de la recuperación de la competitividad. Y una vez que las empresas empiezan a crecer con lo que llega de fuera, empiezan a crear un empleo que, a la larga, recupera el consumo interno y la economía. España sigue este guión al pie de la letra. Este ejercicio, las exportaciones crecen a un ritmo superior al 4% y el próximo ejercicio podrían hacerlo incluso más. Entre enero y octubre, España redujo su déficit comercial a niveles de 1972. Sin embargo, logró triplicar su superávit con la UE con 9.331 millones. Además, redujo su dependencia con esta área geográfica aumentando las ventas a África (31%), América Latina (18,5%), Asia (15,3%) y América del Norte (13,1%).

7.-La economía echa raíces en los restos del ladrillo

El imparable crecimiento del «ladrillo» llevó a que en la época del «boom inmobiliario» representase cerca del 12% del PIB. El posterior estallido de la burbuja arrastró en gran medida a España al agujero del que ahora empieza a asomar la cabeza. Pero, poco a poco, el que era un evidente desequilibrio productivo se está corrigiendo. La actividad del sector se ha reducido y su peso en la economía ha sido reemplazado por otros como el industrial o el agroalimentario, mientras que otros tan fundamentales como el turismo siguen funcionando a pleno rendimiento. La reciente reforma financiera ha tomado medidas para que no se vuelva a producir otra burbuja. Por ejemplo, los bancos que han recibido ayudas públicas deberán reducir al mínimo su exposición al negocio inmobiliario.

8.-El motor del turismo late a pleno rendimiento

Con recesión o sin ella, España sigue siendo uno de los principales destinos turísticos mundiales. Este año, se batirán todas las previsiones con la llegada de 58 millones de personas que dejarán en España algo más de 45.000 millones de euros, según los cálculos oficiales. Pese a que en los últimos años lugares como el norte de África han emergido con fuerza, la seguridad que ofrece España le otorga una importante ventaja frente a este tipo de destinos y ha permitido que el turismo sea uno de los motores más poderosos de la economía española, con un peso en el PIB que ronda del 10%. Para que el país siga siendo atractivo, el Gobierno ha impulsado importantes reformas, como la que permitirá abrir los establecimientos comerciales en días festivos en aquellas zonas de interés turístico.

9.-Las empresas españolas son más competitivas

En los últimos meses, varios fabricantes automovilísticos han anunciado inversiones en sus factorías españolas que rondan los 4.000 millones de euros. Que lo hagan ahora no es casual. La flexibilidad que permite la nueva reforma laboral, así como la ganancia progresiva de competitividad de los trabajadores españoles en los últimos meses, han tenido buena parte de culpa de ello. El último Índice de Tendencia de Competitividad (ITC) de Economía apunta a una mejora del 0,7% en el tercer trimestre frente al resto de miembros de la UE. Los propios socios europeos así lo reconocen. Angela Merkel aseguró hace unas semanas que las reformas estaban mejorando la competitividad española y la prensa francesa observa con recelo una mejora que amenaza sus intereses nacionales.

10.- La Bolsa, una gran oportunidad de inversión

Todo lo que sube baja. Y en las bolsas, además, se acaba dando el efecto contrario. El selectivo español, el Ibex 35, es el único de los grandes parqués europeos que ha bajado este año. Sin embargo, las perspectivas para el que viene no pueden ser más halagüeñas. Para empezar, el plan presentado por el BCE para intervenir en el mercado secundario de deuda garantiza que, si las cosas se vuelven muy turbias, España no caerá. A ello se suma el espaldarazo que la UE ha dado a la permanencia de Grecia en la zona euro. Ambos factores alejan el riesgo de ruptura de la moneda única, uno de los escenarios más temidos por los inversores y que más han influido en el desplome bursátil. A ello se suma, además, el rescate a la banca, que debería facilitar a su revalorización en Bolsa.