Carromero saldrá de la cárcel antes del domingo

MADRID- El joven dirigente del PP Ángel Carromero agota sus últimas horas en prisión. La Junta de Tratamiento de la cárcel de Segovia se reunió ayer y acordó elevar su propuesta de concesión del tercer grado penitenciario para el dirigente de Nuevas Generaciones del PP al considerar que reúne todos «los requisitos legales» para ello, según informaron fuentes de Instituciones Penitenciarias. Tras la decisión, el expediente de la Junta de Tratamiento Penitenciario fue remitido ayer a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que, previsiblemente hoy dará su visto bueno, tras previamente haber informado a la Fiscalía de la Audiencia Nacional (que tendrá cinco días para recurrir, en caso de que lo estime conveniente). El Ministerio Público ya anunció el miércoles que no se opondrá; por lo que Carromero previsiblemente dormirá en casa este fin de semana. El Reglamento Penitenciario, en su artículo 86.4, destaca las distintas modalidades de cumplir el tercer grado penitenciario, conocido en el argot de prisión como «régimen cenicienta». Éste es un régimen abierto que permite al preso salir a diario de la cárcel con la obligación de volver por la noche para dormir, excepto los fines de semana. En Madrid hay tres Centros de Inserción Social (CIS) que contemplan el tercer grado. Otra modalidad, a la que previsiblemente se acogerá Carromero, es que ni siquiera tenga que ir a dormir a prisión si acepta llevar un control telemático que consiste en una pulsera con apariencia de reloj que se puede poner en la muñeca o en el tobillo (opción más recurrente, porque pasa más desapercibida), ya que no se la puede retirar en ningún momento. Para el funcionamiento de este control es imprescindible, además, la instalación de un sistema adicional –similar a un módem– en el domicilio del preso que se sitúa generalmente en el teléfono fijo, informa Ep.

En caso de que Carromero acepte someterse a este sistema, estará obligado a pernoctar siempre en su domicilio o al menos pasar allí unas horas todos los días.

Lo que más desea es volver a la rutina

Ha tornado su mirada inocente por una más profunda y reflexiva. Sonríe a media asta y los que le han visitado han encontrado un joven «traumatizado» por el tiempo que ha permanecido en la prisión cubana de 100 y Aldabó. Atrás dejará la pesadilla de sus días en las «mazmorras» castristas de apenas tres metros de largo por dos de ancho y camas de hormigón. Ya en la prisión de Segovia ha tenido tiempo para reorganizar sus ideas después de que fuera sedado tras 14 días en el centro médico donde ingresó tras el accidente en el que fallecieron los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero.

En los próximos días volverá a su casa, un piso en el madrileño barrio de Retiro que adquirió pocos meses antes de irse a Cuba. Lo que más desea es aterrizar en su vida normal, volver a abrazar a su padre –delicado de salud–, estar con su familia y ver a sus amigos, con los que solía hablar de política, música, videojuegos... Está impaciente por retomar su trabajo como consejero técnico en la Junta Municipal de Moratalaz. Allí desde primera hora de la mañana volverá a atender las peticiones de los vecinos, a reunirse con asociaciones, recorrerá los barrios, organizará actos culturales... «Era el alma del distrito», destaca Pablo Casado, presidente de los jóvenes del PP madrileño, que espera que todo lo vivido le sirva a Carromero para «reafirmar su lucha por la libertad». El joven dirigente llevaba la vicesecretaría de Nuevas Generaciones y la coordinación territorial, era muy activo en las campañas en el País Vasco, movilizaba a los jóvenes para acudir a las campañas, actos... Algo que confían que vuelva a retomar. Emprendedor, había invertido parte de sus ahorros en el gimnasio propiedad de su madre, donde colaboraba en lo que podía. Sus amigos insisten en que es muy «trabajador, generoso y entregado» y esperan que siga defendiendo sus ideas.