El desafío independentista
Casi la mitad de los alumnos catalanes falta a clase, según el informe PISA
El mayor absentismo escolar de España
Los resultados en Matemáticas, Lectura y Ciencias copan la atención en cada presentación del informe PISA. Sin embargo, hay otros datos que pasan más desapercibidos en el completo dossier que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un ejemplo es la ausencia injustificada a clase. Según la OCDE, en nuestro país faltaron un 28% de los alumnos de Secundaria durante las dos semanas previas al estudio: el 24,2% una o dos veces, el 2,6% tres o cuatro y el 1,2 cinco o más. Una media que prácticamente dobla a la de la OCDE, cifrada en un 14,3% y que sólo es superada por Israel (30,6%), Australia (31,8%), Italia (48,1%) y Turquía (54,2%). Con todo, si vemos región por región, encontramos resultados aún más llamativos. El porcentaje de alumnos que faltaron a clase se disparó en Cataluña, con un absentismo que roza la mitad: un 48,1% (41,3% una o dos veces, 4,6% tres o cuatro, y 2,2% cinco o más). A continuación, vendrían el País Vasco (30,6%) y, muy por detrás, Andalucía (23,6).
Para José Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Directores de Institutos de la Comunidad de Madrid, las principales causas de absentismo escolar en España estarían en la falta de motivación por parte del alumno, y por otro, en la ausencia de un control por parte de las familias. «En ocasiones, cuando los chicos llegan al instituto con 12 años ya se sienten más mayores y los padres disminuyen la vigilancia que habían mantenido hasta ese momento. Es por ello, que a veces, los niños que han desarrollado un buen expediente académico a lo largo de la educación primaria, comienzan a cambiar notablemente su comportamiento y deciden faltar a clase», explica. Otro caso aparte son las familias con problemas sociales y económicos, que pueden llegar a preocuparse menos por sus hijos, sin interesarles si reciben o no educación. Por ello, cree necesario «potenciar la motivación del alumno, reeducar la manera en la que las familias vigilan a sus hijos y aumentar el control del sistema SMS», el sistema de alerta por móvil a los padres implantado en muchos colegios.
En palabras de Araceli Oñate, directora general del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo y experta en acoso escolar, las razones que explican el alto grado de inasistencia son «múltiples»: el fracaso escolar, el alto grado de repetidores, el nivel socioeconómico, etc. Sin embargo, en Cataluña «cuentan con un problema añadido» que podría estar provocando estas ausencias: la lengua vehicular. «Los niños de familias castellanoparlantes se sienten señalados al no tener ese nivel de competencia lingüística», añade Oñate. En su opinión, los menores «están siendo utilizados como escudos frente a batallas ideológicas», lo que no deja de ser un tipo de «mobbing» escolar. Así, opina que muchos menores se sienten frustrados, porque «lo que primero buscan en el colegio es contar con su grupo de amigos, y después, el rendimiento». Hay que apuntar que sólo en el ya mencionado caso de Turquía se supera el porcentaje del absentismo catalán, «empatado» en ausencias con Italia.
Para Irene Briones, catedrática de Derecho Eclesiástico en la Universidad Complutense de Madrid y estudiosa del «homeschooling», el hecho de que el catalán sea la única lengua vehicular supone «una grave dificultad para los inmigrantes». Entendiendo por éstos no sólo a los que llegan más allá de nuestras fronteras sino también procedentes de otras comunidades autónomas. «Ése es el problema: contamos con 17 sistemas educativos diferentes. Se puede descentralizar en muchísimos aspectos, pero no en Educación», añade. «Pretenden imponer una lengua sin abrirse a otra posibilidad. Es una visión miope y los alumnos están desconcertados. Se trata de fomentar la lengua, no de imponerla», señala Fernando López Guijarro, ex presidente del sindicato de profesores ANPE Madrid y catedrático de Latín en Enseñanza Secundaria. También cree que en Cataluña está especialmente arraigada la Logse, la ley educativa aprobada por el Gobierno socialista en 1990, y cuyos resultados han sido «calamitosos». En este sentido, opina que la Generalitat «se niega a mover una sola coma» de aquel texto que, en su opinión, sigue vigente en el conjunto del Estado. Para López Guijarro, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) promulgada por el actual Gobierno «va en la dirección correcta en algunos casos, como en «la homologación equitativa de los alumnos y las pruebas externas de evaluación».
Con todo, ¿qué sanciones se prevén por la ausencia a clase? El personal docente debe tener en cuenta tres documentos: el plan de convivencia y el Decreto Educativo elaborado por cada región, así como el plan de convivencia interno de cada centro. En la mayoría de regiones, las sanciones acarrean la «privatización del tiempo de recreo», permanencia en el centro «después de la jornada escolar» y la «prohibición temporal» de participar en actividades extraescolares».
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