CDC

Mas retiene el control y consagra el independentismo en el «nuevo» PDC

CDC se transforma en el Partit Demòcrata Català y logra sofocar la rebelión de las bases

El expresidente catalán Artur Mas (i) y el actual, Carles Puigdemont (d
El expresidente catalán Artur Mas (i) y el actual, Carles Puigdemont (dlarazon

CDC se transforma en el Partit Demòcrata Català y logra sofocar la rebelión de las bases

No fue un paseo militar, pero sí una clara –y sudada– victoria. Artur Mas ha tenido que dejarse este fin de semana algunos pelos en la gatera para sacar adelante sus planteamientos en el congreso fundacional de la nueva Convergència, que, por fin, tiene nombre. Partit Demòcrata Català (PDC) fue finalmente la opción escogida ayer por las bases independentistas (ya no son nacionalistas). La denominación se impuso con 871 votos a los 657 –entre ellos, los de Artur Mas y Carles Puigdemont– de Partit Nacional Català, un remedo del Scottish National Party (SNP).

El Partit Demòcrata Català nace con polémica garantizada, puesto que Demòcrates de Catalunya (DC) –la escisión independentista de Unió integrada en el grupo parlamentario de Junts pel Sí– podría llevar hoy mismo al PDC a los tribunales. «Se entra en un conflicto por usurpación de nombre y, a partir de aquí, mañana (por hoy) anunciaremos acciones», afirmó el líder de DC, Toni Castellà, desde el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), adonde acudió como invitado a la clausura del congreso de la nueva CDC.

La cuestión del nombre ha sido un quebradero de cabeza para la dirección durante todo el congreso tras el fiasco de «Més Catalunya» y «Catalans Convergents», denominaciones que las bases rechazaron de plano el viernes. Pero la gran batalla se ha centrado en definir las estructuras de poder de la nueva CDC. Fue en la madrugada del sábado al domingo cuando el modelo organizativo quedó clarificado y cuando la dirección sofocó finalmente la rebelión de las bases.

Mas se salió con la suya y la militancia aceptó su propuesta de «tándem presidencial» lanzada el pasado miércoles. Con toda seguridad, las bases del nuevo partido independentista consagrarán al ex titular de la Generalitat como presidente del PDC y a la consellera Neus Munté como vicepresidenta durante la segunda ronda del congreso, que se celebrará dentro de quince días y que deberá escoger a los 12 miembros de la nueva ejecutiva.

El régimen de incompatibilidades se modeló a medida para abrir el paso a los favoritos de Mas. A Munté como vicepresidenta y también a Jordi Turull como número tres (coordinador general). La idea dominante entre las bases era la de impedir que los responsables gubernamentales fueran los mismos que llevan las riendas del partido. Pero dos oportunas enmiendas habilitarán a Munté y a Turull como altos cargos del PDC, si así lo ratifican las bases dentro de dos semanas. A la consellera de la Presidència se le permitirá ser vicepresidenta del PDC porque esta responsabilidad tendrá una función representativa –y no ejecutiva–. Y el segundo podrá aspirar a coordinador general (a pesar de ser presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí) porque no existen incompatibilidades para ninguno de los diputados de las cuatro cámaras (Parlament, Congreso, Senado y Europarlamento).

En todo caso, el modelo organizativo establece que la ejecutiva del PDC debe tener «dedicación preferente» al partido, lo cual podría jugar en contra de Turull. Sectores alternativos a los oficialistas ya trabajaban ayer en su propia candidatura a la ejecutiva del nuevo partido.