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Gaza

La condición irrenunciable de Albares para que el Ejército español pise la Franja de Gaza

El Gobierno abre la puerta a una futura misión de paz española en Gaza, aunque el ministro Albares matiza que es una opción lejana y que la prioridad absoluta ahora es lograr un alto el fuego

Para el Gobierno de España, la hoja de ruta en Oriente Próximo tiene un destino final muy claro: la materialización de un Estado palestino que coexista en paz y con garantías de seguridad junto a Israel. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha dejado patente que esta es la única salida viable al conflicto, un horizonte político que condiciona cualquier otra estrategia a medio o largo plazo.

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De hecho, para poder siquiera empezar a transitar ese camino, el Ejecutivo considera indispensable sentar primero unas bases sólidas. Esto pasa ineludiblemente por consolidar un cese de las hostilidades que sea permanente, un paso previo a la ingente tarea de reconstrucción que necesita la Franja de Gaza. Solo con el fin de la violencia y con la recuperación en marcha se podrá retomar un diálogo constructivo.

Sin embargo, antes de abordar cualquier plan de futuro, el jefe de la diplomacia española insiste en que la atención internacional debe centrarse en las prioridades más urgentes del presente. Según ha detallado el ministro, la comunidad internacional debe volcarse en tres objetivos inmediatos: un alto el fuego, la liberación de los rehenes en manos de Hamás y, de forma crucial, la entrada masiva de ayuda humanitaria para socorrer a la población civil palestina.

Una futura fuerza de paz, una hipótesis sobre la mesa

Es en este contexto de un futuro todavía lejano donde se enmarca la posibilidad de que España participe en una fuerza de paz en la zona. Aunque el ministro Albares ha confirmado que se trata de una opción que se contempla, ha matizado que, por el momento, "ni siquiera está planteado algo así" y que una eventual participación española pertenece, en cualquier caso, al largo plazo.

Por otro lado, el Gobierno ha trazado una línea roja muy clara para que esa hipótesis llegue a materializarse. Albares ha subrayado que una condición irrenunciable para involucrarse en una misión de este calibre es la existencia de un mandato explícito y preciso de la comunidad internacional. Para ilustrarlo, puso como ejemplo la operación Unifil de Naciones Unidas en el Líbano, una misión que España conoce en profundidad y que llegó a estar comandada por un general español.