Las protestas blindan la estación de Sants y provocan cortes en puntos claves de las carreteras

Los autodenominados Comitès de Defensa de la República (CDR) han hecho un llamamiento a los independentistas para rodear la estación barcelonesa de Sants.

Jóvenes variopintos, con zapatillas de marca, botines de piel, chaquetas de lana y pitillos ajustados. Todos a cara descubierta. Sin una tribu urbana definida. También familias enteras, madres, padres y niños. Y jubilados con las bufandas amarillas que se pusieron el 1-O para votar. Las más o menos 500 personas que han respondido a la llamada del Cómite de Defensa de la República (CDR) para rodear la estación de Sants en protesta por la detención de Carles Puigdemont y la prisión preventiva de políticos y activistas catalanes no eran radicales encapuchados. Era gente corriente. Independentistas de pie como los que desde 2012 participan cada 11 de Setembre en las “performances” que organizan la ANC y Òmnium, sólo que esta vez responden a la llamada que los CDR hacen vía Twitter, Telegram y Signal, la app de Edward Snowden porque “la policía no puede seguirla”. Estos últimos fueron los menos, porque a las 18.00 horas de la tarde, cuando los CDR habían llamado a rodear “pacíficamente” la estación de Sants de Barcelona, el principal apeadero de la ciudad, siete furgones de los Mossos d’Esquadra organizaban un dispositivo para controlar a los manifestantes que avisaban: “Se ha acabado la revolución de las sonrisas”. Aunque el mensaje a través de las redes sociales era de mantener la calma, no entrar en la estación y evitar cualquier acción violenta, la tensión entre los independentistas y las fuerzas del orden cada vez va a más. Los altercados de la noche de domingo, tras la detención de Puigdemont, acabaron nueve detenidos. Los CDR están en manos de jóvenes, muy jóvenes, pero a través de las redes sociales se suman independentistas de todas las edades y clases sociales. Gente corriente, vecinos de barrios y municipios catalanes entregados a la pornografía emocional que invade a la sociedad catalana. Y en este contexto, que exige a los políticos sentido común, la CUP en vez de sosegar los ánimos, hizo una llamada a “paralizar el país”. El diputado Vidal Aragonés animó desde el Parlament de Cataluña a “la movilización masiva” y a “la desobediencia civil no violenta”. No condenó los altercados del pasado domingo, es más, echó leña al fuego cuando denunció la “violencia policial” contra los manifestantes que protestaban contra la Delegación del Gobierno y acusó al delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, de estar tras la supuesta violencia ejercida por los Mossos d’Esquadra.

La acciones de los CDR, calculadas para llamar la atención, han provocado el caos en diferentes puntos de las carreteras catalanas, para desesperación de conductores, camioneros y repartidores. Un centenar de manifestantes cortó la AP-7 en ambos sentidos de la marcha a la altura de Figueras entre las seis de la mañana y las doce del mediodía. Unos mil vehículos quedaron atrapados. Cuando los mossos lograron echarlos, uno a uno, con gritos de “vuestro presidente está en la cárcel”, “fuera las fuerzas de la ocupación” y tarareando “Els Segadors”, los manifestantes ocuparon otra carretera cercana, la N-II, por donde se habían desviado muchos vehículos. El juego del gato y el ratón de los activistas con la policía catalana, provocó colas de 11 kilómetros. De nuevo tuvieron que desalojarlos uno a uno. Al sur, respondiendo también a la llamada de un comité de defensa de la república, a las 8.30 horas cortaron la carretera N-340, a la altura de Alcanar (Tarragona). Y camino a Lleida, alrededor de las 10.15 horas, otro grupo cortó la A-2 a la altura de Soses (Segrià), esta vez sólo sentido Barcelona. En la capital catalana, se cortó el tráfico de entrada por la Diagonal y la Meridiana. La acción duró media hora, lo suficiente para causar molestias. Igual que las que causaron a los pasajeros que por la tarde llegaban y salían de Sants. Los Mossos retenían a la puerta de la estación a quienes llevaban un lazo amarillo, en solidaridad con los políticos presos. Adif llegó a precintar el acceso diez minutos entre las 19.10 y las 19.20 horas. Y mientras los manifestantes tiraban pintura amarilla a los Mossos y les recordaban con gritos y proclamas que su “jefe”, Joaquim Forn, está en prisión, otras personas intentaban no perder el AVE, coger o apearse de un tren de Cercanías para regresar a casa tras una jornada de trabajo, como Ana María que se vio sorprendida por la turba que a las 20.00 horas persistía en los alrededores de la estación de Sant, pese a que desde los CDR se había dado por finalizada la acción.

Empresarios de Cataluña alertaron de las pérdidas económicas que causan estas acciones.

Las acciones de protesta han sido convocadas por los autodenominados "comités de defensa de la república"y, en el caso de la AP-7, los manifestantes se han dado cita esta madrugada en Girona para desplazarse juntos desde allí hasta Figueres, donde unas mil personas han cortado la autopista en ambos sentidos.

Según el Servicio Catalán de Tráfico (SCT), el corte de la autopista ha comenzado a las 06:34 horas de esta mañana y ha atrapado en la autopista a unos 1.000 vehículos. Asimismo, se han registrado cortes de tráfico en la N-340 en Alcanar (Tarragona).

Con el fin de evitar que más conductores se queden atascados en la autopista, el SCT desvía el tráfico que va en sentido sur por la salida 2 de La Junquera y el que va en sentido norte por la salida 4 de Figueres.

Los manifestantes portan chalecos reflectantes y pancartas en las que reclaman la libertad de los políticos y líderes independentistas presos.

En la Diagonal, unas treinta personas han cortado el tráfico a su paso por la zona alta de la ciudad en ambos sentidos y, una hora después, los independentistas han decidido dar por finalizada su actuación de protesta y en demanda de la libertad de los políticos y líderes independentistas presos.

En el caso de la Meridiana, el corte de tráfico se ha producido también en ambos sentidos a su paso por Fabra i Puig y, alrededor de una hora después de comenzar, se ha podido reabrir el tráfico sin que se hayan producido incidentes.

Continúa el corte de la A-2

Unas 200 personas mantienen pasadas las 13.00 horas de este martes el corte de la autovía A-2 en dirección hacia Barcelona a la altura del municipio leridano de Soses, en el punto kilométrico 445 de la vía.

Los participantes, en su mayoría jóvenes que tienen la consigna de no hablar con los medios de comunicación, han doblado el guardarraíl y han colgado banderas 'esteladas' y pancartas con mensajes como 'Libertad presos políticos'.

La mayor parte de los asistentes han llegado de comarcas barceloneses --buena parte del Bages-- y también participan en la protesta miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) de Lleida.

Los Mossos d'Esquadra vigilan el corte de la carretera y han movilizado a varios coches y furgonetas hasta el punto.

El corte de la A-2 se produce un día después de que se interrumpiera la circulación en la misma autovía en el término de Alcarràs en protesta por la detención el domingo del presidente de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, en la que participaron unas 150 personas.