Castilla-La Mancha
De Cebreros a La Moncloa
Adolfo Suérez, expresidente del Gobierno de España y uno de los artífices de la transición española, nació en Cebreros, Ávila, España, el 25 de septiembre de 1932.
Cursó la carrera de Derecho como alumno libre en la Universidad de Salamanca y se licenció en la Complutense de Madrid, en la que también obtuvo el doctorado, con la calificación de sobresaliente.
Entre los años 1958 y 1964 prestó servicios en la Delegación Nacional de Provincias. Fue jefe del Gabinete Técnico de la Vicesecretaría General del Movimiento y director del Gabinete Jurídico de la Delegación Nacional de Juventudes.
Colaboró con Herrero Tejedor en el Gobierno Civil de Ávila y trabajó después en TVE desde 1964 a 1968, donde primero fue secretario general, más tarde director de programación y finalmente director de la primera cadena de televisión.
En 1968 fue nombrado gobernador civil de Segovia. En esta ciudad promovió la creación del Colegio Universitario Domingo de Soto y la calificación de Segovia como provincia de acción especial. Su Diputación le otorgó la Medalla Oro en reconocimiento a su labor.
Fue director general de Televisión Española desde 1969 a 1973 y procurador en Cortes de representación familiar por Ávila en la IX y en la X legislaturas de las Cortes Orgánicas.
Posteriormente fue presidente del Consejo de Administración de Entursa, empresa estatal encargada de los Paradores Nacionales, y titular de la Comisión de Turismo del IV Plan de Desarrollo.
En abril de 1975 fue nombrado ministro secretario general del Movimiento Fernando Herrero Tejedor, y Adolfo Suárez, vicesecretario general. En junio de dicho año fue elegido presidente de la asociación política Unión del Pueblo Español, de la que había sido uno de sus principales promotores.
El 11 de diciembre de ese año, tras la muerte en accidente de automóvil de Herrero Tejedor, Adolfo Suárez fue nombrado ministro secretario general del Movimiento en el primer gobierno de la Monarquía, presidido por Carlos Arias Navarro.
Presidente durante la transición
Tras la dimisión de Arias Navarro, Adolfo Suárez fue propuesto por el Consejo del Reino en una terna junto a López Bravo y Silva Muñoz, de la que el Rey tendría que designar al nuevo presidente del gobierno. El 3 de julio de 1976 Don Juan Carlos hizo pública su decisión de elegir a Adolfo Suárez, hecho que causó sorpresa general.
Conocedor de las instituciones políticas del régimen franquista, consiguió redactar una Ley de Reforma Política, aprobada por referéndum el 15 de diciembre de 1976, por el 94,2 por ciento de los votantes. Con ella se desmontaba el viejo régimen y se abría el camino hacia la democracia.
Suárez, consciente de que la reforma no sería un hecho hasta que no obtuviese la neutralidad de los militares, tras la dimisión del vicepresidente primero del Gobierno, general Fernando de Santiago, en septiembre de 1976 nombró para el cargo al general Gutiérrez Mellado, que puso en práctica una primera reforma militar.
Tras la aprobación de la Ley de Reforma Política, la oposición exigía la legalización de todos los partidos políticos, incluido el Partido Comunista, de cara a unas futuras elecciones. Este proceso se vio facilitado por la amnistía política, decretada el 11 de marzo de 1977.
Después de múltiples presiones, el 9 de abril, un Sábado Santo, el Gobierno de Suárez legalizó al Partido Comunista. Pocos días después, el 28 del mismo mes se legalizaron los sindicatos.
Todo este proceso se vio amenazado por el terrorismo, especialmente activo en diciembre de 1976 y enero de 1977.
Tras una serie de viajes a las capitales de Francia, Portugal, México y Estados Unidos y a la sede de las Naciones Unidas, convocó elecciones el 15 de junio de 1977, a las que se presentó como cabeza de lista en Madrid por la coalición Unión de Centro Democrático, que había contribuido a formar desde el poder, uniendo diversos grupos políticos de variada ideología: "azules", "populares", "cristianos"y "socialdemócratas".
Los comicios dieron el triunfo a UCD, y Adolfo Suárez formó el tercer gobierno de la Monarquía y el primero de la democracia, constituido el 5 de julio de 1977.
En octubre de ese año, ante la grave situación económica española, negoció y firmó con los dirigentes de los principales partidos políticos los denominados "Pactos de la Moncloa", apoyados por la patronal y los sindicatos.
Con el fin de ordenar la economía, también se aprobó el 8 de septiembre de 1978 el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, en vigor desde entonces, aunque con diferentes reformas.
En esta etapa se aprobaron los Estatutos de preautonomía de Cataluña, País Vasco y Galicia, y se logró el consenso político para la redacción de la Constitución que, tras ser debatida en el Parlamento, fue aprobada en referéndum por el pueblo español en diciembre de 1978.
Como presidente del Gobierno, Suárez convocó elecciones generales para el 1 de marzo de 1979, que volvió a ganar UCD, ya como partido, del que era presidente, y el 30 de marzo obtuvo la investidura en las Cortes. El 2 de abril de 1979 juró su cargo ante el Rey, con lo que se convirtió en el primer Presidente de Gobierno constitucional. A continuación formó su gabinete.
Durante su tercer Gobierno, Suárez tuvo como problemas principales la inflación, el paro, el terrorismo y la ordenación del Estado de las autonomías. Y dentro de su partido, una crisis ideológica motivada por los personalismos y la variedad de tendencias políticas.
En política exterior, la atención se puso principalmente en clarificar la posición de España en África del Norte, afianzar lazos de amistad y colaboración con los países hispanoamericanos y fortalecer las relaciones hispanoárabes, con sucesivos viajes de Suárez a Argel, Brasil, Ecuador, República Dominicana, Perú, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Irak, Jordania, Siria y Arabia Saudí. En Ryad se entrevistó con el líder de la OLP, Yasser Arafat.
Tras superar una moción de censura de la oposición socialista en el Congreso de los Diputados el 28 de mayo de 1980, las críticas a su gestión por parte de diversos sectores sociales y políticos y la crisis permanente en su partido, le hicieron dimitir como Presidente del Gobierno el 29 de enero de 1981.
Había gobernado cuatro años y siete meses, con cinco Gabinetes distintos, diversas remodelaciones y un total de 58 ministros diferentes. Durante su mandato afrontó dos intentos de golpe de Estado, en noviembre de 1978, la llamada "Operación Galaxia", y el 23 de febrero de 1981, con el asalto al Congreso, encabezado por el coronel Tejero.
El 23 de febrero, durante la sesión de investidura del nuevo presidente del gobierno, Calvo Sotelo, se produjo el asalto de un comando de guardias civiles y soldados dirigidos por el teniente coronel Antonio Tejero Molina al Congreso de los Diputados, que mantuvo secuestrados a senadores y diputados durante 16 horas. Adolfo Suárez tuvo una decidida actuación intentando hacer valer su condición de Presidente del Gobierno en funciones.
Cuatro días después el BOE publicó su cese como presidente así como la concesión real del título de Duque de Suárez.
Crisis de UCD y creación de CDS
En abril de 1981 abrió un bufete jurídico en Madrid, y en noviembre de ese año, abandonó la Ejecutiva de UCD. El 23 de mayo de 1982 se negó a formar cartel electoral con el presidente Calvo Sotelo en las elecciones generales y tras intentar imponer sus condiciones para solucionar la crisis de UCD, abandonó el partido en julio.
El 29 de dicho mes registró su nuevo partido Centro Democrático y Social (CDS), que presentó a los medios de comunicación dos días después, como una formación de carácter presidencialista, de centro progresista. Con él se presentó a las elecciones generales y obtuvo dos escaños en el Congreso, el suyo propio por Madrid y el de Rodríguez Sahagún por Ávila. Ambos votaron favorablemente la investidura de Felipe González como presidente del Gobierno.
Desde entonces, Adolfo Suárez se dedicó al fortalecimiento de su partido con el que obtuvo 1.063 concejales en las elecciones municipales de Mayo de 1983, pero no se presentó a las autonómicas.
En las siguiente elecciones generales de junio de 1986, gracias a la figura histórica de su presidente, el CDS obtuvo 1.838.799 votos, que se tradujeron en 19 diputados y tres senadores, con lo que se convirtió en la tercera fuerza política.
El 18 de septiembre de 1988 el CDS ingresó en la Internacional Liberal y Progresista, y Adolfo Suárez fue nombrado vicepresidente encargado de asuntos para América Latina. Como tal viajó en numerosas ocasiones al nuevo continente en diferentes misiones. Ejerció de mediador entre Colombia y Venezuela, fue observador en el plebiscito chileno y visitó Nicaragua. Asimismo fue portavoz de una comisión internacional de observadores en las elecciones de Paraguay.
El 12 de octubre de 1989 fue elegido presidente de la Internacional Liberal y Progresista, tras ser propuesto por unanimidad por el Comité Ejecutivo y el Buró de Líderes. Suárez sucedió en este cargo al italiano Giovanni Malagodi.
Sin embargo, frente a esta actividad internacional, en España el ex presidente del gobierno se ha distinguido por sus pocas apariciones públicas y escasa presencia personal en los medios de comunicación.
Esta circunstancia, según los observadores, fue la causa principal de la derrota electoral del CDS en los comicios generales celebrados el 29 de octubre de 1989, en los que el partido de Suárez contabilizó cinco escaños menos que en los de 1986, y en los que él obtuvo el escaño por la circunscripción de Madrid.
Durante esta IV Legislatura fue vocal de las Comisiones de Asuntos Exteriores, Constitucional y de la Diputación Permanente.
El día 26 de mayo de 1991, y tras conocerse los primeros resultados de las elecciones autonómicas y locales celebradas ese día, Adolfo Suárez anunció su dimisión como presidente del Centro Democrático y Social. Justificó su decisión en base a los malos resultados electorales de su partido, que no consiguió llegar si quiera al 4 por ciento de los votos en las elecciones municipales, porcentaje sensiblemente inferior al 9,67 por ciento que obtuvo en los comicios locales de 1987. Suárez aseguró que estos resultados eran "inferiores a los más adversos previstos"y subrayó que asumía "toda la responsabilidad de estos pequeños resultados".
Tras su dimisión, José Ramón Caso asumió la presidencia en funciones del CDS hasta la celebración de un congreso extraordinario del partido, que tuvo lugar los días 28 y 29 de septiembre de 1991.
Suárez, que no estuvo presente en el congreso del CDS, rompió su silencio 24 horas antes del inicio de éste para apoyar la candidatura de Raúl Morodo a la presidencia del partido. Sin embargo, Rafael Calvo Ortega fue elegido presidente del CDS por 445 votos frente a los 339 conseguidos por Raúl Morodo.
El 25 de octubre de 1991 Adolfo Suárez remitió una carta al presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, en la que le comunicó su renuncia al escaño de diputado debido a su "deseo de apartarme de la política activa a la que he dedicado la mayor parte de mi vida". Y en noviembre, fue sustituido por Laura Morso.
Abandono de la política activa
El 8 de septiembre de 1991, en un acto celebrado en la ciudad suiza de Lucerna, le sucedió en la presidencia de la ILP el alemán Otto Lambsdorff. A partir de ese momento, Suárez pasó a ocuparse de extender la ideología liberal en América Latina como un miembro más del comité ejecutivo.
El 25 de mayo de 1992 viajó a Guinea Ecuatorial, tras ser designado por el Gobierno español asesor del proceso democrático iniciado por el presidente Obiang, por su "experiencia en la transición española".
Tras apartarse totalmente de la política, se dedicó a su familia y en especial a su hija Mariam y a su esposa, ambas enfermas. Su hija fue intervenida quirúrgicamente de un proceso tumoral en el mes de marzo de 1993 en la clínica Universitaria de Pamplona y en Estados Unidos, se sometió a un trasplante de médula ósea.
Meses más tarde, en septiembre de 1994, también fue operada de un tumor su esposa, Amparo Illana, en la Clínica Universitaria de Pamplona. Tras una larga enfermedad, falleció el 17 de mayo de 2001.
Para hacer frente a los gastos de las enfermedades de ambas, Suárez hipotecó su casa palacio de Ávila y en abril de 1995 Banesto ejecutó la hipoteca al no poder hacer frente al pago. Sus únicos ingresos eran los procedentes de su despacho de abogado, ya que se había negado a recibir cualquier remuneración con cargo al Estado por su condición de ex jefe del Gobierno.
A pesar de sus problemas personales, en ocasiones ha realizado gestiones políticas de carácter moderador. Así, en un momento en el que el país se encontraba sumido en un estado de crispación política, Suárez se entrevistó con los dos principales líderes de la oposición José María Aznar y Julio Anguita los días 14 y 24 de enero de 1994, respectivamente.
En relación con el escándalo de Mario Conde, consiguió que el abogado de éste, Jesús Santaella, mantuviera una entrevista con Felipe González y el ministro de Justicia e Interior, Belloch, el 23 de junio de 1995, después de que el letrado le informara de que estaba en posesión de información delicada para el Gobierno. La celebración de ésta se conoció en septiembre de ese año.
También relacionado con Mario Conde, se vio citado en el denominado "Caso Banesto", en el que el ex banquero afirmó en 1995, durante la redacción del sumario, haberle dado 300 millones de pesetas. El 8 de junio de ese año Suárez prestó declaración en calidad de testigo ante el magistrado de la Audiencia Nacional García Castellón, encargado del sumario, ante el que negó haber prestado servicio alguno para mediar ante el Banco de España ni cobrar 300 millones de pesetas por la supuesta gestión. Esto mismo lo corroboró durante el juicio, en el que declaró como testigo el 5 de octubre de 1998.
Poco después, el 18 de noviembre de 1995 rompía el silencio que había mantenido desde su salida de la política activa, al conceder una entrevista en la que pedía diálogo para terminar con el clima de confrontación que el país vivía, así como la convocatoria de elecciones generales. Ese mismo mes, el día 20, Televisión Española emitía un programa especial "Adolfo Suárez: Memoria de la transición".
Tras la victoria electoral del PP en 1996 y el nombramiento de Juan Villalonga como presidente de Telefónica, en agosto de ese año, este último lo "fichó"para que desde septiembre y durante dos años, prorrogables por otros dos, fuera asesor presidencial de la empresa en asuntos de estrategia de expansión en América Latina.
Fue presidente de la Fundación CEAR-Consejo de Apoyo a los Refugiados desde su constitución el 4 de noviembre de 1996, cargo que ocupó hasta 2001.
Fue nombrado presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, creada por el Gobierno el 16 de noviembre de 2001, cargo en el que permaneció hasta diciemebre de 2004, que fue nombrado por su patronato presidente de honor.
El 2 de mayo de 2003, ante la presentación de su hijo como candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha por el PP, Adolfo Suárez intervino en un mitin electoral, junto al presidente del Gobierno, José María Aznar, participando por primera vez en un acto del Partido Popular.
Desde entonces está apartado de la vida pública, por razones de salud. Su propio hijo, Adolfo Suárez Illana, confirmó en una entrevista en televisión española el 31 de mayo de 2005, que su padre padecía una enfermedad neurológica degenerativa.
En febrero de 2009, Suárez fue ingresado durante una semana en un hospital por una afección pulmonar leve. En enero de 2010 volvió a ser hospitalizado durante cuatro días por una leve afección respiratoria.
El 28 de octubre del año siguiente volvió a ser ingresado durante un día para someterse a una revisión rutinaria; el 25 de abril de 2012 fue hospitalizado de nuevo por una bajada de tensión y dado de alta al día siguiente; el 20 de diciembre de ese mismo año volvió a ser hospitalizado unas horas para ser sometido a una revisión ordinaria programada de su estado general.
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