Al Qaeda

De la venta ambulante a la cima del terrorismo yihadista

«Abu Musab», que tuvo un puesto en El Rastro, fraguó la primera célula de Al Qaeda en España. Llegó en 1987, tras tres años en Francia, huyendo del régimen del padre de Asad

De la venta ambulante a la cima del terrorismo yihadista
De la venta ambulante a la cima del terrorismo yihadistalarazon

«Abu Musab», que tuvo un puesto en El Rastro, fraguó la primera célula de Al Qaeda en España. Llegó en 1987, tras tres años en Francia, huyendo del régimen del padre de Asad

¿Cómo un vendedor callejero puede convertirse en uno de los máximos dirigentes del terrorismo yihadista? Mustafá Setmarian (Alepo, Siria, 1958), de nacionalidad española, tiene la respuesta, pero por ahora no parece muy dispuesto a compartirla con nadie. En paradero desconocido desde hace más de una década –se le llegó incluso a dar por muerto–, el lugarteniente de Bin Laden, el artífice de la primera célula de Al Qaeda en España, el ideólogo de la generación de los «lobos solitarios» tiene una biografía plagada de enigmas y un rastro que se desvanece en territorios marcados por la guerra y en campos de entrenamiento terrorista.

«Abu Musab al Suri», su nombre de combate, tiene DNI español, está casado con una española y tiene cuatro hijos, todos de nacionalidad española. Vivió seis años en nuestro país, en dos etapas, en Madrid y Granada, pero en 1995 inició en Reino Unido un periplo que, veinte años más tarde, le ha llevado a la cúpula del terrorismo yihadista a nivel mundial, codeándose con los líderes talibanes afganos primero, con la Shura de Al Qaeda después y, finalmente, le habría permitido auparse a la cúspide del autoproclamado Estado Islámico (Daesh).

«El pelirrojo», como le apodan las Fuerzas de Seguridad, llegó a nuestro país en 1987, tras tres años en Francia, huyendo del régimen de Hafed Al Asad, padre del actual presidente sirio, decidido a acabar a toda costa con el movimiento fundamentalista de los Hermanos Musulmanes. En Madrid vivió en la calle León Felipe de Vallecas y tuvo un puesto en El Rastro y en la Escuela de Idiomas de la capital conoció a la que sería su esposa, Helena Moreno, una joven de familia de izquierdas que estudiaba Filología inglesa y que acabaría convirtiéndose al islam al casarse con Setmarian. Con los años, su familia le perdió la pista en sus idas y venidas a la sombra del emergente dirigente islamista.

En 1988, «Abu Musab» se trasladó a Peshawar (Paquistán), donde conoció a Bin Laden y pasó a engrosar las filas de Al Qaeda. De regreso a España, tres años después, puso en marcha una red de captación de yihadistas, el embrión de la primera célula de Al Qaeda en nuestro país, la célula de «Abu Dahdah». En septiembre de 2003, cuando el juez Baltasar Garzón acordó su procesamiento e ingreso en prisión en rebeldía ya era demasiado tarde. Setmarian estaba en paradero desconocido. En esos años, junto a «Abu Dahdah», se dedicó «a captar jóvenes musulmanes que se encontraban viviendo en España y a enviarlos a campos de entrenamiento situados en Bosnia», según consta en la sentencia que condenó a los integrantes de la primera célula islamista española. Uno de ellos, Abdullah Khayata Kattan, le definió como «un gran luchador, rápido y fuerte». A principios de los años 90 vivió en el municipio granadido de Alfacar, donde montó una tienda de ropa. De esa época es el carnet de comerciante ambulante que le expidió la Junta de Andalucía para vender «artesanía» y «complementos de moda» (en la imagen). Caducaba el 27 de mayo de 1996. En esa fecha, Setmarian y su familia ya no estaban en España, sino en Londres, donde dirigió la revista «Al Ansar», el altavoz mediático del Grupo Islámico Armado (GIA), la organización terrorista argelina a las órdenes del clérigo Abu Qutada, «mano derecha» de Ben Laden en Europa. En 1998, se trasladó a Afganistán, poniéndose al frente de un campo de entrenamiento de muyahidines, «donde se les adiestraba en el manejo de armas y explosivos para utilizarlos después cuando Al Qaeda decidiera perpetrar ataques indiscriminados», reza la aludida sentencia de la «operación Dátil». «Abu Musab» se beneficiaba en territorio afgano de su «posición preponderante» respecto a los líderes del régimen talibán. Su estancia en territorio afgano le sirvió para integrarse en la Shura (Consejo Consultivo) de Al Qaeda y auparse a la cúpula de la organización terrorista liderada por Ben Laden, de quien, sin embargo, terminaría distanciándose.

A finales de 2004, unos meses después de los atentados de Madrid, Setmarian difunde «Llamada a la Resistencia Islámica Global», 1.600 páginas en las que marca las pautas del futuro del terrorismo islamista, enterrando las estructuras piramidales y apostando por la «yihad individual». En esa obra ensalza el 11-M como paradigma de «operación de disuasión» capaz de «derrocar a un Gobierno» y forzarle a retirar las tropas de Irak «sólo a costa de un pequeño grupo de mártires y de cautivos».

Su rastro se pierde entonces hasta que, en octubre de 2005, es detenido en Paquistán y, supuestamente, entregado a Estados Unidos, que lo habría enviado a Siria para ser encarcelado desde la base naval estadounidense de la isla Diego García, en el Índico.