
Cataluña
Los Mossos d´Escuadra utilizaron una de las armas más famosas de la mafia: fueron compradas por la Generalitat
Más allá de su fama en el cine, existe una discreta y poco conocida historia del subfusil Thompson en España antes y después de la Guerra Civil

El subfusil Thompson es un arma legendaria, ampliamente reconocida en la cultura popular y protagonista de innumerables películas sobre la Segunda Guerra Mundial o el crimen organizado en Estados Unidos. Su silueta, inconfundible con el cargador de tambor, forma parte del imaginario colectivo asociado a la violencia del siglo XX.
Diseñado hacia el final de la Primera Guerra Mundial, esta arma automática tuvo un notable recorrido global, siendo adoptada por diversas fuerzas armadas y grupos paramilitares en distintos conflictos. Sin embargo, su trayectoria en suelo español se presenta como un capítulo mucho más modesto y menos documentado.
Pese a su trascendencia a nivel mundial, la presencia del Thompson en España fue siempre limitada en número, lo que relegó su impacto a episodios puntuales y, en ocasiones, poco decisivos en comparación con otras armas de la época. Su historia aquí está marcada por adquisiciones discretas y contextos específicos.
El "Tommy Gun" en Cataluña y la Guerra Civil
Desde el GEHM (Grupo de Estudios de Historia Militar) cuentan que la llegada inicial tímida del Thompson se produjo con el modelo M1921 a principios de la década de 1920, apareciendo incluso en anuncios civiles para defensa de propiedades. Su uso militar se dio primero en conflictos como la guerra civil irlandesa, antes de tener un papel relevante en España.
La situación cambió ligeramente en los años 30 con la adquisición por la Generalitat de Cataluña de varios lotes del modelo M1928, destinados a equipar a los Mossos d´Esquadra. Testimonios de la época refieren haber visto los característicos cargadores de tambor en los arsenales del Palacio de la Generalitat.
Existe una fotografía icónica de 1934 que muestra a Miguel Badia, figura destacada de Estat Català, recorriendo las calles de Barcelona durante los sucesos de octubre, con un guardaespaldas portando un Thompson M1928, evidenciando su uso por fuerzas de seguridad catalanas.
Iniciada la Guerra Civil, se cree que estos pocos ejemplares pasaron al frente, previsiblemente en Cataluña y Aragón. Su escaso impacto en el frente se debió, fundamentalmente, a su reducido número en comparación con otras armas de infantería.
El Gobierno de la II República intentó una venta denegada a la República de 5.000 subfusiles Thompson desde Estados Unidos, un intento fallido al ser vetado por el Congreso estadounidense, lo que frustró un posible suministro masivo.
También se documenta una aportación del Batallón Lincoln, voluntarios estadounidenses que lucharon en el bando republicano, quienes trajeron consigo algunos subfusiles Thompson M1928, usando aparentemente tanto cargadores de tambor como rectos.
Finalmente, el Thompson tuvo un epílogo en España en manos de la guerrilla antifranquista tras la guerra, llegando algunos ejemplares desde Francia tras la liberación. Un caso conocido es el del guerrillero anarquista "Quico" Sabaté, quien poseía uno hasta su muerte en 1960 cerca de Barcelona.
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