PSOE
Díaz despliega su red de apoyos territoriales para el salto a Ferraz
La estructura está organizada
La pausa que Susana Díaz estaba imprimiendo a los tiempos de la presentación de su candidatura a las primarias comenzaba a impacientar a sus afines. «Cada día que pasa es un día de campaña perdido», reconocen a LA RAZÓN.
Pero esta pausa, lejos de suponer inacción, llevaba aparejado un movimiento organizativo paralelo de aquellos que «no pueden esperar más para empezar a hacer campaña por la presidenta andaluza» y contrarrestar las «falacias vertidas por los pedristas». Díaz ya ha tejido y desplegado su red de apoyos territoriales para preparar su salto a Ferraz. La presidenta ha mantenido varios contactos informales con diversos dirigentes y ex dirigentes socialistas para conformar equipos y pulsar la predisposición de unos y otros para defender su proyecto para el PSOE. Por ahora, la tarea principal de estas estructuras, que operan de manera discreta en varios niveles y en todas las federaciones, es apaciguar el incendio interno que se desató con la dimisión de Pedro Sánchez y cuyo protagonista se ha ocupado de mantener vivo desde entonces entre la militancia.
Una vez que la presidenta ha dado un paso al frente orientará sus esfuerzos en iniciar las gestiones públicas de su campaña. «Hasta que no lo haga, es muy difícil cuantificar las corrientes de apoyo», señalan. Díaz cuenta con el respaldo de la mayoría de los cargos orgánicos de peso, pero es la conexión con las bases la que garantiza el éxito en las primarias. Por ello, ha puesto a estos cargos manos a la obra para comenzar a tejer complicidades con los afiliados hacia su candidatura antes de que la presente oficialmente. «Hasta que no se presente no podemos hacer campaña de manera oficial, pero eso no significa que no estemos moviendo ya sobre el terreno», comentaba antes del anuncio de Díaz un dirigente afín a ella, cuyo feudo está entregado al pedrismo.
Esta situación se reproduce en varios territorios donde reconocían que era «muy difícil salir al cuerpo a cuerpo hasta que haya un anuncio oficial por parte de la presidenta». Sin embargo, no se trata de una confrontación agresiva, sino de proyectos. Se recurre a una dinámica similar a la que ya se utilizó tras el traumático Comité Federal del 1 de octubre, cuando se organizó un maratón de actos y asambleas para explicar cara a cara lo sucedido. Recurrir a la pedagogía para exponer la abstención como estrategia o la implantación de la gestora. «Más de uno se llevó un palo», confiesan quienes lo vivieron.
La situación tampoco ha cambiado tanto. El presidente de Aragón, Javier Lambán, que acusó a Sánchez de ser un «rojo peligroso» pasó hace unos días un momento comprometido en su tierra, Ejea de los Caballeros, donde tuvo que lidiar en persona con los partidarios del ex secretario general. Desde las líneas susanistas se reconoce que Díaz «no es la que tiene más soportes, aunque todavía es pronto, Pedro lleva mucho tiempo y todo son percepciones». Y en algunos casos, percepciones tramposas. «Los pedristas son cuatro, pero muy ruidosos», alerta un dirigente andaluz. El clima que prima en Andalucía es todavía de una cautela superior a la de otros territorios. «Mal haría el partido si hace trabajar al aparato para visibilizar a Susana antes de que se presente», reconoce un conocedor del funcionamiento del partido. Antes del «pistoletazo de salida oficial» que acaba de dar Díaz, sus partidarios ya ultimaban contactos: «Testamos el ánimo y llamamos a compañeros» para proveer de las condiciones más propicias para la victoria. «Estamos comiéndonos las uñas», resumen.
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