Francia
Dos acusados declaran que no eran colaboradores sino miembros de ETA
Los etarras Asier Aginako Etxenagusia y Aitziber Coello Onaindia, juzgados este martes en la Audiencia Nacional por almacenar un arsenal de armas y explosivos y dar cobijo en su vivienda a cuatro miembros del 'comando Vizcaya', fallecidos al estallar el coche en el que viajaban por la carretera Bilbao-Galdakao en agosto de 2000, han asegurado que no eran colaboradores, sino militantes de ETA.
Así lo han manifestado los dos acusados, en el juicio visto para sentencia y seguido contra ellos en la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en el que la Fiscalía ha solicitado al tribunal que condene a los dos procesados a 16 años de cárcel por delitos de colaboración con organización terrorista y depósito de armas y municiones.
Para el representante del Ministerio Público, "nada"permitiría procesarles por un delito de integración en ETA porque no había "base probatoria", más allá de la, en su opinión, "interesada manifestación"de los acusados durante el juicio oral, sin que hayan concretado "el más mínimo dato"sobre su integración en la banda terrorista.
Por ello, el fiscal ha destacado que "lo único que ha quedado acreditado"durante el proceso es que ambos decidieron "prestar ayuda"a ETA y que pusieron a disposición del 'comando Vizcaya', sin que formaran parte de él, el piso que, previamente, habían alquilado. "Y eso es un delito de colaboración con banda armada", ha recalcado.
La defensa de los dos acusados ha pedido al tribunal la libre absolución de los acusados porque, a su juicio, el fiscal se basa en "meras especulaciones"e "hipótesis"para atribuirles el delito de depósito de armas y municiones y porque, en el caso del delito de colaboración con ETA, ha aportado una sentencia condenatoria de Francia, alegando 'cosa juzgada'.
La extraña reunión
Tanto Aginako como Coello se han acogido a su derecho a no declarar frente al fiscal Daniel Campos. Sin embargo, a preguntas de su abogado defensor, Asier Aginako ha asegurado que en junio de 2000 - contando 24 años - ya era integrante de ETA, pues "unos meses antes"les había llegado una "cita"de la organización, tras lo cual acudieron a una "reunión no sé con quien"- ha dicho -, quien les propuso ser militantes de la banda.
En esta línea, Aginako ha sostenido que la labor que se les asignó dentro de ETA fue la de "alquilar un piso", en el que ha negado haber residido con Aiztiber. "Yo vivo en Durango con mi madre", ha indicado, al tiempo que ha señalado que "a finales de junio"ambos entregaron las llaves del piso "a una persona que era de ETA".
"Luego ya no piso más", ha destacado el acusado, para después agregar iba a la vivienda "con amigos de fiesta"y que en ella "no"se guardaban ni armas ni explosivos. "No había nada", ha destacado Aginako.
Ambos acusados fueron objeto de investigación, a raíz de la explosión en carretera del coche en el que viajaban los miembros liberados de ETA Francisco José Rementería y Ekain Ruiz, así de los 'legales' Urko Gerrikagoitia y Zigor Arambarri el 7 de agosto de 2000. En este punto, ha reconocido haber conocido tanto a Urko Gerrikagoitia como a Zigor Arambarri porque fueron "amigos"y del mismo "pueblo".
Por su parte, Aiztiber Coello ha confirmado la veracidad del relato de su compañero, ha señalado que estuvo en el piso "en contadas veces"en el mes de junio de 2000 acompañada de "amigos"y que no había "ni armas ni explosivos". "Estábamos dentro de ETA y esa era la labor que teníamos que hacer", ha afirmado Coello, en alusión al alquiler del piso.
Durante la inspección ocular realizada tras la explosión del vehículo, la Ertzaintza encontró dos llaves entre los restos de un pantalón que resultaron corresponder a la vivienda que fue alquilada el 1 de junio de aquel año por Aginako y Coello para alojar a los miembros liberados de ETA y ocultar material destinado a confeccionar artefactos explosivos y documentación de la banda terrorista.
Denuncia de la propietaria
Según uno de los ertzainas, "a mediados de septiembre"la propietaria del piso denunció el impago de las cuotas, - versión corroborada por la dueña de la vivienda por videoconferencia - por lo que se solicitó la entrada en la vivienda, hallándose en ella material "fácilmente"atribuible a ETA e, incluso, una habitación-taller.
Así, se incautaron dos kilos de explosivo Titadyn 30, cordón detonante, temporizadores, detonadores, una escopeta, un fusil, dos cargadores de pistola, abundante munición, 175.000 pesetas y documentación sobre posibles objetivos de la organización.
La policía científica encontró 13 huellas de Asier Aginako en el piso, la mayoría de ellas en paredes y vajilla, y una única huella perteneciente a Aitziber Coello, en un plato encontrado en el salón de la vivienda. Para el fiscal, estas evidencias no pueden atribuirse a la celebración de un "guateque"con amigos.
Asier Aginako y Aitziber Coello abandonaron el domicilio y su lugar de trabajo "al día siguiente", cuando tuvieron conocimiento de la muerte de los cuatro etarras hasta que fueron detenidos en Francia y entregados posteriormente a las autoridades españolas. "Me cojo un coche y cruzo la frontera", ha recalcado Aginako.
Finalmente, haciendo uso de su derecho a la última palabra, Aginako ha denunciado ante el tribunal que cuando tanto él como Aitziber, entonces en una prisión francesa, lograron que Francia les dejara libres en territorio español, el Ministerio Público presentó cargos contra ellos.
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