Podemos
El delicado equilibrio de la nueva cúpula de Podemos
Iglesias desvela mañana hasta dónde llegará la purga de errejonistas en el Consejo de Coordinación
Iglesias desvela mañana hasta dónde llegará la purga de errejonistas en el Consejo de Coordinación
Fiel a la directriz de «cerrar en caliente» la crisis de unidad que asola su partido, Pablo Iglesias presentará mañana al nuevo Consejo Ciudadano Estatal su propuesta para el Consejo de Coordinación, una nueva ejecutiva con la que pretende establecer el nuevo reparto de poder entre los errejonistas y su propia facción. El líder de Podemos debe cumplir un doble objetivo con el diseño del que será el grupo de hombres y mujeres que lleve las riendas del partido: por un lado está la necesidad de desarticular el control que sobre la organización detentaban personas cercanas el que fuera su número dos hasta Vistalegre (redes, maquinaria de comunicación, campaña y financiación a través de microcréditos) y, al mismo tiempo, hacerlo de manera tal que no se de lugar a acusaciones de «purga» y de no respetar la clamorosa llamada a la unidad realizada por las bases durante la reciente Asamblea Ciudadana.
Sólo dos cosas están claras sobre la composición de la nueva cúpula de Podemos: estará compuesta por entre 10 y 20 personas (así lo estipula el documento organizativo más votado por los inscritos en Vistalegre, el presentado pro Iglesias) y cumplirá con la estricta política de paridad del partido morado con un número igual de hombres que de mujeres. Más allá todo son conjeturas, aunque algunas de ellas tienen bastantes visos de convertirse en realidad. Una de elllas, por ejemplo, es la presencia del propio Errejón en el nuevo Consejo de Coordinación: expulsarle del equipo directivo de Podemos sería una afrenta al tercio de militantes del partido que se decantaron por su opción en Vistalegre II y dar pábulo a la idea de purga de disidentes en una organización política que ha hecho siempre gala de considerar -al menos retoricamente- la pluralidad como una riqueza. Dicho esto puede darse por descontado que Errejón no estará al frente de una secretaría de la importancia estratégica de la Política, provista de gran cantidad de recursos humanos y materiales. También parece plausible que el reparto de poder en la nueva cúpula esté lejos de reflejar la proporción 40-60 que existe en el Consejo Ciudadano, punto este con el que Errejón había intentado dirigir el debate a los medios durante la pasada semana. El secretario político podría ocupar una secretaría de nuevo cuño en relación con el trabajo parlamentario e institucional del partido, un área en el que el trabajo.
Las dos figuras emergentes que flanquearán a Iglesias en lo más alto de Podemos serán Pablo Echenique e Irene Montero. Ellos serán los herederos del título de «número dos» que hasta el momento ha desempeñado Errejón. Es significativo en este sentido el hecho de que en la próxima sesión de control del Gobierno sea la jefa de Gabinete -y no Errejón como solía suceder hasta ahora- quien realice preguntas en el Congreso junto a Iglesias. Echenique seguirá previsiblemente al frente de la crucial secretaría de Organización y deberá, debido a la nueva política de incompatibilidades, abandonar la secretaría general de Podemos en Aragón. Otra de los puestos asegurados de la nueva ejecutiva será Pablo Bustinduy en la secretaría de relaciones Internacionales. Bustinduy, a pesar de haberse alineado sin ambages con el errejonismo, ha sido repetidamente alabado por Iglesias.
Rafael Mayoral y Juanma del Olmo también estarán en el nuevo equipo directivo al formar parte del círculo de máxima confianza del reforzado secretario general. También es más que probable que Igleisas incorpore a la actual secretaria de Análisis, Carolina Bescansa, que, a pesar de poner la guinda a la crisis interna de Podemos con su dimisión a apenas unos días de Vistalegre II, pidió el voto para la candidatura del secretario general.
Se ha especulado también con incorporación a la ejecutiva de figuras como Julio Rodríguez y Vincenç Navarro, dos personas con prestigiosas carreras profesionales a sus espaldas que podrían desempeñar el papel de ministros de Defensa y Economía, respectivamamente, y dotar de peso específico al equipo más próximo a Iglesias ante la eventual convocatoria de elecciones anticipadas. También suenan con fuerza los nombres de Noelia Vera, Sofía Fernández Castañón y Manolo Monereo. Tampoco es descartable la inclusión de una tercera errejonista como Rita Meastre, Tania González o Clara Serra.
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