El Ejército triplicará su espacio en el Salón de la Enseñanza

Resiste al veto de Colau y Defensa ya prepara su participación para marzo.

El asedio conjunto del ejecutivo de Ada Colau y de la Generalitat para que el Ejército abandone su «stand» en el Salón de la Enseñanza no ha prosperado. Un año más, las Fuerzas Armadas estarán presentes en esta feria –que se celebra cada marzo en Barcelona– para explicar su oferta educativa y laboral a los miles de jóvenes catalanes que buscan una salida profesional.

Ni el desplante de Colau a dos militares que se acercaron a saludarla en la pasada edición ni la moción aprobada en el Parlament para prohibir la presencia del Ejército en espacios educativos o de ocio ha echado para atrás al Ministerio de Defensa. Además de presentar la prescripción, ha pedido de forma oficial a la organizadora del evento, Fira de Barcelona, permiso para aumentar el espacio de su «stand». En concreto, el Ejército pretende triplicar la dimensión que ocupa en el Salón de la Enseñanza con una caseta de 100 metros cuadrados.

Fira de Barcelona, pese a sufrir la presión de Colau y del Gobierno catalán a través de misivas para que desestime la participación militar, ha aprobado este nuevo formato planteado por el Ejército, con el que además de ganar visibilidad quiere demostrar la gran aceptación con la que cuenta entre los jóvenes. De hecho, tal y como recordó el delegado de Defensa en Cataluña, el coronel Luis Castuera, «el año pasado hubo colas en nuestra caseta», lo que concuerda con la gran cantidad de solicitudes de ciudadanos catalanes para ingresar en las Fuerzas Armadas a lo largo del año pasado, nada menos que 1.700.

Pero lo cierto es que los militares tienen que enfrentarse a la animadversión de las instituciones catalanas. La última polémica se produjo con motivo de otro evento que también organiza la Fira, el Salón de la Infancia, un espacio de ocio dedicado a los más pequeños en Navidad. Las presiones políticas sí consiguieron en esta ocasión vetar no sólo la plataforma de las Fuerzas Armadas, sino también la de todos los cuerpos policiales, pese a que eran las más visitadas. En esta última edición, y por primera vez desde 2008, no se pudo ver a niños montados en coches patrulla o pasando la pista americana. No obstante, se permitió la presencia de casetas independentistas encargadas de repartir folletos entre los niños con las ventajas de construir «un nuevo pequeño país».