Marbella
El enigma Valls: se aleja de Cs y PP y tantea a un dirigente socialista
Busca una «lista con independientes» y no quiere que ningún partido le confeccione la candidatura.
Busca una «lista con independientes» y no quiere que ningún partido le confeccione la candidatura.
Manuel Valls va a la suya. El ex primer ministro francés sigue deshojando la margarita sobre su posible candidatura para la ciudad de Barcelona. Quiere configurar una «lista transversal con independientes», busca financiación para su campaña y dará a conocer su decisión a «mediados del mes de octubre», según fuentes de su estrecho círculo de confianza. Ha contactado con los partidos constitucionalistas, pero no dejará que «ningún partido le haga la lista». Esta posición ha enfriado, y mucho, las relaciones con Ciudadanos y con el Partido Popular. Y ante la negativa socialista, Valls quiere «fichar» a un dirigente socialista para que le acompañe en la candidatura.
Los socialistas son los únicos que rechazaron a Valls. Miquel Iceta y Jaume Collboni así se lo hicieron saber en una cena celebrada en Barcelona en primavera. Iceta se lo repitió en un encuentro en Menorca. Los socialistas no se incluirán en la candidatura de Valls y tampoco garantizan su apoyo tras las elecciones. Es más, fuentes socialistas afirman que «se le ha dicho a Valls que los socialistas no le haremos alcalde».
La mayoría absoluta nunca se ha conseguido en Barcelona. Valls necesitará apoyos tras las elecciones y entonces los votos socialistas serán fundamentales. Las encuestas que maneja el entorno de Valls apuntan en esta dirección, aunque el escenario electoral no está cerrado porque los partidarios de Puigdemont no tienen candidato, aunque todo apunta que será liderada por Ferrán Mascarell tras el rechazo del ofrecimiento por Pilar Rahola –a la que siguen presionando los fieles de Puigdemont– y deberán dar la vuelta a las encuestas que los sitúan por detrás de ERC.
El no del PSC ha inducido a Valls a buscar un dirigente socialista que se avenga a figurar en su lista. «Que el PSC se presente es positivo, cubre la izquierda y competirá directamente con Colau», apuntan fuentes cercanas a Valls que confirman los contactos con el mundo socialista: «Ha hablado con varias personas, pero no ha tomado ninguna decisión».
Con Ciudadanos la distancia se amplía y las relaciones se enfrían. Albert Rivera dijo este verano que Valls tomará su decisión en septiembre –el entorno de Valls retrasa los tiempos a octubre– aunque todavía «faltan por cerrar algunos flecos». Toda una sutileza para definir en momento delicado de sus relaciones. Fuentes de Ciudadanos no dudan en afirmar que «el partido no controla nada de lo que hace o dice este señor». Desde la candidatura de Valls replican que «Ciudadanos estará presente en la lista, pero no hará la lista».
Las desavenencias –los flecos de Rivera– parecen centrarse en la elaboración de la candidatura. Valls no ha ofrecido a Ciudadanos el número dos, como apuntan algunos medios, a Carina Mejías, la actual líder naranja en la ciudad. En su entorno niegan que haya recibido ninguna oferta y ella mantiene un discreto silencio. Tiene una razón de peso: «Valls comenta en reuniones que no se presentará con la marca del partido y que no quiere políticos en sus listas», según fuentes del partido naranja. El cisma llega incluso al padrinazgo del candidato Valls. Ciudadanos se lo arroga mientras que el núcleo duro de Valls es contundente al decir que «aceptó una propuesta de un grupo de personas independientes y del mundo de la cultura. No de Ciudadanos».
Con el Partido Popular tampoco parece que las cosas avancen. El secretario general del PP, Teo García, descartó la posibilidad de una integración en la candidatura de Valls: «En principio no se ha contemplado» esta posibilidad. En el PP catalán el debate está abierto y no se descarta ninguna opción excepto «un pacto con Ciudadanos fuera de Barcelona». Los populares necesitan un 5 por ciento de los votos para tener representación. Hasta las encuestas los sitúan, como máximo, en un 4,5 por ciento, lo que les dejaría fuera del consistorio. «No podemos perder para el constitucionalismo este porcentaje de votos», reflexionan los partidarios de un acuerdo con Valls. Se reconocen contactos entre Valls y Pablo Casado. «No hay nada cerrado, pero cuando se vieron el tema estuvo encima de la mesa», comentan fuentes conocedoras de esta conversación. «Si el PP tuviera el 5% garantizado se presentaría solo, y después de las elecciones se abriría un nuevo escenario», añaden. Los populares quieren colocar a dos nombres en puestos de salida y un tercero bien situado, pero aquí topan de nuevo con la filosofía de Valls de elegir personalmente a los integrantes de su lista, lo que indica que Alberto Fernández Díaz, el histórico dirigente del Partido Popular, quedaría fuera de juego. Ciudadanos y populares también se preguntan «cuál será el papel de Valls» en caso de no alcanzar la alcaldía y cuestionan su futuro –«si no ejerce como líder de la oposición, quién dirigirá esa lista»–, abriendo una nueva incógnita en sus relaciones.
Una intensa gira por España
En medio de este debate, Valls mantiene una intensa agenda de reuniones con representantes de la sociedad civil, empresarios y mundo de la cultura, donde destaca uno de sus máximos apoyos, la escritora Nuria Amat. Este verano se le vio en Menorca con Susana Gallardo –de la empresa Almirall– y en Marbella con Félix Revuelta –Naturhouse–, y días atrás mantuvo diversos contactos en Madrid, A Coruña, Santander y Bilbao, en busca de complicidades políticas y, también, económicas.
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