Presupuestos del Estado
El Gobierno y sus socios retirarán el veto del Senado en el techo de gasto
La reforma de la ley de estabilidad, único punto en común en la negociación que arranca el lunes
La reforma de la ley de estabilidad, único punto en común en la negociación que arranca el lunes.
El Gobierno de Pedro Sánchez ratificará este viernes, de nuevo, la senda de estabilidad presupuestaria. En principio, lo hará sin introducir cambios respecto a la propuesta que ya fue tumbada en el Congreso en el mes de julio. Su aprobación en este primer Consejo de Ministros del curso le dará, sin embargo, tiempo al Gobierno para negociar con sus socios con el objetivo de sumar los apoyos necesarios para garantizar la luz verde de la Cámara Baja. El Ejecutivo, toda vez que ya cuenta con el «sí» del PNV, deberá dirigir esos esfuerzos en dos direcciones, para convencer, por un lado, a Podemos y, por otro, a los partidos catalanes.
Las diferencias entre Moncloa y la formación morada son, a día de hoy, enormes. El Ejecutivo no tiene en mente renegociar el objetivo de déficit con Bruselas, fijado actualmente en el 1,8%, y ésta es una de las condiciones que la formación de Pablo Iglesias considera fundamental para abordar el resto de reformas, incluidas las subidas de impuestos. Tampoco está entre los planes del Gobierno de Sánchez la derogación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Aunque en esta cuestión hay matices y se podría convertir en el elemento que ayude a desastacar la negociación. Moncloa no derogará esta Ley. Sin embargo, el propio presidente Sánchez se mostró a favor en su día de reformarla para evitar que el Senado tenga capacidad de veto para la aprobación de la senda de gasto. O lo que es lo mismo, una cambio legal que, en las actuales circunstancias, impediría al Partido Popular tumbar cualquier propuesta de techo de gasto.
Este cambio en la Ley de Estabilidad Presupuestaria contaría, en principio, también con el apoyo del resto de grupos que propiciaron la investidura de Pedro Sánchez como presidente en la moción de censura presentada por el grupo parlamentario socialista contra Mariano Rajoy.
Más allá de este elemento, Podemos considera que en las actuales circunstancias y sin que el Gobierno socialista haya modificado su posición ni un milímetro, no pueden «siquiera plantearse la posibilidad de votar a favor». Al margen de los reparos de Moncloa de renegociar el objetivo de déficit con Bruselas, las diferencias también conciernen a buena parte de las exigencias del partido de Iglesias: desde la flexibilización de la regla de gasto para que los ayuntamientos tengan una mayor autonomía hasta la derogación de los decretos de racionalización en el gasto de Educación, Sanidad y Dependencia que aprobó el Gobierno del Partido Popular. El Ministerio de Hacienda, según informó Servimedia, también rechaza aumentar el tipo marginal del IRPF en los tramos más altos, concretamente a partir de los 60.000 euros, como pide Podemos.
Desde ERC, sostienen que la negociación con el Gobierno aún no se ha iniciado. Los contactos, precisan fuentes de la formación republicana, arrancarán el lunes coincidiendo con la reunión en el Congreso de la Diputación Permanente. Tendrán lugar a tres bandas, esto es, entre el Gobierno de Sánchez, el Ejecutivo catalán y los grupos en la Cámara Baja. Este partido establece dos condiciones para empezar a hablar. En primer lugar, ERC no validará «un techo de gasto que no cumpla con los mínimos necesarios que cumplan con los objetivos planteados por la Generalitat y su vicepresidente económica Pere Aragonès». De hecho, este último, número dos de Torra en el Ejecutivo catalán, mantendrá en estas conversaciones hilo directo con las ministras de Hacienda y de Economía.
La segunda cuestión que ERC considera prioritaria es precisamente el punto que permitiría retirar al Partido Popular la capacidad de veto en el Senado. En todo caso, los interlocutores de Esquerra tienen también claro que aprovecharán estos encuentros para «plantear otros temas» que no están estrictamente con la senda de gasto. Creen, insisten desde el partido independentista, que el Gobierno de Sánchez realizará una nueva propuesta más flexible. En todo caso, ERC «prefiere esperar a un acuerdo entre el Gobierno y Podemos». Con el PDeCAT, los contactos con el Gobierno tampoco se han producido hasta el momento. Este grupo parlamentario en el Congreso –que «sí acudirá» a las reuniones con el Ejecutivo si es convocado– seguirá las directrices pautadas por el Gobierno autonómico de Quim Torra.
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