El fiscal abre la puerta a reducir la pena para dos de las acusadas del crimen de Carrasco

El juicio con jurado popular por el crimen de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco (PP), que murió tiroteada el 12 de mayo de 2014, llega hoy a su fin con la lectura de las conclusiones definitivas de las partes y la última palabras de las acusadas.

La Fiscalía dejó abierta esta mañana la posibilidad de rebajar notablemente las condenas a Triana Martínez y a la policía local Raquel Gago, al plantear como alternativa que se las considere no autoras materiales del asesinato de Isabel Carrasco, entonces presidenta de la Diputación de León, sino como cómplice, y, en el caso de Gago, incluso como mera encubridora. Por ello, y aunque solicita en un principio que se les imponga 22 años de prisión, la misma pena que a Montserrat González, autora confesa del crimen -un año menos de requerida inicialmente, al apreciar la atenuante de reparación de daño por consignar parte de la responsabilidad civil-, planteó al jurado las otras dos altenativas si se rechazara la principal, con lo que las penas oscilarían entre los 15 y 22 años para Triana y 6 y 22 para Gago. El motivo de esa modificación, según señaló el fiscal jefe de León, Emilio Fernández, es evitar que la hija de la autora y la tercera encausada "queden absueltas".

Las acusaciones ejercidas en representación de la hija, el compañero sentimental de la víctima y del PP, se sumaron también al criterio del fiscal. La defensa de Montserrat González, por su parte, pidió 3 años y 9 meses de prisión por asesinato con la atenuante de enajenación mental, y otros siete meses por tenencia ilícita de armas; mientras que para Triana la defensa reclamó la libre absolución por entender que concurría la eximente de encubrimiento familiar. El abogado de Gago pidió igualmente la libre absolución.

En su informe de conclusiones definitivas, el fiscal insistió en que las pruebas han acreditado que existió un "`plan perfectamente diseñado"para asesinar a Isabel Carrasco, el 12 de mayo de 2014, en el que participaron las tres acusadas, cada una con un papal previamente definido. Así, Montserrat González buscó, compró las armas y ejecutó directamente el crimen; su hija Triana colaboró en la búsqueda de las armas, realizó seguimientos a las víctimas y después del asesinato se encargó de recoger la bolsa donde su madre ocultó el revolver; mientras que Raquel Gago también habría realizado seguimiento y ocultó la bolsa con el arma durante 30 horas, hasta que avisó a sus compañeros. De esta forma, afirmó el fiscal, "las tres estaban de acuerdo para matar"a la entonces presidenta de la Diputación.

El representante del Ministerio Público rechazó de plano el argumento de Gago de que fue un "bloqueo"lo que le impidió comunicar a sus compañeros policías avisar de que estuvo con Triana momentos después del asesinato. Ese argumento, dijo, "es imposible de creer. Sabía que tenía el bolso -con el arma- en su coche".

La conclusión del fiscal la resumió en una frase: "Existió una planificación del asesinato donde cada una jugó un papel. No tengo dudas de la implicación de ninguna de ellas, todas actuaron de acuerdo y tiene la misma responsabilidad".

Por otro lado, pidió que se dedujese testimonio para actuar contra el abogado de Raquel Gago, Fermín Caballero, por un delito de obstrucción a la Justicia, al haber faltado a la sesión del pasado 26 de enero y provocar la suspensión de esa jornada, sin que haya presentado la correspondiente justificación. Ese delito está sancionado con hasta 6 meses de cárcel o multa de hasta 10 meses.

Por su parte, la acusación ejercida en representación de la hija de Isabel Carrasco definió este asesinato como un "crimen perfectamente organizado". Gran parte de su intervención se centró en intentar hacer ver a Jurado que Gago tenía el mismo nivel de responsabilidad que las otras dos acusadas, y definió a la policía local como "fría, misteriosa".

El abogado en representación del compañero sentimental de la víctima fue incluso más allá al asegurar que si Montserrat González contase toda la verdad, "probablemente habría alguien más"en el banquillo de los acusados. A las tres enjuiciadas, dijo, pidió que se les mandara a un lugar "del que no puedan salir este tipo personas"