«El Rey es el mejor ejemplo en las circunstancias más difíciles»

Don Juan Carlos volvió ayer al hospital, pero no para operarse precisamente. La sede de la Fundación Champalimaud (Belem, Lisboa), centro de investigación y atención hospitalaria, fue el escenario de una jornada de trabajo en el IX Encuentro Cotec Europa entre España, Portugal e Italia y que él copresidió. El presidente del grupo OHL, Juan Miguel Villar Mir, a su vez el máximo representante de la fundación para la innovación tecnológica, se dirigió al Monarca durante su intervención en el acto y le reconoció ser «el mejor ejemplo de actividad en las mejores circunstancias y en las más difíciles». Después del encuentro, en conversación con algunos medios, aseguró que despachó con el Jefe de Estado el pasado sábado, el mismo día de la imputación de la Infanta, y que le vio «muy tranquilo». Según el presidente de OHL estuvieron preparando el acto de ayer: «El Rey está muy bien de cabeza y tiene una memoria impresionante. Físicamente le queda un poco, pero ha hecho un gran esfuerzo viniendo y cumpliendo, como siempre hace, con su servicio a España».

El Monarca aterrizó el martes en suelo luso para afrontar su primer viaje al extranjero tras su última operación. A pesar de que su rehabilitación progresa adecuadamente, todavía se encuentra en fase de recuperación, o lo que es lo mismo, de demostrar que puede cumplir con sus funciones sin problemas. Antes de llegar al centro, por la mañana realizó sus ejercicios, según informó un portavoz de Zarzuela. Al igual que en la pasada recepción al Cuerpo Diplomático en el Palacio Real, se valió de una sola muleta para caminar, teniendo en algunas ocasiones un brazo al otro lado en el que apoyarse. Durante el acto de clausura, que duró una hora aproximadamente, el Jefe de Estado español se mostró en actitud receptiva y con buen semblante. Cuando le llegó el turno de hablar, lo hizo de forma fluida y con sello propio: protagonizó la anécdota divertida de olvidarse de activar el micrófono al empezar a hablar.

Innovación contra la crisis

Este encuentro entre los tres países de Europa del sur tiene un significado adicional para el Rey, ya que crear la fundación para la innovación tecnológica, Cotec, fue idea suya hace varias décadas tras visitar el imperio tecnológico de Silicon Valley en California. Don Juan Carlos, que lució en la solapa la insignia del Gran Collar de la Espada y la Torre –máxima condecoración de Portugal que le fue concedida en septiembre de 2000–, apostó ayer por la reindustrialización como motor para la «revitalización de las economías, la lucha contra el paro y el aumento de las exportaciones». El Rey aseguró que los países más desarrollados industrialmente «han sido los que mejor han afrontado el impacto de la crisis y donde el desempleo ha sido menor». Por este motivo, el Rey no olvidó la necesidad de conseguir «una financiación más competitiva, especialmente para las pymes.

Este discurso, corto, del Monarca resumió los conceptos que tanto Napolitano como Cavaco Silva desglosaron ayer. Este encuentro también tiene la finalidad de crear un «eje» unido frente a los países nórdicos más desarrollados industrialmente, como Suecia, Dinamarca o Alemania, con el fin de reducir esta distancia y hacer un frente europeo unido frente al empuje de gigantes asiáticos como China. Según un documento firmado por el titular de Industria español, la de Educación italiana, el de economía portugués y el vicepresidente de la Comisión Europea, si el sector industrial en Europa crea 34 millones de puestos de trabajo, el 75% de las exportaciones y el 80% del gasto en investigación y desarrollo, son las economías de los países de Europa del sur las peor paradas: las aportaciones de la industria al PIB han caído al 15,1% del 20% del objetivo comunitario, siendo estos territorios los más afectados.

Si en un encuentro como el de ayer no se obtienen acuerdos inmediatos, sí sirven como tomas de contacto y actúan de «teloneros» para la «Estrategia Europea 2020», proyecto en marcha para que durante los próximos años la política industrial sea prioridad en el Viejo Continente.

Después del acto, tuvo lugar un almuerzo privado en el mismo edificio, que terminó con un brindis de agradecimiento y despedida de Cavaco. Visiblemente animado, sonrisa inerte, el Rey salió de los últimos para regresar a España y continuar con su agenda oficial; hoy tendrá una audiencia en La Zarzuela con los representantes de la Conferencia de Presidentes de Organizaciones judías de EE UU.