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El Rey: «La barbarie puede volver»

Recuerda el atentado yihadista en Francia en el Día Oficial de la Memoria del Holocausto y avisa de que «ninguna sociedad está protegida de la sinrazón»

El Rey saluda a uno de los asistentes tras el acto en el Senado por la memoria del genocidio nazi
El Rey saluda a uno de los asistentes tras el acto en el Senado por la memoria del genocidio nazilarazon

El acto en el Senado por el Día Oficial de la Memoria del Holocausto no supo ayer a efeméride protocolaria, sino que convirtió el genocidio nazi en un aviso. Un aviso de lo que puede «surgir en el momento y la forma más inesperada», señaló ayer el Rey. Significativo es que al nombre del acto se añada como objetivo «La prevención de los crímenes contra la Humanidad».

Por cuarto año consecutivo la Cámara Alta fue la encargada de conmemorar la cita anual con el regreso a uno de los mayores atentados contra la humanidad de nuestra historia. Como cabía esperar, contó con la presencia del presidente del Senado, Pío García Escudero; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; el titular de Justicia, Rafael Catalá; el responsable de la cartera de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y también con el líder de la oposición, Pedro Sánchez. La que no cabía esperar, y no por falta de interés para el Centro Sefarad-Israel era la del Rey. Pero, tal y como adelantó este periódico, el Rey consideró que debía presidir el acto. Si Don Juan Carlos y Doña Sofía asistieron al primer acto que se celebró en 2006, fue en 2011 cuando se retomó este homenaje con el Senado como escenario, que no tuvo la asistencia del Rey Emérito. «En mi primer año de reinado, he querido estar presente en este acto solemne para reforzar el apoyo de la Corona», señaló ayer el Monarca, quien subió a escena los «recientes acontecimientos» en Francia, a tenor de la matanza yihadista en las oficinas del semanario «Charlie Hebdo».

Ante un auditorio concurrido en el antiguo salón de sesiones y en presencia del presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub, y del de la Unión Romaní, Juan de Dios Ramírez Heredia, el Monarca aseguró que «en el reguero de esos terribles crímenes fueron asesinados millones de seres humanos y junto a sus cenizas quedaron maltrechas la dignidad y la esperanza». Tanto Querub como Ramírez Heredia pronunciaron unos emotivos, y detallados, discursos sobre el abismo en el que vivían hacinados los judíos en los campos de exterminio hasta que, un día como ayer, hace 70 años, Auschwitz-Birkenau abrió sus puertas al término de la Segunda Guerra Mundial.

«Justos entre las Naciones»

Tanto el Jefe de Estado como el ministro de Asuntos Exteriores tuvieron ayer un recuerdo para los españoles que «hicieron prevalecer la humanidad». Siete de ellos rconocidos ante la ONU con la distinción de «Justos entre las Naciones», como es el caso de Sebastián de Romero Radigales, Angel Sanz-Briz, y Eduardo Propper de Callejón.

Margallo alertó de que el antisemitismo no es asunto del pasado, sino que los hechos demuestran que, aún en nuestros días, se manifiesta en análisis sobre la situación que se vive en Oriente Próximo. Destacó que, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Gobierno será partidario por la convicencia de los dos estados de Israel y Palestina. Al igual que Don Felipe, el jefe de la diplomacia española también se remitió a los atentados en París contra el semanario y el supermercado judío kosher como ejemplo de antisemitismo. No han sido los únicos: este mismo año, un atentado contra el museo judío de Bruselas causó la muerte de tres personas. Un escenario global del que, si no se es consciente y se emplean las «armas» necesarias para combatirlo, puede condenar a la historia a repetirse. El resultado de las elecciones griegas con la victoria de la izquierda radical fue recibido entre los asistentes como un dato alentador de lo que, según palabras del Jefe de Estado, «Jamás, ¡jamás! algo así puede volver a suceder».

Una vela por el número de Janina

Janina Reklajtis tiene en su brazo izquierdo el número de la muerte. 83043. Esta era la identificación de esta superviviente de Auschwitz que entró en el campo de exterminio siendo una niña. «Al menos sabíamos que si nos mataban quedaríamos registrados», explica. «Algunos que entraron sin él y fueron directos a la cámara de gas a día de hoy es como si nunca hubieran nacido». Raklajtis asistió ayer al acto del Senado junto a otro testigo del horror, Jorge Kleinman, y participaron en el encendido de seis velas en memoria de los seis millones de judíos asesinados, un millón y medio, niños.