Unión Europea
España reactiva el gasoducto que la unirá con Francia por Cataluña
Rajoy, Hollande y Coelho sellan un pacto energético para optar juntos a parte de la ayuda millonaria del «plan Junker».
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció ayer la creación de un consorcio entre los operadores de transmisión eléctrica de España, Francia y Portugal para impulsar las interconexiones eléctricas entre la Península Ibérica y el resto de Europa. Con el respaldo de la Comisión Europea, los operadores (la española REE, la francesa RTE y la portuguesa REN) trabajarán para captar parte de los fondos previstos en el denominado «plan Juncker» de inversiones, cerca de 315.000 millones de euros, con la intención de incrementar la capacidad de intercambio eléctrico entre la Península y Francia, que llegará al 6% de la capacidad cuando esté operativa en junio la nueva interconexión a través de los Pirineos catalanes, entre la localidad gerundense de Santa-Llogaia y Baixas (Francia).
El objetivo es alcanzar los baremos planteados por Bruselas, que en el caso de España supone un 10% de interconexión eléctrica con Francia para 2020 y del 15% para 2030.
Acompañado por el presidente francés, François Hollande, del primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, Rajoy afirmó que el «plan Juncker» supone una oportunidad para la financiación público-privada de las infraestructuras de interconexiones eléctricas, consideradas prioritarias por la UE, el mayor mercado energético del mundo.
El presidente del Gobierno remarcó que la llamada «Declaración de Madrid» pone de manifiesto que los proyectos de interconexión contribuyen a la creación del mercado único de la energía, al crecimiento económico, al empleo y a la competitividad, del mismo modo que contribuirán a los objetivos de la UE en materia de energías renovables y reducción de gases de efecto invernadero.
Con el horizonte puesto en el próximo Consejo Europeo de 19 y 20 de marzo, dedicado entre otros asuntos al proyecto de Unión Energética, la cumbre auspiciada por España se plasmó en un programa «con proyectos concretos y compromisos» con el objetivo de que la Península Ibérica «deje de ser una isla energética.
Los tres mandatarios analizaron posibles proyectos para captar los fondos del «plan Juncker», que decidirá en junio el reparto de las inversiones. Entre las interconexiones que se están estudiando entre la Península y Francia figuran la que podría unir el Golfo de Vizcaya con Aquitania (Francia) mediante un cable submarino de casi 400 kilómetros, que tiene un coste de unos 1.900 millones de euros y que permitiría llegar a 5.000 megavatios de capacidad en España. Asimismo, se evaluaron otras opciones pirenaicas como la Navarra-Burdeos (280 kilómetros), Sabiñánigo-Marsillon (casi 100) y Monzón-Cazaril (160), y el gasoducto Midcat por Cataluña.
Rajoy indicó que se trata de proyectos «ambiciosos» que pretenden acelerar un proceso que ha avanzado «demasiado lentamente» y que favorecerá la caída de los costes de la energía, lo que se traducirá en mayor competitividad para las empresas y bajadas de los precios para los consumidores.
En concreto, Hollande subrayó que se recuperará la interconexión gasista MidCat (entre Cataluña y Francia) con el desarrollo de una segunda fase. Una obra que, según Passos Coelho disipará la «incertidumbre energética» sobre el abastecimiento de gas. «Podemos llegar a cubrir el 40% de las necesidades de gas de la UE, lo que ahora hace Rusia», aseguró el primer ministro luso. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea celebró la declaración como un «acontecimiento» que pone fin al «aislamiento energético de la Península Ibérica».
Hasta la entrada en funcionamiento de la red Figueras-Baixas, España y Francia sólo estaban conectadas mediante cuatro líneas de alta tensión: dos en el País Vasco, una en Aragón y otra también en Cataluña.
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